Por Alcibiades Bottía*

Colombia se ubica en la región latinoamericana entre los países más rezagados en la asignación del salario mínimo, pero paradójicamente se encuentra entre los tres primeros lugares en tener mayor número de peajes con cobros diferenciales sin equidad ni justicia.

Según normas internacionales, entre un peaje y otro debe haber una distancia de 110 kilómetros, pero en Colombia se instalan, en promedio, cada 72, de acuerdo con un estudio de la Universidad Manuela Beltran.

El desfase tarifario es tan alto que resulta siendo tres veces mayor al que se paga entre Washington y Nueva York, con la diferencia de la calidad de carreteras.

Las autoridades explican que el alto valor de los peajes se debe a la deficiente infraestructura, las fallas logísticas y problemas ambientales, pero entonces, ¿en qué se gastan los recursos de los peajes?, ¿cuál es el criterio para otorgar las concesiones?, ¿a quién se las adjudican?, ¿se pagan favores políticos con estos contratos?, ¿qué buscan con introducir cambios drásticos para elevar los peajes, confundiendo a los automovilistas con supuestas rebajas de acuerdo con colores verde, azul y rojo con que se están pintando las casetas?.

Si ese es el manejo que se le da a una actividad que vale casi $ 3 billones al año, entonces apague y vámonos porque aquí todo se va en improvisación y mermelada.

*Alcibiades Bottía, periodista económico por más de 40 años en diferentes medios de comunicación de Colombia.

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