Uno de los aspectos que más preocupan de la obesidad y el sobrepeso, es que tener cualquiera de estas dos patologías incrementa de manera considerable el riesgo de desarrollar enfermedades más graves como la diabetes, problemas cardiovasculares y diversos tipos de cáncer. En total, estas han sido relacionada con la aparición de 195 comorbilidades diferentes. Si a esto se suma, que las personas tengan unos hábitos alimenticios deficientes, el riesgo de aparición de enfermedades del tracto digestivo aumenta considerablemente. 

 Frente a este panorama, el Dr. Miguel Omeara, médico internista y especialista en endocrinología, indicó que cuando existe sobrepeso u obesidad el tracto digestivo se puede ver afectado de distintas maneras y que esa relación está más que comprobada, principalmente por una mala alimentación y consumo de alcohol, que deterioran progresivamente los órganos que lo conforman.  

 “El solo hecho de tener obesidad o sobrepeso incrementa el riesgo de estas enfermedades, debido a los cambios físicos y hormonales que se producen. El consumo de comidas procesadas, ricas en grasas, azúcares y carbohidratos, promueve cambios a nivel inflamatorio que afectan la calidad de vida del paciente y van deteriorando los órganos digestivos, esto sin contar con los efectos de otros factores nocivos como el consumo de alcohol o tabaco. La alimentación balanceada y los buenos hábitos de vida son fundamentales para evitar el deterioro considerable que generan estas patologías”, indicó el especialista.  

 A continuación, La Verdad De Su Peso, plataforma digital que aborda la obesidad y el sobrepeso de manera informativa, presenta cinco enfermedades que deben ser tenidas en cuenta por estos pacientes, y pueden ser controladas adecuadamente gracias a un proceso de pérdida de peso, acompañado por los médicos especialistas.      

 1. Enfermedad por reflujo gastroesofágico: según la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, la obesidad es uno de los factores de riesgo que se han identificado para el desarrollo de la enfermedad por reflujo gastroesofágico, más conocida como ‘reflujo’, pero no es la única. Esta afección ocurre cuando un músculo al final del esófago, el tubo que transporta los alimentos desde la boca hasta el estómago, no se cierra adecuadamente haciendo que el contenido del estómago regrese, o haga reflujo, hacia el esófago y lo irrite. 

 Algunos de los síntomas del reflujo son: acidez, sensación dolorosa y de ardor en la mitad del pecho, regurgitación. Otros síntomas podrían incluir problemas o dolor al tragar, vómito persistente o inapetencia, así como complicaciones en la boca, garganta o pulmones como tos o ronquera. 

 De acuerdo con el estudio “Obesity-Related Digestive Diseases and Their Pathophysiology”, si bien los datos sobre la reducción de peso como manejo de esta enfermedad son menores, sí se evidenció que incluso una pequeña reducción del peso, de entre 2 a 3 kilos, tiene una asociación directa con la disminución de los síntomas del reflujo. 

 2. Gastritis: tanto esta enfermedad como la gastropatía son afecciones que afectan el revestimiento (mucosa) del estómago. Cuando la gastritis aparece, el revestimiento del estómago está inflamado, pero cuando se habla de una gastropatía, ese revestimiento ya está dañado, pero no inflamado. 

  Los síntomas incluyen: dolor o molestia en la parte superior del abdomen, náuseas o vómitos, sensación rápida de llenura, inapetencia y adelgazamiento. En los casos más graves, el revestimiento del estómago podría sangrar y manifestarse en heces de color negro o con apariencia de alquitrán o sangre de color rojo o marrón mezclada con las heces o vómito con sangre roja o que parece granos de café. 

 La gastritis y la gastropatía pueden ser crónicas, desarrollarse lentamente y durar mucho tiempo, o pueden ser agudas, desarrollarse repentinamente y durar poco tiempo. Algunas formas son erosivas, es decir, que desgastan el revestimiento del estómago y causan roturas superficiales (erosiones) y úlceras, y otras no. 

 3. Hígado graso: según el Colegio Americano de Gastroenterología, la enfermedad por hígado graso no alcohólico (EHGNA) abarca a un grupo de afecciones en las que se presenta excesiva acumulación de grasa dentro del hígado de gente que consume poco o nada de alcohol. La forma más común de esta enfermedad es una afección como hígado graso, en la que se acumula grasa dentro de las células hepáticas. 

