La cría de insectos para generar harina como alimento animal y humano, desarrollada en un piloto en el sur de Bolívar, es un modelo de negocio innovador, rentable y con propósito social.

Con los órdenes ortópteros (saltamontes), coleópteros (cucarrones) y lepidópteros (polillas y mariposas) se genera un alimento seco (conocido como pienso) para animales de granja, y harina para consumo humano.

Los insectos se crían con una dieta compuesta por germen de trigo, cereales, agar, levadura, vitaminas y preservantes, entre otros, que permiten que estos ganen rápidamente peso nutritivo.

El producto es una gran fuente de proteína –más concentrada en comparación con la carne convencional– y a bajo costo. “Insectos en estados larvales pueden convertir 2 kg de alimento en 1 kg de masa de insecto, mientras el ganado requiere 8 kg de alimento para aumentar 1 kg de peso corporal”.

Así lo afirma Rodolfo Mejía Cruz, gerente general del Grupo Templanza, ganador de la Feria de Agroemprendimiento de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL).

El piloto se desarrolla con la Red de Mujeres del Magdalena Medio, quienes producen harina proveniente de larvas de mariposas y polillas en Santa Rosa, Simití, San Pablo y Cantagallo, entre otros municipios.

Con el apoyo de la líder Nieves Rodríguez Noguera, ellas han socializado el proyecto y los lugares a trabajar, determinados a través de cartografía social.

Debido a la emergencia sanitaria las capacitaciones se han suspendido y están a la espera de recursos para que el piloto tenga un desarrollo holístico y real sobre las variedades de producto.

Menos contaminación

Entre otras ventajas, la cría insectos contribuye a disminuir los gases de efecto invernadero generados en la cría de ganado convencional, ya que mientras los cerdos producen entre 10 y 100 veces más gases por kilogramo de peso, los insectos pueden alimentarse de residuos biológicos y transformarlos en proteínas de alta calidad y pienso.

De igual forma, los insectos necesitan menos agua y menores porciones de tierra, y por ende la transformación de alimento es mucho más rentable y surge como una alternativa en la producción de proteína animal. Actualmente, se encuentran desarrollando el piloto y todavía están en proceso de llegar al mercado nacional e internacional.

“Un elemento que ha orientado al Grupo son los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, que abordan la erradicación de la pobreza y el hambre en el mundo; generamos una opción con seguridad alimentaria y al mismo tiempo un ingreso económico para quienes lo desarrollan”, comenta el gerente Mejía.

El Grupo Templanza está compuesto por 12 profesionales de diferentes disciplinas, con una experiencia de alrededor de 20 años y participación en proyectos sociales, comunitarios y empresariales como el Programa Paz y Desarrollo del Magdalena Medio, que han permitido el contacto con líderes de la zona.

La metodología vivencial del Grupo permite generar un cambio por medio de las comunidades, fomentando su bienestar político, social y económico, a través de nuevas formas para resurgir, como el programa Huellas de Paz, desarrollado con el Comité de Cafeteros en Antioquia, Valle del Cauca, Cauca y Nariño.

Dietas merídicas y naturales

Esta iniciativa se originó en 2007 a raíz de un proyecto financiado por Colciencias y liderado por la doctora Ingeborg Zenner de Polanía y el doctor Alonso Álvarez (q. e. p. d.), quienes requerían usar insectos y sus crías para evidenciar el impacto de la tecnología transgénica en cultivos de maíz y algodón Bt.

“Gracias al proyecto conocimos la cría de insectos con dietas merídicas (artificiales) y naturales (residuos vegetales), y reconocimos su potencial para generar biomasa y proteína de consumo animal”, menciona el gerente Mejía.

Años después, y paralelo a la firma de los Acuerdos de Paz, los cuales permitieron abrir un espacio de desarrollo de nuevas opciones para el agro bajo el objetivo de una nueva Colombia, se abrió una ventana de oportunidad para la implementación de estos emprendimientos.

“Vimos la posibilidad de crear una firma consultora que desarrollara alternativas en el sector agrícola y así nació el Grupo Templanza, uno de cuyos proyectos insignia es el de la entomofagia (consumo de insectos), aterrizado a apoyar el desarrollo rural bajo la misión empresarial, transformando comunidades”, agrega el directivo empresarial.

Con información de la Agencia de Noticias UN -Unimedios

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