México detecta el primer caso de la nueva variante india del coronavirus.

La ayuda internacional sigue llegando a India, donde los hospitales están colapsados y el número de muertes crece, mientras que una variante del coronavirus originada en este país asiático fue hallada en México el pasado domingo.

¿Qué se sabe de la variante india?

La variante india del coronavirus es considerada responsable, en parte, de una segunda oleada de la epidemia en dicho país, que ha llegado a registrar un pico de 300.000 casos de COVID-19 y 3.000 muertos en un solo día.

A pesar de la aparición de la variante india del coronavirus, los expertos insisten en que esta se detectó ya el pasado mes de octubre y que la situación actual en el país podría no estar directamente relacionada.

La Organización Mundial de la Salud anunció la semana pasada que esta variante del coronavirus, llamada B.1.617, había sido identificada en 17 países, varios de ellos europeos.

Fue clasificada como “variable de interés” y no como “variante preocupante” -denominación que indicaría que las mutaciones que tiene son más peligrosas-.

Al ser una “variante de interés”, los expertos consideran que sus características genéticas deben ser vigiladas. Esta clasificación se mantiene por el momento.

Pero la combinación de dos mutaciones podría también volverla más contagiosa, pero esto todavía debe “probarse a nivel epidemiológico”, según el consejo científico que asesora al gobierno francés.

Consultado sobre la variante india, el Dr. Sylvain Aldiguieri, jefe de Incidentes de la Organización Panamericana de la Salud, dijo ayer miércoles que “si bien algunas variantes han demostrado ser más transmisibles, no existe evidencia para inferir que pueden ser más letales. Hasta el momento todas las medidas de control que han sido implementadas, como uso de mascarilla, distanciamiento social y vacunación, han demostrado ser eficientes para detener la transmisión de cualquier variante”.

En general, tres variantes se consideran “preocupantes”, según la denominación oficial de la OMS, porque podrían ser más contagiosas y/o más virulentas.

Se trata de las detectadas primeramente en Inglaterra, Sudáfrica y Japón (pero en viajeros procedentes de Brasil, de ahí su nombre común de “variante brasileña”) y circulan, respectivamente, en al menos 139, 87 y 54 países, según datos de la OMS del 27 de abril.

¿Cuál es la eficacia de las vacunas?

Varios estudios in vitro apuntan que la variante inglesa apenas alteraría la eficacia de las vacunas, al contrario que la brasileña y la sudafricana, debido a la mutación en común E484K.

La variante india suscita las mismas sospechas debido a una mutación similar, la E484Q. Un estudio preliminar concluyó que la vacuna india Covaxin es menos eficaz contra esta variante, pero que garantiza no obstante cierta protección.

Pero todas estas investigaciones tienen sus límites, puesto que se centran solamente en la respuesta del organismo tras la vacunación, es decir, en la producción de anticuerpos. No evalúan en cambio otros tipos de inmunidad, como la actividad de los linfocitos T y B (inmunidad celular).

Un reciente estudio apuntó que la inmunidad celular “en gran parte, no se ve alterada por las mutaciones presentes en las variantes” inglesa, sudafricana y brasileña y “debería ofrecer una protección”, según sus autores, los Institutos Nacionales de Estados Unidos (NIH).

En cualquier caso, los fabricantes trabajan en el desarrollo de nuevas versiones de sus vacunas adaptadas a las variantes.

Esta adaptación es indispensable puesto que “probablemente continuarán surgiendo variantes contra las cuales las vacunas actuales podrían ser menos eficaces”, previno el Centro Europeo de Prevención y de Control de Enfermedades.

¿Cómo surgen?

La aparición de variantes es un proceso natural, ya que un virus va mutando con el tiempo.

La mayoría de las mutaciones de los virus “no tiene ningún impacto en términos de salud pública”, subraya la OMS.

Todo depende del tipo de mutaciones que adoptan.

Por ejemplo, las variantes inglesa, sudafricana y brasileña comparten una mutación denominada N501Y que se sospecha podría volverlas más contagiosas.

Y las variantes sudafricana y brasileña tienen otra mutación en común, la E484K, que reduciría la inmunidad adquirida por una infección pasada o mediante una vacuna.

Los nombres oficiales de las variantes son muy técnicos y no hay ninguna armonización internacional: por ejemplo, la variante inglesa se llama 501Y.V1 o VOC202012/01 y pertenece a la familia B.1.1.7.

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