 El estudio “Obesity-Related Digestive Diseases and Their Pathophysiology”, señala que la prevalencia de esta enfermedad es del 14% al 30% de la población general y la obesidad es uno de los principales factores de riesgo. Su prevalencia es 4,6 veces mayor en personas con obesidad y, si no se controla a tiempo, alrededor del 25% podrían presentar fibrosis hepática que empeora con el tiempo, derivado en una cirrosis si no se tienen los controles adecuados. 

 Los expertos coinciden en que un proceso de pérdida de peso, acompañado de alimentación saludable, ejercicio y acompañamiento médico, es una de las formas eficaces para reducir la cantidad de grasas en el hígado.  

 4. Cáncer de estómago: según el Observatorio Global de Cáncer (Globocan), este tipo de cáncer ocupa la sexta posición en incidencia a nivel mundial, con una tasa de 11,1 casos por cada 100.000 habitantes para el 2020. En Colombia, según el mismo indicador, ocupa la quinta posición, con una incidencia de 12,8 casos por igual número de habitantes. Los malos hábitos alimenticios, el sedentarismo, la falta de un manejo integral para los pacientes y más programas de prevención son, entre otros, los factores que explican por qué se han disparado las cifras en el país. 

 De acuerdo con la Sociedad Americana del Cáncer, este tipo de tumor, conocido también como cáncer gástrico de cardias (la parte superior del estómago más cercana al esófago), tiende a desarrollarse lentamente por un periodo de muchos años. Antes de que se forme un verdadero cáncer, a menudo ocurren cambios precancerosos en el revestimiento interno (mucosa) del estómago que por lo general no causan síntomas y, por ende, no se detectan a tiempo.  

 Si bien el sobrepeso o la obesidad son causa probables la aparición de estos cánceres, aún más lo es el hecho de llevar una alimentación con grandes cantidades de alimentos ahumados, preservados en sal, pescados y carnes procesadas. Los nitritos y nitratos son sustancias que se encuentran comúnmente en este tipo de productos curados y que, expuestas a ciertas bacterias, como la H. pylori que causan problemas estomacales, pueden convertirlos en compuestos que han demostrado causar cáncer de estómago en animales y aumentar el riesgo en humanos. 

 5. Cáncer de colon: este es el tercer cáncer en incidencia en Colombia, con una tasa de incidencia de 16,9 casos por cada 100.000 habitantes, según Globocan. También conocido como cáncer colorrectal, generalmente comienza en el intestino grueso (colon) o en el recto (parte final del colon) y se caracteriza por ser uno de los más difíciles de tratar, luego de su detección. 

 La Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, indica “lo que las personas comen juega un papel en el riesgo de padecer este tipo de cáncer. El cáncer de colon puede estar asociado con una dieta rica en grasas, baja en fibra y un consumo alto de carnes rojas. Algunos estudios han encontrado que el riesgo no se reduce si usted pasa a una dieta rica en fibra, así que este vínculo aún no está claro”.

 Así mismo, las carnes cocinadas a temperaturas muy altas (fritas, asadas o a la parrilla) pueden liberar químicos que podrían aumentar el riesgo de cáncer. 

 “Cuidar la alimentación desde edades tempranas es fundamental para evitar la aparición de estas enfermedades. Para aquellas personas que tienen factores de riesgo derivados de su alimentación y hábitos diarios, lo mejor es acudir a un especialista que los pueda acompañar en el proceso para recuperar su salud. No se trata solo de bajar de peso, sino de establecer unos mejores hábitos alimenticios de por vida, ojalá incorporando suficientes frutas, verduras y granos integrales, limitando el consumo de carnes rojas y procesadas, bebidas azucaradas y alcohol, aumentando así la posibilidad de mejorar su salud para el futuro”, concluye el especialista Omeara. 

 A su turno, la Dra. Sandra Núñez, vocera de La Verdad De Su Peso, indicó que otro punto clave para evitar la aparición de estas enfermedades o su progresión en el tiempo es estar bien informado y consciente de los efectos de una alimentación poco balanceada a corto y mediano plazo. “Es importante que los pacientes entiendan que cada organismo es diferente y por ende hay alimentos que funcionan para algunos y para otros no. Conseguir un balance, apoyarse en el nutricionista e informarse en sitios con información veríficada científicamente, como La Verdad De Su Peso, son acciones sencillas que podemos realizar para poner de nuestra parte en el proceso de cuidado de la salud”, concluyó la especialista.  

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