Por Guillermo Romero Salamanca

Sala de redacción de la Agencia Colprensa. Enero de 1981. Director general: Jorge Yarce Maya. Director de Información: Orlando Cadavid Correa. Jefe de redacción: Ángel Romero Bertel. Secretaria: Aura Rosa García.

Tema por tratar: Calidad informativa y avance en noticias.

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Jorge Yarce Maya, gestor de Colprensa. Foto ILL.

La reunión se llevó a cabo en la mansarda de la Diagonal 34 No. 5-63. Rosita entregó respectivos tintos a los asistentes, aunque el director de Información ya había consumido tres a esa hora de la mañana.

En esos maravillosos días, antes de subir al tercer piso, a esa sala de redacción, de una vez, sin pensarlo, pasaba uno por la cocina y Rosita le encomendaba llevarle un tinto al jefe. No había problema. Doña Rosa era ya mayor y había que ayudarle. Podían ser las ocho, las once, las 4 de la tarde. Siempre era bienvenido un café.

El doctor Yarce, empresario, filósofo y escritor había propuesto, como director de Promec, a los periódicos llamados regionales, montar una agencia de prensa. Le aceptaron y el primer director de información fue nombrado don Orlando Cadavid Correa. No llevó hoja de vida. Simplemente le pidieron que asumiera ese nuevo reto en su vida, después de estar en primer lugar con el noticiero de RCN Radio.

Le dieron libertad para que armara su selección noticiosa. Los únicos “colados” fuimos José Vicente Arizmendi y el suscrito, porque estábamos en un programa que se llamaba “Estudio Trabajo” con el cual se pagaban los estudios en el INSE, posteriormente Universidad de La Sabana y se laboraba en la agencia. A José Vicente le dieron el área de generales, dependiendo de Giraldo Gaitán y a mí me abrieron un área, novedosa en ese momento en los medios: Espectáculos.

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Don Orlando Cadavid Correa en Aquellos Maravillosos años 80.

Dos puntos importantes de la reunión. El director general habló de “trabajar cada día, en los pequeños detalles a la hora de redactar una noticia” y el del director de información: “ser los primeros con las noticias, buscarlas, ir detrás de ellas”. En una palabra: chivear.

Fueron decenas de noticias de primera página en cada una de las áreas. Años maravillosos. César Vallejo se lucía con sus chivas en orden público. José Ramón Núñez era el emperador en temas económicos. Arturo Jaimes se fajaba unas crónicas deportivas de colección. Giraldo Gaitán no dejaba pasar una noticia por el lado, la atrapaba al segundo. A las seis de la tarde traqueaban las máquinas de escribir y los télex no paraban de enviar información.

Era un extraordinario equipo humano.

En el área de Espectáculos había que cubrir todo lo relacionado en la Comisión Sexta del Congreso, Inravisión, Radio, Teatro y espacios de las Programadoras de Televisión.

Un día don Orlando Cadavid Correa me llamó a su oficina. “Joven –me dijo mientras bebía un cafecito—haga una nota con Pacheco”.

FERNANDO GONZÁLEZ PACHECO-CASTRO

HACE 3 AÑOS, MUERE FERNANDO GONZÁLEZ PACHECO, PRIMER PRESENTADOR COLOMBIANO DEL SIGLO XX, EL 11 DE FEBRERO DE 2014
Pacheco, el más popular personaje de la televisión colombiana.

Era el primer animador de la televisión colombiana. Todo un personaje. Nadie lo entrevistaba. Llamé a RTI y Luz Mery Garavito, su secretaria colaboró al ciento por ciento. Fui con Mario Hernández, el fotógrafo estrella de la agencia.

Pacheco colaboró al máximo con el aprendiz de periodista. Yo llevaba mis interrogantes escritos y él me decía antes de responder: “¿sabes que eso no me lo habían preguntado?”.

Al final, le curioseé al hombre más popular de la televisión en ese momento: ¿Es usted feliz? Y me quedé mirándolo. Libreta en mano esperé su respuesta. Puso sus manos en su cara. Guardó mucho silencio y no sé cuántos segundos pasaron hasta contestar: “Sí, ponga ahí que sí”.

La entrevista fue muy bien recibida por los periódicos. Le dieron gran despliegue. Don Orlando me llamó a su oficina, culminaba su cafecito cuando me dijo: “Bien, esa estuvo buena”.

EL CHAVO

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Roberto Gómez Bolaños. El dueño de El Chavo

Estábamos con el fotógrafo Mario Hernández en un evento en el Salón Rojo del Hotel Tequendama. Me dirigí al baño y allí me encontré con un señor, un poco cascarrabias. Su cara me parecía conocida. Vino la inspiración y le dije: “Usted se parece a Horacio Gómez Bolaños”. “Yo soy Godínez”, me contestó.

“¡Qué sorpresa! Mucho gusto, bienvenido a Colombia” y unas 7 preguntas que siempre hacemos los colombianos, le despaché al actor de “El Chavo del Ocho”.  “Soy periodista de Colprensa y me gustaría hacerle una entrevista”.

