Por Martha Díaz

El consumo de tabaco es factor de riesgo de seis de las ocho principales causas de muerte, por medio de las cuales llegan a morir hasta la mitad de sus consumidores. El costo de vidas en Colombia asciende a 32,000 personas anuales. Por otro lado, los costes económicos de este consumo asociados a la mortalidad, la disminución de productividad y los gastos en servicios de salud ascienden a 4.2 billones de pesos, equivalentes a cerca del 1.8% del presupuesto General de la Nación para el año 2018.

Educar Consumidores, organización líder en Colombia en la lucha contra la epidemia del tabaquismo, lanzó una alarma ante el crecimiento que han tenido los productos de tabaco calentado de última generación que hoy se pueden encontrar en gran parte de los centros comerciales y espacios culturales, situación que ha generado preocupación ya que por lo general son promocionados como alternativas libres de riesgo, sin contar aún, con evidencia científica concluyente.

PREOCUPACIÓN POR LOS JÓVENES

Señaló el experto Nicolás Parra de Educar Consumidores, que “genera gran preocupación el creciente despliegue de publicidad y promoción de dispositivos electrónicos dirigidos a introducir el hábito de fumar de nuevas maneras, especialmente entre los más jóvenes, los cuales son atraídos por medio de productos que tienen olores, sabores o presentaciones llamativas”.

En este sentido, Educar Consumidores, hace un llamado al gobierno nacional, para exigir que a estos productos se les exija el cumplimiento de las políticas públicas de control del tabaco, como se ha hecho con las demás marcas-

Entre los nuevos dispositivos para fumar se destaca el “IQOS”, un producto desarrollado por Philip Morris International y  distribuido en Colombia por su filial Coltabaco, el cual funciona calentando tabaco entre 350 a 400 grados centígrados, generando un aerosol que según recientes estudios contiene el 84% de la nicotina hallada en el humo de los cigarrillos convencionales, así como componentes volátiles, orgánicos e hidrocarburos policíclicos aromáticos,  entre los cuales se destaca el acenafteno, una sustancia que tiene estrecha relación con el cáncer.

Otros estudios han comparado los niveles de concentración de nicotina, alquitrán, monóxido de carbono (CO) y nitrosaminas específicas del tabaco (TSNA) en el humo y los componentes principales de IQOS con los de los cigarrillos convencionales, concluyendo que estos compuestos tóxicos no se eliminan por completo del humo principal de IQOS y que parte de estos tóxicos pueden pasar al humo exhalado por los fumadores.

Por otra parte, se tiene el comúnmente llamado “cigarrillo electrónico”, el cual se inscribe en la categoría de ‘vapeo’, un término que se extiende a toda forma de vapor que se inhala por diferentes métodos, señaló Nicolás Parra.

Bajo esta modalidad caben todos los elementos que recrean el sabor del tabaco usando extractos y aromas como madera, humo y frutos secos.

Aunque estos dispositivos se promocionan como inocuos, lo cierto es que en el último tiempo su uso se ha difundido a tal punto que se han convertido en dispositivos de uso social, tanto individual como colectivo. “Parecen inofensivos porque saben a frutas o esencias y se ha demostrado que tienen efectos deletéreos para el organismo, por lo que su uso debe restringirse”, dice la médica salubrista Esperanza Cerón.

PRÁCTICA PERJUDICIAL PARA LA SALUD

Una reciente publicación de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que tomó como base una serie de estudios clínicos, puso en evidencia que esta práctica es perjudicial para la salud porque muchas de las sustancias que se diluyen en el vapor y que entran al cuerpo humano son desconocidas. “Se ha demostrado que tanto en los dispositivos de ‘vapeo’ como el cigarrillo electrónico, pueden ocasionar desde irritaciones respiratorias y promover infecciones, hasta el desarrollo de enfermedades coronarias, e incluso, la muerte, señaló el cardiólogo Gabriel Robledo Kaser.

Por otro lado, y ante los hallazgos no conclusivos, los cigarrillos electrónicos y los ‘vapeadores’ no pueden ser utilizados como elementos terapéuticos en programas para dejar de fumar, porque se ha visto que la adicción a la nicotina se mantiene y expone a los enfermos a continuar con sus riesgos con el engaño de que estos son menores”, asegura la médica Esperanza Cerón.

Educar Consumidores entregará un documento contundente al Ministerio de Salud, para que tome cartas en el asunto y defienda la salud de los jóvenes que se sienten atraídos por este tipo de dispositivos que se están promocionando.

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