Por Gabriel Ortiz

La inflación y la especulación amargan la Navidad de los colombianos, que día a día ven con asombro, cómo los efectos de la pandemia no han cesado; no por acción del covid19, sino por la inexistencia de un frente común que oriente la economía con medidas racionales de recuperación y defensa de los consumidores.

Expertos calculan que la inflación puede ubicarse este año en el 13%, ya que al finalizar noviembre será del 12.34%.

Al Emisor le brillan los ojos para elevar un punto más la tasa y llevarla al 13%. Mi amigo Fernando Barrero, experimentado periodista económico, me aclaró que los bancos centrales utilizan ese mecanismo en tiempos inflacionarios. Esa era la teoría de los sabios financieros de MIT y Harvard. Pero han aparecido otros sistemas que con éxito han logrado excelentes resultados, con los que controlan las devaluaciones y los precios de los bienes de consumo, la inflación.

Si el Emisor solo mira las tasas, disminuirá los consumos familiares, pero a precios tan escandalosos que empujaron la inflación y la pobreza.

Ya lo advirtió el presidente Petro, cuando explicó que la canasta familiar está manejada por la especulación. Por ejemplo, la carne, la comida en general, la electricidad -en un país que mantiene repletas las represas por el invierno- los arriendos y demás consumos, sobrepasan los presupuestos de la población.

Dijo, con toda razón, que la riqueza se concentra en los dueños de medios de producción, para manejar a su antojo los precios.

Durante la navidad habrá, quiérase o no, una explosión del consumo, tras estos dos años de penurias y limitaciones generadas por la pandemia. Habrá una especie de liberación que invadirá comercios y disparará las ventas para compensar la escasez que padecen familias y comunidades.

La banca, el comercio y el sector financiero, serán los beneficiados porque las utilidades los inundarán con el crédito que, a nivel de usura, se aplicarán, sin miramiento a los colombianos post pandemia.   

En enero y de ahí en adelante, tarjetas de crédito, prestamistas y agiotistas, verán a su clientela desfilar por juzgados, tribunales, tinterillos y oficinas de cobranzas que los exprimirán, asfixiarán y arruinarán.

Entre tanto, el dólar continuará su carrera alcista, porque el Emisor no actúa. Deja el mercado cambiario a la deriva. No saca reservas para impedir la carrera desbocada, especulativa e inflacionaria que trae la divisa.

Todo esto nos conducirá a un incremento desmedido del salario mínimo, que cuando sea recibido por la fuerza laboral, ya no tendrá valor alguno. La especulación, la inflación y el enriquecimiento del sector financiero, aguarán esta navidad a toda Colombia.

CUATRO COLEGAS: Felicitaciones a Daniel Coronell, Periodista del Año del Premio Bolívar. Gran e indiscutible merecimiento.

Tras una vida ejemplar, Lucy Nieto deja su extraordinaria columna que escribe desde 1963.

Ineludible galardón otorgó el Premio Bolívar a Fidel Cano, digno sucesor de una estirpe y un linaje.

Nuestro entrañable amigo Juan Gossain, sigue luchando por su brillante vida. Lo acompañamos con nuestras oraciones. 

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