–“¿A mí? Nooo, a mi hermano.

–¿Está acá?

–Claro, ya le digo que lo atienda.

En menos de quince minutos estaba en medio del elenco del Chavo del Ocho. Mario Hernández se gozó tomándole fotos a Édgar Vivar, “el señor barriga” con un gran angular. Se reía el santandereano cada vez que obturaba su máquina.

Era la primera vez que entrevistaban a Roberto Gómez Bolaños en Bogotá. Iban para una presentación en Cali.

La nota tuvo excelente difusión y don Orlando Cadavid Correa me llamó a su oficina y me dijo: “Hoy no he tomado café”. Rosita ya subía con la tanda de la mañana y entonces, agregó: “hoy la sacamos del estadio”.

DON ADOLFO, MUCHO GUSTO

Esperaba a unos ciclistas en el aeropuerto Eldorado, cuando vino un señor y me preguntó: “¿Es usted Fulanito de tal?”. “No señor, soy Guillermo Romero Salamanca, ¿pero en qué le puedo servir?”. “Vengo a dictar una charla y el señor Fulanito no lo encuentro”. “Ya debe aparecer –le dije– y ¿de qué es la charla?”. “Sobre la paz en Colombia”, me contestó con su acento argentino.

“¡Qué bien, acá sí que necesitamos de paz! ¿Es usted profesor, sociólogo o estudioso?, le seguí hablando.

–Bueno, de todo un poco, soy Adolfo Pérez Esquivel, premio nobel de Paz 1980.

–¡!!!Mario!!!! una foto de don Adolfo, grité. Fue muy amable con las respuestas a un inexperto en temas de paz.

Otro tinto.

NOVIA Y AMANTE

Orlando Ríos Torres era un dilecto promotor discográfico de FM. Llegó a Colprensa con su pesado paquete de discos y me dijo: “¿Por qué no entrevista a Greta?”. “¿A quién?”. “A Greta. Ella es una cantante caleña, con una bonita voz. Es la vocalista de Novia y Amante. Mire, acá está su nueva producción. Escúchela y me cuenta”.

Pasaron varios días y me llamó Orlando. “¿Qué ha pensado de la entrevista con Greta?”.

“Estoy ocupado en estos días, pero le sacamos el tiempo. ¿Dónde la vemos?”, le manifesté.

–Yo me encargo de eso. No se preocupe. Usted tranquilo.

Seguía con la columna Pantallazos, las notas sobre el Espectáculo y a la semana el promotor de marras me volvió a llamar. “Greta nos espera pasado mañana en su casa, por la 53, a unas calles de la Avenida Ciudad de Quito, a las diez de la mañana”.

Perfecto. Llegó pasado mañana y nos fuimos con Eduardo Sotomayor, “Kiko” el otro fotógrafo estrella de la agencia y con Gallo, el Fittipaldi de los jeeps. Llegamos a la dirección citada, hora puntual. Golpeamos la puerta. No se oía nada. Orlando tocó más fuerte. Nadie por ahí. Media hora de espera. Nada.

Nos regresamos a la agencia sin entrevista.

Dos tintos.

NOYA

Pernito. Foto http://clownevolution.blogspot.com

–Vea, Guillermo, entrevístese a Pernito, me dijo don Orlando, el mejor periodista que ha dado este país. No era de muchas explicaciones, simplemente daba a cada periodista las indicaciones para hacer una nota. Sabía de todo: de música, de política, de mandos militares, conflicto armado, economía. Conocía a los congresistas a los líderes del país. Nunca fue a un coctel ni recibía atenciones. Sólo le preocupaba la información bien hecha, bien documentada y objetiva.

Alberto Noya era el payaso más popular de la televisión colombiana. Padre de Tuerquita y de Bebé. Trabajó por muchos años en Animalandia.

Lo contacté en los estudios de Inravisión desde donde se emitía el programa dominical animado por Pacheco.

Después de la presentación protocolaria me dijo: “Espéreme”.

A las 2 de la tarde terminó su actuación y me llevó a su casa en el barrio Santa Fe. Después del fatigoso trabajo –donde lo lavaron, golpearon, cachetearon, patearon, le hizo bromas a Pacheco, saltó y cantó—llegó a su casa y preparó unos exquisitos espaguetis a la boloñesa. Charlamos, en medio de varios vinos hasta las 6 de la tarde.

Fueron los años maravillosos de Colprensa. Notas con doña Gloria Valencia de Castaño, Saulo García, Raúl Santi, Fausto, Claudia de Colombia, Jorge Emilio Salazar, Álvaro Ruiz, Gloria Zapata, Támara, Isadora, Aurelio Valcárcel, Boris Roth, David Stivel, Jerónimo, Julio Iglesias, Carlos Benjumea, Bernardo Romero Pereiro, doña Yudy Henríquez, Gustavo Castro Caycedo, Raphael… pasaron por los télex de esta agencia, la de don Orlando Cadavid Correa.

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