Por Édgard Hozzman

Para María Albarrán Cepeda, periodista encargada de la sección internacional de La W, la Ciencia Política es su formación, que le dio una estructura de pensamiento muy específico y aclara: “el periodismo es mi oficio y la Comunicación Política fue y es un gusto intelectual”.

Su misión diaria es situar a los oyentes en la realidad del momento histórico de Colombia y el mundo.

Ella es politóloga de la Universidad de los Andes. En sus inicios con énfasis en temas de política pública, justicia transicional, Derechos Humanos y política colombiana. A los 19 años logró su primer trabajo en el Congreso de la República. Su perfil era el de una politóloga hasta cuando los medios la descubrieron. El primero fue NTN24, donde llegó como periodista internacional y traductora. Después pasó a Global News Intelligence, una agencia de Estados Unidos dedicada al monitoreo de medios y de allí llegó como Editora Internacional en W Radio.

Curso su bachillerato en el American School de Barranquilla. Escuchaba y leía a Ernesto McCausland en su adolescencia y cuando tomó conciencia de su vocación periodística, fue “algo orgánico y tuvo que ver con mi esencia de buscar comprender la vida misma: entender a las personas, lo que pasa, cómo pasa y, en la medida de lo posible, por qué pasa y el periodismo ha sido la herramienta”.

“No puedes intentar comprender el mundo, relacionándote con los demás, si no piensas en términos de Derechos Humanos. Estos son el marco para proteger la dignidad de las personas, para garantizarles igualdad, para protegerlas de la discriminación. El interés en sí mismo es la política, porque todo lo anterior siempre tiene que ver con política”, comenta.

Nunca se planteó algo distinto a estudiar Ciencias Políticas. “A lo mejor, como dice Joaquín Sabina, algunas de las decisiones más importantes de la vida se toman con una gran inconsciencia”.

«Hay que temerles a China y a Rusia». Foto archivo particular.

DE SUS ESTUDIOS Y PRIMEROS TRABAJOS

Escuchar sus planteamientos en la W es conocer sobre la situación nacional e internacional. Ella es una estudiosa completa de estos temas y aunque cambian todos los días, sabe controlar lo que va pasando.

–¿Cuál es la realidad política de Colombia y sus consecuencias?

–Según a quién toque esa realidad política, puesto que es diferente para mí, para un joven en las zonas rurales, para un afro o para los indígenas, y mucho más para los que están en el poder. Y están tan desarticuladas entre sí, que la consecuencia es una sociedad fracturada, desigual y poco solidaria, con una ciudadanía débil.

–¿En que ha afectado el pulso político a la paz colombiana?

–Justamente eso, redujo la paz a un enfrentamiento canalla entre sectores que, en apariencia, son los que creen que menos la necesitan.

–¿Hoy la democracia y la libertad son una bella quimera?

–Siempre lo han sido, pero hay quienes estamos tan convencidos de su necesidad que insistimos en ellas, aunque no lleguemos a ver su plena consolidación.

–¿Los colombianos tendremos paz?

–Si le apostamos a un cambio cultural, social y humano, que a lo mejor no vamos a llegar a ver, sí. Pero siempre con la plena conciencia de que este tipo de cambios toman varias generaciones.

«Me apasioné con las enseñanzas de Ricard y con el talento de Lanata». Foto archivo personal.

–¿A quién o quienes benefician la brillante y estéril demagogia política?

–Yo no creo que sea brillante. Se benefician los que trafican con la plata que falta en los hospitales, en los colegios, en los bolsillos de los colombianos trabajadores y en las zonas rurales.

–¿Colombia está condenada a no disfrutar del éxito de la Paz, gracias, a las castas políticas y sus caciques?

–No creo que esté condenada, pero si no avanzamos es responsabilidad de todos. Esas castas y esos caciques no los importamos, son un reflejo nuestro.

–¿Cómo recuerda su experiencia trabajando en el Congreso de la República?

–No es precisamente la experiencia que más me ha marcado en la vida, ni para bien, ni para mal.

–¿De sus logros y experiencias cual es la más satisfactoria?

–Me es muy difícil encontrar solo una. Hay experiencias profesionales, académicas y personales. Prefiero siempre el proceso, el camino; y en ese sentido, no hay nada que hoy no me de satisfacción o bien por ser un logro o por ser un aprendizaje.

–¿Dónde nace su fascinación por la televisión y la radio argentina?

–De casualidad. Un día buscando algún documental sobre budismo me encontré con una serie de documentales de Jorge Lanata que se llama 26 personas para salvar el mundo, en uno de ellos entrevistaba al “hombre más feliz del mundo”, un monje budista francés, Matthieu Ricard. Me apasioné con las enseñanzas de Ricard y con el talento de Lanata. De ahí en más solo consumí televisión y radio argentinas, de toda índole.

–¿Qué la llevó a cambiar los planes académicos de la Universidad de New York por la Complutense?

–La vida. Estaba todo dado para que fuera NYU y un día las circunstancias cambiaron y la Complutense era lo más indicado. En un primer momento sentí que me tocaba comerme un plato de segunda mesa, porque lo que quería hacer, era estudiar, pero una vez más comprendí que uno está donde tiene que estar.

–¿Cómo recuerda su paso por La Complutense de Madrid?

