Por Guillermo Romero Salamanca

Betilsa no conoce a Uganda y Gabinika no ha pisado tierra colombiana, sin embargo, a los dos los une sus raíces africanas y, sobre todo, la música, pero especialmente la champeta.

Betilsa, llamada como la Dama de la Champeta, cruzó un día por una tienda, pidió un refresco y un vecino le dijo: “dame un poco de tu chocolate”. Frase que, de inmediato, le despertó la misa para componer una canción.

Al llegar a su casa, sacó su cuaderno y comenzó a escribir la canción. Ya la tenía lista y determinó contactar a Gabinika, un extraordinario cantante de Uganda. Correos y mensajes vía WhatsApp iban y retornaban.

La idea fue creciendo. Se unieron Vicent Van Love, la producción de Kenzy Producciones, la realización del video entre Harold Pérez en Cartagena y Lule Fatah en Uganda. Claro, para un trabajo de esta categoría, buscaron al gran Bobby Pérez para la mezcla y la masterización la hizo Johan Sebastián Pérez.

Los músicos fueron Bobby Pérez en los teclados y el bajo, Johan Sebastián Pérez en la batería, Luis García, en la guitarra, la percusión menor la hizo Luis Berrios y los coros: Tacho Locura y Kelly Torres.

Vía internet llegaban las grabaciones de Uganda, con la voz rasgada de Karkes Gabinika. “Fueron horas de conversaciones y luego de trabajos para concretar los permisos correspondientes, pero tanto en Uganda como en Cartagena quedaron contentos con esta champeta que une a dos países muy hermanos”, explica Betilsa.

Ella ha dicho en las entrevistas en los medios de comunicación, que el canto lo lleva en sus genes y que aún siente la fuerza del África dentro de su corazón. Desde muy pequeña entona cantos en bantú. Son melodías que hablan de la naturaleza, del sol, las estrellas, del trabajo, de la luz, de la libertad, de la alegría o del amor.

“A veces cuando miro un documental sobre el África, muy dentro de mí me dice que yo ya estuve allí. Siento su fuerza, sus colores, sus canciones, sus tambores, sus gritos, pero sobre todo su alegría”, cuenta Betilsa, una mujer que lleva más de cuarenta años cantándole a la vida.

“Dicen que la historia la escribe quien sale victorioso, pero a ciencia cierta África fue el continente que transformó a América, no fue el europeo que simplemente vino a llevarse las riquezas. Nuestros antepasados convirtieron estas tierras en campos de trabajo en la agricultura, trajeron su cultura, su gastronomía y sus canciones con esos poderosos tambores de madera y cuero. Los africanos supieron cuidar la tierra –porque eso hicieron por siglos—y se entendieron con los nativos”, comenta ahora Betilsa.

–¿Por qué dices que África hoy más que nunca en América?, le preguntaron hace unos meses.

–Porque está presente en todas sus expresiones. Si hablamos de comida, muchos de sus platos tienen esencia africana, lo mismo pasa con la ropa, las tradiciones y qué no decir de la música. Decenas de ritmos provienen de allá. En nuestra Colombia recordamos la cumbia, el mapalé, el porro, el cumbión, pasando por vallenatos, merengues, parrandones y otros géneros.

–¿Por qué grabar en champeta?

–Yo comencé cantando porros, cumbias, vallenatos y cuando comenzó la champeta, me encanto y grabé los primeros temas, por eso me llaman como “La primera dama de la champeta”. Han sido más de 30 años llevando la música a distintas partes. Esas canciones se escuchan en Colombia, Venezuela, Panamá y las Antillas, pero lo sorprendente es que, en tierras lejanas como Uganda, también habían escuchado esos temas que hablan de amor, pasión, rumba, pero que llevan mucha nostalgia.

–¿Puede ser un homenaje?

–Desde luego que sí. Primero a nuestra raza, la africana. Aunque estemos en Colombia, no quiere decir que no llevamos esos colores, sabores, cultura, música y genes de este bello continente. Pero también es una muestra de alegría para todos los músicos cartageneros, pero recuerdo también a todas las personas que me han dado apoyo como mi familia, al gran Moisés de la Cruz y a su hermana, Nury de La Cruz, pero, además, a todos mis seguidores.

–¿Qué le gustó de esta grabación?

–Muchas cosas, por ejemplo, conseguir que estos músicos hicieran este trabajo. La trayectoria de personas como Bobby Pérez es inmensa. Recordemos que Cartagena tiene un talento innato y magistral. Luego, que nos identificamos totalmente con los músicos de Uganda, es como si nos conociéramos de años. El video hecho en Cartagena, mostrando lo más hermoso de la ciudad, sus murallas, sus calles, su mar, pero sobre todo la belleza de su gente y eso es lo que buscamos que conozcan en el mundo.

–¿Qué le han dicho de este trabajo?

–Me emocionan palabras de personas de distintas partes del mundo y de muchos que ven a Cartagena a través de este video. Sólo puedo ser agradecida con Dios, con la vida y con esta hermosa tierra llena de bondades.

–¿Vendrán más trabajos con artistas de África?

–Desde luego y espero viajar pronto a esa hermosa región e invitar a los artistas de allá para Cartagena y sepan qué bueno es el chocolate de acá.

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