Por Guillermo Romero Salamanca

Una mañana de 1992 el maestro Jairo Varela, mi vecino en el barrio San Joaquín en Santiago de Cali me dijo: “¿Vas a ver el partido del Tino Asprilla?”

–No señor, no tengo como. De pronto, en un resumen de algún noticiero, le contesté.

–Afíliate a la parabólica, me aconsejó el gran director del Grupo Niche que caminaba por las calles del barrio llevando a su pequeña niña en un cochecito. Ya te paso el teléfono del instalador.

Días después unos “técnicos” llegaron con cables coaxiales e ingresaron a la casa un nuevo sistema de ver televisión. Desde unas gigantescas antenas redondas que parecían unas pequeñas bases de Chocontá, se recibían canales de distintas partes del mundo. Como llegaban muchas programadoras de Perú, al sistema se le llamó también como “Perubólica”. Se veían, además, novelas brasileras, algunas programadoras mexicanas, musicales, otros religiosos, pero el más importante era el de la RAI, la Radio Televisión Italiana, que emitía los domingos los partidos del Parma, donde jugaba nuestro ídolo: Faustino Hernán Asprilla Hinestroza.

Asprilla busca ayuda para salvar al Parma
Faustino durante una campaña para salvar al Parma. Foto Twitter.

No importaba que transmitieran en italiano y que algunos términos no se entendieran, pero allí estaba el delantero más famoso del mundo en ese momento y era colombiano. El Tino regateaba a sus adversarios, metía goles con la pierna izquierda, con la derecha, de cabeza y luego los celebraba haciendo una cabriola que enloquecía a los hinchas.

Con el Parma jugó 96 partidos y anotó en 26 oportunidades. Aún están en nuestras retinas su agilidad y su carrera por esas canchas y la forma como se desprendía de sus adversarios. Lo propusieron incluso, en dos oportunidades para ser Balón de Oro.

El Tino era el rey. Ya habían pasado aquellos amargos momentos en los cuales ni en el América ni en el Deportivo Cali lo quisieron porque no había pasado lo exámenes. Le tocó viajar hasta Cúcuta donde comenzó a descollar su carrera y luego se consagró en el Nacional.

De allí se lo llevaron para el Parma donde era titular en los principales diarios, pero no sólo por sus magistrales jugadas sino por sus noticias de farra y de amigas como la modelo, actriz, cantante y pintora alemana Petra Scharbach, una despampanante mujer que fue portada de las revistas Playmen y Penthouse.

Los italianos decían que el Tino se estaba desgastando, sin embargo, sus fanáticos del Parma le perdonaron sus amoríos cuando le quitó el invito de 58 fechas del Milan.

De allí pasó al Newcastle y en la “Perubólica” no tenía manera para bajar canales ingleses y así nos quedamos solo con los resúmenes que hacían los noticieros, pero sólo fueron 9 goles en los 48 partidos que disputó.

Una tarde llegó a la oficina de Periódicos Asociados en la calle 30 # 16 A 07 en Bogotá la deslumbrante Lady Noriega y me dijo: “¿Quieres la noticia?” y me entregó dos fotos con el Tino Asprilla. En la siguiente edición de Viernes Cultural se publicó la información del noviazgo con el deportista.

Lo demás es historia.

Este 10 de noviembre el Tino Asprilla, quien influyó para que tuviéramos televisión parabólica en Colombia, llega a los 49 años. Es un hombre feliz que le encanta bromear y se distrae con el twitter donde tiene 683 mil seguidores. Además de darle victorias y alegrías al país con su fútbol, su participación en el 5-0 contra Argentina, su metodología para demostrar que sí se puede mostrar el talento y abrir la puerta para que decenas de jóvenes hagan sus carreras deportivas en diferentes equipos del mundo es un hombre dispuesto a colaborar con las diferentes campañas sociales.

Es un hombre auténtico. Único.

Feliz cumpleaños Tino.

 

 


Please follow and like us:
Wordpress Social Share Plugin powered by Ultimatelysocial