–De los mejores años de mi vida. Desde lo académico hasta lo más profundo de mí misma. Grandes maestros y grandes amigos me dejaron la Complutense. Fue maravilloso ir a la universidad pública, yo venía de la Universidad de los Andes, de mi burbuja social. Tener esa experiencia me cambió la cabeza en muchos aspectos.

–¿Cómo fue su trabajo en NTN24 como periodista y traductora?

–Fue mi primera experiencia periodística y lo recuerdo con cariño. Me afianzó en la idea de que mi formación como politóloga me daba una mirada particular frente a los hechos internacionales, por eso la formación es tan importante para mí.

–¿Cuántos idiomas habla y escribe?

–Dos: español e inglés.

«Prefiero siempre el proceso, el camino; y en ese sentido, no hay nada que hoy no me de satisfacción o bien por ser un logro o por ser un aprendizaje». Foto archivo particular.

SU LLEGADA A LA W

–¿Cómo llegó a La W?

–A través de LinkedIn encontré una publicación en la que buscaban un editor internacional. Envié mi currículum, tuve un par de reuniones y si mal no recuerdo 10 días después me llamaron a preguntarme ¿cuándo puedes empezar?

–¿El mundo está más cerca de Colombia a través de La W? ¿Por qué?

–Sí, y tiene que ver, principalmente, con sus corresponsales, de quienes hay que destacar su impecable trabajo en producción y que todos son buenas personas que se esfuerzan por hacer posible lo imposible. Ese trabajo, muchas veces invisible para los oyentes, teje redes que hacen que La W y Colombia estén en el radar de los personajes más remotos, inalcanzables o incluso inimaginables en todo el mundo.

–¿La historia inolvidable que tradujo para la audiencia de la W?

–La entrevista a Chris Barker, líder del Ku Klux Klan en Carolina del Norte.

–¿Cómo es un día de trabajo al lado de Julio Sánchez C.?

–Intenso, emocionante, dinámico y de mucha exigencia.

ENTRE RUSIA, VENEZUELA Y CHINA

–¿A quién temerle a Rusia o a China?

–A ambos. A Rusia por su capacidad de imponerse en la construcción del mapa geopolítico mundial a través de la latente amenaza que constituye su poder militar, a China por su poder económico y comercial.

–¿Qué pasa en Venezuela?

–Un incompetente en el poder, una oposición sin un plan claro (al menos para los que observamos desde afuera) y una sociedad totalmente fracturada entre la necesidad, una economía agonizante, la ideología política y la falta de liderazgos políticos.

–¿Se irá Nicolás Maduro de Venezuela?

–Imposible saberlo.

–¿Cree que habrá intervención en Venezuela?

–No.

–¿Qué papel juega Cuba en todo este movimiento internacional?

–En relación a Venezuela y Nicaragua podía llegar a ser un mediador entre estos países y una parte de la comunidad internacional, pero hoy juega como un aliado de Maduro y Ortega.

–¿Se quedará por siempre el presidente de Nicaragua?

–No veo a Daniel Ortega saliendo de la presidencia en el corto plazo.

–¿Bolsonaro podrá cambiar a Brasil?

–¿En qué sentido?

–¿Donald Trump será reelegido?

–Hoy está más cerca de serlo.

–¿Está preparada Colombia para un conflicto internacional?

–No.

–¿Qué consejo le daría al presidente Duque sobre las relaciones internacionales?

–Prefiero abstenerme de aconsejarlo. A él o a cualquier político.

–¿Está, de verdad, exterminado el Estado Islámico?

–La estructura está agonizando, pero la ideología sigue viva. El extremismo islámico ha demostrado una gran capacidad de mutación y adaptabilidad.

–¿Qué pasará en Colombia si gana Gustavo Petro?

–Dependerá de si cumple lo que promete. Pero me atrevo a decir que la grieta que estamos viviendo desde Santos-Uribe no se cerrará.

–¿Ve a Colombia en la izquierda política del continente?

–No.

–¿Qué Colombia heredarán las futuras generaciones?

–Desde el deseo te digo que una Colombia menos pobre, menos violenta, menos egoísta, menos injusta, menos corrupta. Pero advierto, te respondo desde el deseo.

UN PROUST

–¿La ternura es piedad?

–No.

–¿Se identifica con la canción social o la de protesta?

–La canción protesta reivindica lo social, para mí son lo mismo.

–¿Cuáles son sus cimas y simas?

–Mis cimas son la tranquilidad conmigo misma y con los demás, mis simas el toco cuando esa tranquilidad se corre del eje y la rabia, la frustración o el miedo me invaden.

–¿Un libro, un escritor?

–Un libro: Los cuatro acuerdos de Miguel Ruiz. Un escritor: Milan Kundera

–¿Un periodista, un reportero, reportera un presentador, presentadora de noticias en televisión?

–Jorge Lanata

–¿Su personaje inolvidable?

–Rebecca Bitrus, una mujer nigeriana secuestrada por Boko Haram.

–¿El silencio de la soledad es el noble refugio del amor?

–Algunas veces sí.

–¿Su playlist cinco temas?

–“Nikita” de Elton John, ‘Puente” de Gustavo Cerati, “Gricel” de Mariano Mores, “19 días y 500 noches” de Joaquín Sabina, “Like the dawn” de The Oh Hellos.

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