Por Guillermo Romero Salamanca

Esta historia es para quienes tienen algo más de 50 años. Hubo una época en la cual la televisión era en blanco y negro, o, mejor, tenía miles de tonalidades grises y sólo había tres canales. Para cambiar de estación, era necesario levantarse e ir hasta el aparato y mover una perilla del 7 al 9 o al 11 o al revés. No había más. Ni cuentos de parabólicas, ni de televisión por satélite ni mucho menos Netflix.

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En sus tiempos de locutor, quería ser también cantante lírico, pero pudo más las actuación de televisión donde se consagró. Foto Wikipedia.

En la mayoría de los casos, era necesario ver los programas de mayor sintonía desde la calle, por la ventana de la sala de la casa del vecino. Se contaba con suerte si le dejaban ingresar al salón después de limpiarse bien los zapatos y no moverse de la silla o del rincón donde lo ubicaba la dueña de casa.

Pero a pesar de las incomodidades y de las tristes lágrimas que se derramaron en aquellos escondrijos, los pequeños televidentes abrían sus ojos para ver fulgurantes programas como Tarzán, Batman, el Capitán Nice, Linterna Verde, El Fugitivo, Bonanza, El llanero solitario y desde luego, Las Aventuras del zorro.

Este último enmascarado era interpretado por el neoyorquino Armando Joseph Catalano, primero actor de cine y luego de la televisión. Sólo le bastaba pegarse un bigote, ponerse una máscara, un sombrero y una capa. Salía con su espada, encima de su caballo prieto azabache llamado Tornado, que era dócil a su dueño y le respondía cuando lo chiflaba.

Las aventuras del zorro contaban historias en las cuales don Diego de la Vega luchaba, de subversivo, contra la opresión de los tiranos españoles de turno, defendía a los nativos, les hacía devolver sus tierras, no estaba de acuerdo con los falsos positivos, la mermelada, ni mucho menos la extorsión, el secuestro y la politiquería. Era un héroe a carta cabal.

Cada ocho días se pasaba un capítulo que era esperado con ansiedad por decenas de chiquillos de las barriadas colombianas. Los padres sabían con total seguridad dónde estaban sus pimpollos porque la televisión en esa época absorbía las mentes de las personas. Eso ha cambiado, porque ahora están dominados por la cultura, las bibliotecas y los centros de pensamiento.

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En su papel más conocido, el sargento López García en Las Aventuras de El Zorro. Foto YouTube.

El bien querido zorro peleaba contra los soldados españoles y uno de sus comandantes era el sargento Demetrio López García, interpretado por el genial Henry Calvin, un actor, cantante lírico y comediante texano, cuyos biógrafos no saben en realidad cuándo nació. Unos dicen que en 1910 y otros que fue en 1918.

Para ser sinceros se llamaba Wimberly Calvin Goodman, pero su agente artístico le cambió ese nombre por el de Henry, estudió en escuelas públicas y cantaba en el coro de las iglesias bautistas.

Ya mayorcito pasó a la radio donde condujo algunos programas, pero pronto se entusiasmó por el cine, donde actuó en un reducido número de películas hasta cuando un hombre de audición le pareció que podría hacer el papel del sargento López García por su semblante. Para hacer más sensible su actuación le dieron un uniforme que le quedaba muy justado haciéndole ver aún más su barriga. En casi todas las escenas se le veía comiendo o bebiendo vino en la cantina. Cuando estaba en su alcoba, tenía presas de pollo debajo de la almohada y cuando despertaba era para darle las llaves a quien debía apresar: al zorro.

Claro, él quería casarse con la señorita Dolores Maldonado, tener una familia numerosa, dejar el Ejército y no perseguir más al zorro que cada vez que se lo encontraba, algún daño le hacía con su espada a su uniforme.

Henry no se dejó quitar el papel coprotagónico del sargento López García. Fueron muchos años de actuación. Aún cuando se terminó la serie, seguía de amigo de Armando. Incluso viajaron a la Argentina en 1973 con el fin de hacer unas presentaciones benéficas. En el aeropuerto miles de señores les gritaban “zorro, zorro, zorro”.

El gordito era feliz, hacía reír aún a quienes lo vieron uniformado en la serie de televisión, pero un cáncer en la garganta le quitó la vida en Dallas el 6 de octubre de 1975. Se calcula que tendría unos 57 años.

 

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Los dos actores de El Zorro y el Sargento López García en su paso por Argentina donde estuvieron en colegios y hospitales visitando niños y firmando autógrafos. Un año después fallecería. Foto Pinterest.


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