Por Guillermo Romero Salamanca

Betty Bustamante, quien compartiera 15 años de vida con Camilo Sesto, el cantante que dominara el mundo de la balada por más de tres décadas, determinó abrir sus álbumes repletos de fotos, dibujos, poemas, mensajes y una infinidad de recuerdos.

Camilo Blanés Cortés fue un cantante de grandes conciertos, compositor de temas con millones de visitas de YouTube –por ejemplo—pero vendedor de ejemplares de sus 40 producciones y con una presencia musical en Europa y toda América.

Fue merecedor de discos de oro, plata y platino y en el 2011 le fue entregada la medalla “Máximo Orgullo Hispano” en Las Vegas.

Escribió canciones para figuras como Miguel Bosé, Ángela Carrasco, Sergio Fachelli, José José, Lucía Méndez, Audrey Landers, Manolo Otero y otros que se pierden en la memoria musical, pero que, además le gustaba colaborar con nuevas figuras del canto como lo hiciera con Manuel Fernando y Scarlata.

Camilo era un hombre sencillo, muy humano, carismático. En Colombia, el veterano Armín Torres lo contrató para realizar varias giras que lo llevaban por escenarios de Bogotá, Medellín, Santiago de Cali, Pereira, Barranquilla o el Reinado Nacional de la Belleza.

En la madrugada del 8 de septiembre de 2019 falleció en Madrid, víctima de un fallo renal.

Camilo siempre fue un hombre discreto y más en temas de amor. Según el cantante Manuel Fernando, amigo del alicantino, él tuvo una relación intensa a más no poder, “pero discreta y alejada del ruido exterior”.

“Él pocas veces habló de su romance con Betty Bustamante, una antioqueña a la cual llamaba como la “Flor de Medellín”, pero en un video apareció anunciando su boda con ella, incluso dijo que no descarta tener un hijo, al tiempo que subrayaba que era feliz viendo cómo Camilín –su hijo de quince años—y su paisita querida se llevan bien”, cuenta Manuel Fernando.

Betty, ahora, muestra sus recuerdos. Tiene centenares de fotografías con Camilo, tomadas en diferentes partes del mundo, pero en especial, en la intimidad de sus casas en Torrelodones y en Miami.

Las fotos van desde su presencia en Medellín, celebrando las fiestas de fin de año, cumpleaños o fechas especiales. Hay otras compartiendo con doña Joaquina, madre del cantante, su inseparable hermana Chelo, miembros de su familia y en especial con Camilín, a quien acompañó por muchos años en momentos muy importantes de su vida.

Camilo y Betty vivieron cinco años en Miami. “Él se fue a Estados Unidos, no sólo para dedicarse a su hijo sino, porque allí vivía el amor de su vida”.

Lo demuestran también los dibujos pinturas, escritos, poemas que le hiciera.

Camilo produjo también un disco para Marcela Cardona, la hija de Betty a quien él la bautizó como Scarlata y le entregó la canción “No digas no” .

Camilo y Scarlata.

“Fue precisamente a pocos días de instalarse en su casa de Coconut Grove en Miami, cuando el huracán Andrew casi la destroza. Camilo y toda su familia vivieron momentos de angustia en esos días y que Betty recuerda porque Camilo sacó de allí el título de una de sus canciones: “Huracán de amor”, manifiesta Manuel Fernando.

Betty no sólo ha guardado las fotos y sus mensajes, sino que también tiene valiosas prendas como sus chaquetas que llevaba para sus presentaciones.

Miles de seguidores de Camilo quieren conocer todos los detalles de este grande amor de su ídolo con la “flor de Medellín”.

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