Por Guillermo Romero Salamanca

Muy pocos le dicen Emilio, todos lo saludan como “comandante”.

“Es la persona más humilde, servicial, generosa y con un oído perfecto”, así lo define Fernando López Henao, quien laboraró en Codiscos por más de 30 años en la dirección artística.

“Cada vez que aparece el comandante, trae un éxito, una nueva figura de la canción o un proyecto vendedor. Él descubrió a grandes personajes del vallenato como Diomedes Díaz, Rafael Orozco, Beto Zabaleta, Jorge Oñate, Ómar Geles, los hermanos Valbuena, Farid Ortiz y más de cincuenta voces, acordeonistas y éxitos que han gozado los colombianos”, agrega Fernando.

El título de “el comandante” se lo ganó en 1970 cuando se constituyó en el primer rey vallenato en la categoría de semiprofesional.

En su larga vida musical ha recibido premios como doble Disco de oro, doble Disco de platino, palma de oro Codiscos, superestrella de oro internacional, Orquídea de oro internacional, Cacique de oro, y un gran homenaje en vida organizado por Superestrella de oro internacional, Bachiller Honoris Causa Colegio Nacional Loperena, Bachiller Honoris Causa Colegio Nacionalizado Upar.

Al principio él mismo pagó sus cinco primeras producciones discográficas. Un día oyó a Jorge Oñate y le grabó “Campesina Vallenata”, y “Fabiola Del Cesar”. A Rafael Orozco le dirigió sus primeras canciones.

Produjo el primer trabajo para Diomedes Diaz, titulado Herencia Vallenata, en el cual se destaca el tema El chanchullito.

Animó a Alberto Beto Zabaleta para cantar, luego a Fredy Peralta, Kate Martínez, Papi Díaz, Chiqui Escobar, Tobi Murgas y Joaco Pertuz.  

A Farid Ortiz lo llevó a los estudios de grabación y se recuerdan canciones de sus 8 producciones con él, como se acabaron ya, no hay derecho, muriendo de amor, aunque mal paguen ellas, entre otros.

Carátula de la grabación con Rafael Orozco.

UNA EXTENSA LISTA DE GRABACIONES

Con Eduard Morelo, graba seis producciones, luego descubrió a Carlos Narváez, lanza el grupo Los Comandantes Del Vallenato, con dos cantantes Jorge Luis Rodríguez, Y Walmer Tordesilla.

Artistas como Jafeth Zúñiga, Beto Rodríguez, William Peter, Miguel Morales, Omar Geles, Los Hermanos Valbuena, Carlos Malo, Gustavo Maestre, Jhon Lozano, Luis Fernando Socarras, Carlos Narváez, el Negrito Osorio, José Montenegro, Juan José Granado, Huber Hernández, Goyo Oviedo, Diomedes Dionicio, Rolando Ochoa, Enrique Trujillo obedecen sus instrucciones para realizar sus primeras producciones.

El comandante no para de escuchar canciones y de sembrar ánimo entre jóvenes vocalistas.

“El maestro Oviedo tiene más de cuarenta canciones de su autoría, es socio de Sayco y su nombre debe quedar en la memoria de los colombianos y de la industria discográfica porque es mucho el bien que ha hecho al país”, comentó Fernando López Henao.

ASÍ DESCUBRIÓ A RAFAEL OROZCO

En la actualidad, Caracol Televisión emite la serie “Rafael Orozco, el ídolo, basada en aspectos de la vida del cantante.

En una entrevista para El Pilón, el comandante Oviedo contó cómo encontró a Rafael Orozco.

Emilio Oviedo y Rafael Orozco en una de sus presentaciones.

“A mí me salió un viaje para Aguachica para acompañar al gobernador Manuel Germán Cuello que iba a hacer una inauguración en ese municipio y en el camino me encontré con José Díaz Cuadro, un hombre parrandero que decidió acompañarnos. Nos embarcamos en el vagón en la camioneta y nos fuimos cantando, pero recibí mucho aire y polvo porque la carretera estaba destapada por partes y llegué afónico a Aguachica. No podía cantar, sin embargo, me puse a complacer al gobernador y a tocar, pero se escuchaba muy feo”, recuerda el acordeonero.

En ese instante, según su historia, se acercó un muchacho a la puerta del salón donde estaban y le dijo: “oye mi hermano, lo veo mal de la garganta, si quiere lo acompaño en una canción”, era Rafael Orozco, quien pedía un espacio para demostrar su talento.

“Le pregunté cuál canción se sabía y me dijo que, de Los Zuleta, la que sea. Decidí tocar el ‘Trovador ambulante’ y el tipo empezó a cantar, no era una voz fuerte como la que uno acostumbra a cantar, pero era una voz muy agradable, muy dulce, un color de voz diferente. Tocamos unas cinco canciones. Le pregunté donde vivía y fue cuando me enteré que era vecino mío en Valledupar y nos pusimos de acuerdo para empezar la unión musical”, puntualizó Oviedo Corrales.

Lo demás es historia.

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