Por Guillermo Romero Salamanca

El templete acaba de cumplir 50 años. Es el símbolo de las visitas papales en Colombia.

Durante la alcaldía de Bogotá del cucuteño Virgilio Barco Vargas la meta era convertir a la capital en una gran mole de cemento.

Los capitalinos vieron entonces cómo la ciudad se extendía a pasos agigantados con grandes avenidas y con edificaciones que parecían alcanzar el cielo.

Virgilio Barco fue nombrado mandatario por presidente Carlos Lleras Restrepo y se propuso como meta extender la ciudad.

El ingeniero civil gobernó la capital entre 1966 y 1969. Dentro de sus obras figuran el Planetario de Bogotá, remodelación del Palacio Liévano y de la sede del Concejo, la construcción del Coliseo Cubierto El Campín y mejoras del estadio Nemesio Camacho.

Se le debe también la conversión del Parque Nacional de Chingaza para proveer de agua a la capital.

En el plan vial construyó la avenida 68, la prolongación de las Avenidas Caracas y Ciudad de Quito, abrió la calle 63, entregó la Avenida Primero de Mayo y remodeló el Aeropuerto Eldorado.

Nuevas viviendas se levantaron en decenas de sectores y numerosas escuelas se vieron por doquier.

Fue la transformación de la ciudad, después del empujón que le había dado el general Gustavo Rojas Pinilla.

El Papa Pablo VI manifestó su deseo por organizar el trigésimo noveno Congreso Eucarístico Internacional y el futuro presidente vio una oportunidad para dar a conocer la ciudad en el mundo entero. Vendrían decenas de medios de comunicación en este evento y mostrarían a la ciudad.

Antes de Colombia, Brasil y Argentina ya habían sido sedes de esta asamblea de la Iglesia católica, convocada por el Pontífice, donde se da culto a la Eucaristía y se orienta la misión de la Iglesia en el mundo.

La noticia para Colombia era que vendría el propio papa Pablo VI al Congreso y era la primera vez que el Vicario de Cristo viajaba a América Latina.

Se necesitaba un escenario capaz de albergar a miles de fieles y entonces se reunieron Monseñor Mario Revollo Bravo, Monseñor Aníbal Muñoz Duque y el propio alcalde para buscar un sitio y, con el visto bueno del presidente, se optó por construir en la hacienda El Salitre un templete, por su comodidad y para que fuera un símbolo del encuentro.

Un techo redondo, con unas grandes columnas, sin paredes para que muchos pudieran ver al Papa se comenzó a idear y después de dos años de obras se entregó la obra –realizada por la firma Cuellar Serrano Gómez– que sería presidida por Pablo VI en su visita a Colombia, el 22 de agosto de 1968.

Llegada del papa Pablo VI. Foto Arquidiócesis de Bogotá.

Ese día, el Pontífice ordenó a 200 presbíteros y diáconos. En la ceremonia, les dijo a los recién ordenados: “Te damos gracias, Señor, por este acontecimiento, que tiene origen en tu infinito amor y que, más que hacernos dignos, nos obliga a celebrar tu misericordia misteriosa y nos incita solícitamente, casi con impaciencia, para salir al encuentro de las almas a las cuales está destinada toda nuestra vida, sin posibilidad de rescate, sin límites de donación, sin segundas intenciones de intereses terrenos”.

 

 

El lugar quedaba distante de lo que hasta ese momento se conocía en Bogotá. Los bogotanos decían que por qué tan lejos les tocaría ir a ver al Papa. Fue necesario poner en funcionamiento el tren para que llevara a miles de personas que venían de Facatativá y del norte de Bogotá.

Celebración litúrgica a cargo de Monseñor Urbina. Foto Javier Aguillón.

Se construyó una gigantesca Cruz en cemento y se hicieron vías para que pasara la caravana papal.

Los organizadores previeron también la construcción de inmensos baños y los avivatos lanzaron el Teodolito Papal que era un tubo en cartón con dos espejos y que servía para pasar la visión por encima de las cabezas de los ensombrerados fieles.

El templete cumple 50 años de funcionamiento y ha tenido la presencia de tres papas: Pablo VI, Juan Pablo II y Francisco.

En la actualidad el Templete quedó en la mitad del Parque Simón Bolívar y sirve para oficiar misas, escenario de exposiciones de pinturas y fotografías y como sede para diversas conferencias.

Ya es un lugar equidistante de la ciudad.

Con motivo de la celebración de los 50 años del Templete, monseñor Óscar Urbina Ortega ofició una misa con 50 sacerdotes y 7 obispos más y  se ofreció un concierto a cargo de la Banda Filarmónica Juvenil de Bogotá.

El doctor en Derecho Canónico, Hernán Olano, dictó una conferencia sobre la visita Pablo VI.

 

 

 

 

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