El pie diabético puede llevar consecuencias graves como la amputación del pie

Entre el conjunto de efectos que tiene la diabetes, uno de ellos es el pie diabético, que surge cuando el pie o los pies se lesionan o sufren alteraciones sin aparentes problemas de circulación. Aquí hablaremos de ellos.

¿Qué es el pie diabético?

Según la Clínica Mayo, es una alteración clínica de origen neuropático (surge de la afectación en los nervios) e inducida por la hiperglucemia. Con o sin coexistencia de isquemia, y previo desencadenante traumático, produce lesión o alteración del pie.

Factores de riesgo

Cuando aparecen úlceras en los pies, la atención debe producirse de manera inmediata. Más del 80% de las amputaciones empiezan por úlceras en los pies.

La úlcera que no cicatriza y que provoca una lesión externa en los tejidos puede requerir extirpación quirúrgica de un dedo, pie, o parte de la pierna en los casos más graves.

Algunas personas con diabetes corren más riesgo que otras. Los factores que incrementan el riesgo a la amputación son los siguientes:

  • Fumar
  • Niveles altos de azúcar.
  • Lesión a los nervios de los pies (neuropatía periférica).
  • Callos o callosidades.
  • Deformaciones en los pies.
  • Enfermedad renal.
  • Deterioro de la visión.
  • Amputaciones anteriores.
  • Antecedentes de úlceras en los pies.
  • Mala circulación en las extremidades (enfermedad arterial periférica).

¿Cómo prevenir la amputación del pie?

La estrategia más recomendada para prevenir y evitar las úlceras en los pies a causa de la diabetes es llevar a cabo una dieta saludable, ejercicios regulares, cumplir con los medicamentos regulados, y controlar el nivel de azúcar en la sangre.

Un cuidado adecuado de los pies debe ser una medida de apoyo a la anterior. Estos son algunos consejos vinculados con ello.

Inspección diaria de los pies: Revisa tus pies a diario en busca de ampollas, laceraciones, cortes, grietas, llagas, enrojecimiento, etcétera. Si tienes un problema para alcanzar las plantas de los pies, utiliza un espejo de mano.

Lávate los pies todos los días: Lávate los pies con agua tibia. Sécalos con suavidad colocando especial atención entre los dedos. Trata la zona donde se forman las callosidades con una piedra pómez.

No camines descalzo: Esta medida se aplica en todo lugar, incluso en tu casa.

Calcetines secos y limpios: Utiliza calcetines cuya fibra aleje la transpiración de la piel, con acrílicas especiales y de algodón, no nailon. Evita los calcetines que compliquen la circulación.

Tomado de elmundoalinstante.com

 


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