En el marco de la Semana Mundial de la Alergia 2020, expertos piden no pasar por alto los efectos de esta enfermedad que las personas suelen confundir con síntomas o gripe. Las lluvias o el tradicional Polvo del Sahara, que se acentúa en la región de Centroamérica y el Caribe entre junio y agosto, repercuten en los pacientes y provocan irritación ocular, congestión nasal y picazón de garganta. Actualmente existen fármacos, como los antihistamínicos de segunda generación y corticoides inhalados, que ayudan a controlar los síntomas hasta por 24 horas.

Por: Redacción Enfoque

Aunque en el mundo se estima que más de 400 millones de personas sufren de rinitis alérgica, al menos 35% de los pacientes no recibe un diagnóstico y tratamiento óptimo, ya que los síntomas se suelen confundirse con los de un resfriado común. Estornudos, comezón, escurrimiento nasal, congestión y, en ocasiones, falta de olfato son algunos de los síntomas que se derivan de la enfermedad y que ahora, en tiempos de COVID-19, pueden incluso confundirse con los generados por el SARS COV-2.

Ante este panorama y en el marco de la Semana Mundial de la Alergia, expertos recuerdan que la rinitis alérgica es una enfermedad inflamatoria crónica de la mucosa nasal que ocurre cuando una persona susceptible se expone a partículas de polvo, gases, moho, polen, perfumes, cremas y otras derivadas de plantas o animales, más conocida como alérgenos. Además, recomiendan no pasar por alto los efectos de esta enfermedad que cuenta con una prevalencia global de hasta el 25% en los niños y el 40% en los adultos.

Para evitar la rinitis actualmente existen fármacos que ayudan a controlar los síntomas por un tiempo prolongado de hasta 24 horas.

Complicaciones respiratorias

Según investigaciones médicas, se calcula que 19 a 38% de los pacientes con rinitis alérgica tienen asma y que 85 a 95% de los pacientes asmáticos tiene rinitis alérgica.Asimismo, casi el 80% de los pacientes con rinitis alérgica reportan dificultad para dormir y, por lo tanto, presentan fatiga durante el día.

Esta enfermedad afecta el rendimiento escolar, la socialización y la productividad en el trabajo. Prueba de ello es que, tan solo en Estados Unidos, se pierden hasta 3.8 millones de días de trabajo y escuela al año a causa de las alergias al polen. “Si un paciente con este tipo de alergias no recibe el tratamiento adecuado, será más propenso a sufrir molestias constantemente, pues es complicado que se aísle totalmente de los factores de riesgo. Por ende, no podrá disfrutar plenamente de las actividades cotidianas y terminará privándose de placeres como disfrutar un día de campo, recibir un arreglo de flores o tener una mascota”, comentó la Dra. Alexandra Lokee, medical manager de Consumo Masivo de Sanofi.

Factores de congestión

Los cambios de estación, la llegada de las lluvias o la influencia del tradicional Polvo del Sahara, que actualmente azota a la región de Centroamérica y el Caribe, son factores que repercuten en los pacientes y provocan manifestaciones como irritación ocular, congestión nasal y picazón de garganta. Situación a la cual los expertos recomiendan evitar exponerse ante la intemperie, quedarse en casa y continuar con los medicamentos recomendados por los médicos.

Puede confundirse con el resfriado

Infortunadamente, la falta de información sobre rinitis alérgica ocasiona que los síntomas sean confundidos con el resfriado común o gripa y las personas no reciban el tratamiento adecuado. Es importante que el médico haga un diagnóstico certero que puede incluir una prueba para determinar qué alérgeno detona las molestias, hacer un interrogatorio que brinde información sobre los síntomas (frecuencia, duración e intensidad), así como una exploración física nasal y, si lo considera conveniente, una endoscopia nasal.

Es fácil de prevenir

Para evitar la rinitis actualmente existen fármacos que ayudan a controlar los síntomas por un tiempo prolongado de hasta 24 horas. Por ejemplo, los antihistamínicos que, en comparación con otros tratamientos, no provocan sueño. Este tipo de medicamentos de venta libre reducen la congestión nasal, estornudos, ojos llorosos, urticaria y la picazón de nariz o garganta.

Con un diagnóstico adecuado, el médico indicará el tratamiento más conveniente para cada paciente. Este puede incluir una o varias terapias farmacológicas, medidas higiénicas medioambientales y lavados nasales salinos que ayuden a limpiar la nariz.

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