El desconocimiento, la poca prevención de los ciudadanos, el crecimiento del comercio por internet y en gran medida, la poca inversión en tecnologías idóneas para realizar intercambios seguros a nivel presencial y digital, han disparado la suplantación de identidad y el fraude en el país.
“Diferentes medios han dejado evidencia casos recientes donde estos delitos terminan en la apertura de líneas telefónicas, apertura de productos financieros como créditos y tarjetas, o compras cuantiosas de productos o servicios por internet a nombre de personas que jamás han solicitado, dejándolos con importantes afectaciones económicas, reportes en centrales de riesgo y haciendo daño a su reputación”, explica Martha Moreno, presidenta ejecutiva de Certicámara, entidad de certificación digital y operador biométrico, con amplia experiencia en materia de protección de la identidad del usuario por medio de la tecnología y en soluciones para transacciones seguras en el mundo digital.
Y es que, según el segundo informe de la Cámara Colombiana de Comercio Electrónico (CCCE) sobre la jornada del Día sin IVA del 11 de marzo de 2022, hasta las 11: 00 a.m del día se realizaron aproximadamente 590 mil transacciones digitales que recolectaron 272 mil millones de pesos en ventas. Este volumen de transacciones convierte a los usuarios en blanco de delincuentes que buscan a los menos prevenidos, enviándoles, por ejemplo, correos electrónicos que tienen la apariencia de proceder de fuentes de confianza o incluso, suplantando directamente sus páginas web (como bancos, tiendas online, plataformas de pago, etc.) para engañarlos y robar su información confidencial.
Según un informede la Cámara Colombiana de Informática y Telecomunicaciones, el hurto por medios informáticos y la suplantación de sitios web tuvieron un crecimiento de 3% en el 2021, con 17.608 y 7.654 denuncias, respectivamente.
Es mejor prevenir que curar
“Hay que acabar con la cultura de pagar por daños ya hechos y empezar a usar tecnologías que, con altos niveles de seguridad y confianza, protegen nuestra identidad. Desde Certicámara, hemos desarrollado la tecnología adecuada para brindar seguridad técnica, jurídica y validez probatoria a la información electrónica, transacciones y documentos. Las entidades o empresas deben certificar su página web como segura y los clientes verificar que la página a través de la cual quieren hacer una transacción no le va a traer problemas, verificando que en la URL se vea en candado cerrado y la letra s que indica que se cuenta con un Certificado de Seguridad.”, aconseja Martha Moreno, presidente ejecutiva de Certicámara.
Y es que hoy en día, la tecnología es una aliada fundamental y existen suficientes herramientas de seguridad al servicio de las entidades financieras y los clientes, muchas de ellas reguladas desde hace décadas. Por ejemplo, Certificados de Seguridad SSL, firmas digitales, correos electrónicos certificados, Clave Segura, preguntas reto, OTP o la validación de identidad mediante biometría facial y dactilar. Estas tecnologías hicieron posible que durante el 2021, Certicámara protegiera más de 140 millones de transacciones.
Sin embargo, las organizaciones aún no invierten recursos económicos suficientes para adoptar altos estándares de seguridad, o lo que es más preocupante, no lo hacen de una manera eficiente y apropiada conforme a sus activos de información y ven lejos la posibilidad de convertirse en víctimas de algún ataque cibernético.
En cuanto a los consumidores y/o usuarios finales, se evidencia la falta de prevención y de un uso adecuado de las tecnologías. Es clave nunca dar datos personales a través de una llamada telefónica, tampoco ingresarlos en links que sean enviados por correo o mensajes de texto. Es mejor siempre colgar y llamar a la entidad financiera o a la empresa que corresponda. Los delincuentes hacen como una especie de pesca milagrosa, hay que estar prevenidos.
Evitar la suplantación de identidad y el fraude es de vital importancia para que se aproveche de manera adecuada los altos beneficios que ofrece el mundo digital tanto en el ámbito económico como social.
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