Todos en algún momento hemos estado expuestos a las críticas de los demás, la diferencia entre dejarse afectar o no, está en el manejo que cada quien le dé a este tipo de situaciones. Las siguientes son recomendaciones para aprender a que las críticas no hagan estragos en nuestra autoestima, y, al contrario, convertirlas en fuentes de aprendizaje y fortalecimiento interior.

 Es importante entonces, no sólo aprender a recibir las críticas, sino a sacar partido de ellas. Los siguientes son cinco pasos que ayudarán a lograrlo:

1. Identificar qué hay detrás de la crítica. Jennifer James autora del libro “¡No se ofenda!”, invita a reflexionar acerca del origen de la crítica, por ejemplo: ¿es un comportamiento característico de la persona, lo repite regularmente con otros? ¿O es claramente dirigido a usted? ¿Lo que busca ese comentario es ponerlo a competir, a ponerlo alerta?

 De encontrarse que la crítica es un ataque directo hacia usted, vale preguntarse, además: ¿Qué le está pasando al que trata de herirlo? ¿Qué crisis personal podrá estar atravesando? Esto debido a que “las personas, en su mayoría, no están enojadas por la razón que ellas piensan o tratan de proyectar, sino que, por lo general, buscan herir porque le temen a algo. También puede ser un deseo de llamar la atención o una debilidad de su propia autoestima.” Explica Jennifer James.

2. No reaccionar inmediatamente. “Ante la crítica, lo mejor, en muchos casos, es callarse y asentir. Suena a mansa sumisión, pero especialmente si somos pasionales, es mejor darnos tiempo cuando estemos a solas para reflexionar sobre aquello que nos han dicho. Sólo entonces podremos distinguir lo útil de lo accesorio, y extraer una valiosa enseñanza.” Es la recomendación de Héctor G. Barnés en un artículo de Elconfidencial.com.

 Aunque suene difícil de aplicar, es la clave para evitar “salirse de casillas” y que los conflictos pasen a mayores sin necesidad. Este ejercicio le dejará ver la crítica desde otra perspectiva, pues le permitirá determinar si en realidad no vale la pena prestarle atención o si tal vez hay algo de nuestra parte que se deba mejorar.

 3. Rescatar lo bueno de la crítica. Las críticas conocidas como “destructivas” pueden tener algo de “constructivas”, hay que aprender a captar la esencia y ser los suficientemente maduro y sincero consigo mismo para darse cuenta cuándo una crítica ha tocado uno de nuestros puntos débiles. Lo más sensato en estas situaciones, es no ponerse a la defensiva y reconocer el error, ya con este paso se alivia ese peso interior que esto puede acarrear. El paso siguiente será dejar este episodio atrás y no dramatizar.

4. Enterrar la crítica. Ante las críticas más duras y que sólo buscan hacerle daño, lo más recomendable es enterrarla, como dice el refrán “a palabras necias, oídos sordos”, sin permitirse sentir odios ni rencores. Así lo sugiere James en su libro: “Si tiene la fortaleza necesaria, capte el comentario, reconozca que no tiene nada que ver con usted, cave un hueco imaginario y olvídese de él. Luego respire profundo y pase la página. La capacidad de olvidar es una de las más importantes herramientas de sobrevivencia que existen.”

5. No personalizar cada desacuerdo o conflicto. Muchas veces un comentario desafortunado se da en momentos de tensión, ira, miedo, ansiedad, estrés; siendo esos instantes los más susceptibles para que las personas se expresen de forma inadecuada. Por eso, cada comentario en contra, no puede ser tomado como una ofensa personal, pues de esta manera se está permitiendo que la autoestima sea lesionada una y otra vez.

Finalmente, perder el temor a las críticas y aprender a afrontarlas cuando se presentan, es uno de los mayores aprendizajes que van en camino hacia la madurez y armonía personal.

Textos y fotos: lafamilia.info

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