La alimentación puede hacer que tengas una edad biológica menor a la cronológica

Cómo está funcionando tu cuerpo y cómo luces tiene que ver con la edad, pero también influyen otros factores, como la alimentación y ciertos hábitos, como fumar, hacer o no ejercicio, la exposición al sol y el descanso.

Es una realidad que conforme pasan los años se disminuye la producción de colágeno, perdemos masa muscular y nuestro cuerpo sufre cambios, la dieta es muy importante para mantenernos, sentirnos y vernos bien.

Debemos diferenciar la edad cronológica (los años que cumples) de la edad biológica, esta última es la edad de tu organismo, de tus células, que no tiene por qué ser igual que la edad cronológica, tienes más control sobre ella ya que afectan factores como los que hablamos al inicio de este artículo. Lo que comes puede envejecerte de manera prematura.

Pan dulce

Los productos horneados son ricos en azúcares y grasas añadidas, inflaman todo tu cuerpo, lo cual acelera el proceso de envejecimiento, además favorecen la obesidad, diabetes y problemas cardiovasculares.  Opta por panes hechos de harina integral y bajos en azúcar.

Azúcar agregado

El azúcar agregado es aquel que se añade a los alimentos y el viene en la mayoría de los productos procesados y preparados. Incluye el azúcar morena, el edulcorante de maíz, el jarabe de maíz, la miel y otros.

Además de inflamarte y llevar a una mala circulación, el azúcar también daña el colágeno y la elastina, ambas sustancias hacen que la piel se vea suave y flexible.

No necesitas para nada el azúcar agregado, obtén la glucosa que tu cuerpo necesita de frutas, verduras y la leche. “Estas son adiciones saludables a tu dieta”, dice el Dr. Andrew Bremer, pediatra y experto en edulcorantes (National Institutes of Health).

Bebidas energéticas

Las bebidas energéticas que se comercializan para aumentar el estado de alerta y niveles de energía podrían ocasionarte más problemas que beneficios, sobre todo si se excede en su consumo ya que contienen cantidades significativas de azúcar y cafeína.

Pueden conducir al aumento de peso, te deshidratan, dañan tus dientes y hasta un mayor riesgo de diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares y gota advierte la Escuela de Salud Pública de Harvard.

Alcohol

El alcohol tiene un alto contenido calórico, te inflama y afecta la apariencia de tu piel.

Además, el consumo excesivo de alcohol puede dañar el hígado y el corazón; aumentar las posibilidades de desarrollar cáncer de seno y algunos otros tipos de cáncer y además contribuir a la depresión.

Las pautas federales recomiendan no consumir más de una o dos bebidas por día para hombres y una bebida por día para mujeres. ¡Evita las bebidas preparadas!

Alimentos con mucha sal

El consumo elevado de sodio te hace retener líquidos, te hincha, te dan un aspecto cansado, acelera el envejecimiento. Suma que eleva la presión arterial, aumenta el riesgo de enfermedades cardíacas, derrames cerebrales e insuficiencia renal.

La OMS recomienda a los adultos consumir menos de 2 gramos de sodio por día. ¡No agregues sal a tus comidas!, el sodio que necesitas viene de manera natural en tus alimentos.

Comida congelada

Muchos alimentos procesados y congelados tienen mucho sodio y aditivos para hacerlos “más sabrosos”.

Siempre debes leer las etiquetas.

Carne procesada

Estos alimentos conducen a la oxidación de tus células, por ello envejeces prematuramente. Además de estar cargados de sodio, la carne procesada está clasificada por la OMS en la categoría de alimentos que pueden causar cáncer. Estudios refieren que incrementan 42% el riesgo de enfermedad cardíaca y un 19% de posibilidades de sufrir diabetes tipo 2.

Margarina y otras grasas trans

Mayo Clinic advierte que las margarinas en barra generalmente tienen más grasas trans que las margarinas blandas.

Las grasas trans, como las grasas saturadas, afectan la apariencia de tu piel, aumentan los niveles de colesterol en la sangre y el riesgo de enfermedades del corazón. Además, reducen los niveles de lipoproteínas de alta densidad (HDL) o colesterol “bueno”.

En los Estados Unidos, las principales fuentes de grasas saturadas en la dieta son:

  • Pizza y queso
  • Leche entera y baja en grasa, mantequilla y postres lácteos
  • Productos cárnicos (salchichas, tocino, ternera, hamburguesas)
  • Galletas y otros postres a base de granos.
  • Una variedad de platos mixtos de comida rápida.

Comida frita

Las comidas fritas no son las mejores aliadas de tu piel, ni de tu salud, te inflaman y además pueden aumentar hasta un 55% el riesgo de diabetes tipo 2 y enfermedad cardíaca.

Al freírse, algunos alimentos aumentan el contenido de sustancias no deseables como la acrilamida, que puede aumentar el riesgo de cáncer.

Adempas, las personas con una predisposición genética a la obesidad tienen un mayor a aumentar unos kilos al cosumir comida frita.

Textos y fotos: elmundoalinstante.com

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