Por Esteban Jaramillo

Acostumbrado a situaciones críticas, a celebraciones y problemas, abatido por su eterno desbalance financiero, experto en títulos y caídas aparatosas, mantiene la fe firme, la actitud robusta, y con ellas “mueve montañas”.

Con un equipo atractivo y efectivo, superó al campeón América, que perdió sus rasgos dominantes que lo llevaron a la consagración, hace dos meses.

En América se desconocen, por estos días, su ímpetu y su juego. Algunos de sus futbolistas tienen la cabeza en otra parte.

En Santa fe conviven orden fuerza de conjunto individualidades, como Sambueza, el veterano Pérez y Valdés, autor de los dos goles. De lujo uno de ellos por la combinación fina que antecedió la llegada a la red.

Típico en los cardenales, encontrar el resultado inesperado, cuando el desconsuelo asoma. Es Santa fe, con su futbol aguerrido y las victorias sonoras, que se trabajan desde el corazón y recrean el espíritu de sus emocionales hinchas.

Verde fue la noche. Futbol ofensivo de Nacional, con Duque figura, para golear con sustos, que llegaron de los errores de su inexperto portero, Quintana, quien sufrió con los pies y brillo con las manos. Liquidó con rápidas combinaciones a un Medellín inexperto, con sensibles ausencias, en el clásico paisa. El árbitro Rojas, desconocido, anuló dos goles legítimos a Duque y Vladimir, asociado con el VAR.  Menos evidentes que los fallos de Mario Herrera el Tolima-Junior en perjuicio del visitante.

Messi al Cuadrado. Messi de nuevo con sus deslumbrantes exhibiciones para reencarrilar a Barcelona que, como Santa Fe, tiene mas vidas que un gato. Y Cuadrado, en el veterano reencuentro con sus pases y gambetas para abastecer a Cristiano Ronaldo, imparable… ¿ O el imparable es Cuadrado?

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