La Secretaría General Iberoamericana (SEGIB) y el Consejo Empresarial Alianza por Iberoamérica (CEAPI) dieron a conocer el informe “El papel del sector privado en tiempos de Pandemia: Ideas para el debate”, que aspira a convertirse en un aporte para la discusión sobre el rol que debe cumplir el sector privado iberoamericano en la superación de la crisis económica y social que golpea a la región a causa del COVID-19. La Cepal calcula que la pandemia dejará 44 millones más de pobres.

Empresarios como Astrid Álvarez Hernández, expresidente Grupo Energía Bogotá, Felipe Bayón, presidente Ecopetrol, Juan Carlos Mora, presidente de Bancolombia y Bernardo Vargas Gibsone, presidente ISA- Interconexión Eléctrica, participaron en representación de Colombia, en el informe conjunto “El papel del sector privado en tiempos de pandemia: ideas para el debate”.

PROPUESTAS

En la presentación del informe, en la que han participado alguno de los empresarios firmantes del mismo, intervinieron Valentín Diez Morodo, presidente de COMCE México; Rebeca Grynspan, secretaria general de la SEGIB y Núria Vilanova, presidenta de CEAPI, moderados por Juan Luis Cebrián, presidente de Honor de El País.

Valentín Diez Morodo, presidente de COMCE México, hizo un llamamiento a los empresarios a “buscar la reconstrucción social post-covid, ya que es necesario generar un pacto social público-privado para la recuperación de la economía”.

Rebeca Grynspan, secretaria general de la SEGIB, quiso poner de manifiesto las “grandes oportunidades de inversión que existen entre España y Latinoamérica, en ambas direcciones”, añadiendo que para ella “el siglo XXI está empezando ahora, entramos en una nueva época, en la que se hace necesaria la colaboración público- privada”.

POR UN CLIMA DE CONFIANZA PÚBLICO PRIVADO

Núria Vilanova, presidenta de CEAPI, afirmó que “de esta crisis no podremos salir si no se crea un clima de confianza entre los gobiernos y las empresas. La esencia del empresario es creer y crear. Necesitan confiar en las políticas de sus países y sus gobiernos para seguir invirtiendo a pesar de la pandemia. El acuerdo para la recuperación para Europa es una buena noticia para España, el mayor inversor europeo en América Latina y el segundo mundial, y para América, ya el cuarto inversor en España. Más Europa es también más Iberoamérica”.

La idea central que sostiene el documento, elaborado por ambas entidades, es que, dado el fuerte impacto económico-social que está teniendo y va a tener la pandemia sobre los países de Iberoamérica, la futura reconstrucción debe sostenerse en la mutua confianza y el consenso entre todos los actores sociales.

A BUSCAR SOLUCIONES

En la actual situación de emergencia económica y social, los empresarios iberoamericanos se convierten en parte de la solución en el corto e inmediato plazo y se perfilan como actores clave en el mediano y largo. Durante la pandemia por “su apoyo al resto de la sociedad civil y a los gobiernos a través de sus empresas, donando bienes y servicios, y en algunos casos, poniendo sus aparatos productivos a disposición del Estado para producir materiales y equipos sanitarios, han contribuido en el combate contra la pandemia”. Y en la post- pandemia manteniendo “la solidaridad e impulsando y liderando la contribución pública-privada para enfrentar una coyuntura desfavorable como la actual. La post-pandemia presentará grandes desafíos, y las firmas deberán ser flexibles y adaptarse a nuevas realidades en mercados y formas de producción”.

FÓRMULAS FLEXIBLES

El informe sostiene que “nunca fue tan trascendental la contribución pública-privada para enfrentar una coyuntura desfavorable como la actual. Esto exigirá repensar un nuevo contrato social, puesto que los niveles de desempleo y pobreza que dejará el COVID-19 serán considerables. Se necesitarán fórmulas más flexibles para incorporar a la economía el enorme colectivo de economía informal, antaño cómodo colchón para luchar contra el desempleo, que hoy ha demostrado ser un importante lastre, porque es difícil vehiculares ayudas a empleados que no existen y empresas que no existen. También son tiempos de apostar por la innovación, nuevas tecnologías y formación de trabajadores para incrementar la productividad”.

POR UN LUGAR EN LA CONSTRUCCIÓN

El sector empresarial no puede ni debe quedar al margen de la construcción de esa nueva Iberoamérica y de ese nuevo contrato social. Sobre todo porque “el liderazgo es uno de los atributos más importantes de los empresarios, quienes están acostumbrados a operar sus negocios en entornos complejos y cambiantes, sin embargo, este mismo liderazgo debe estar a la altura de un nuevo reto: ser actores fundamentales de una nueva arquitectura social (por ese motivo) el papel del sector privado debe evolucionar, y aunque debe preservar su rol fundamental de ofrecer bienes y servicios demandados por la sociedad, crear empleos, y generar valor para sus accionistas, ahora también deben asumir un rol proactivo en la reconstrucción de Iberoamérica en la post- pandemia, y ser parte de un nuevo contrato social”.

LA UNIÓN HACE LA FUERZA

Los empresarios iberoamericanos, optimistas por naturaleza, han aprendido que juntos pueden hacer más y mejores cosas. Por eso, “esta crisis debe traducirse en alianzas y sinergias, para potenciar el espacio que nos une. El sector empresarial ha mostrado liderazgo y solidaridad durante la pandemia, adaptándose rápidamente y ayudando a gobiernos y a ciudadanos a través de donaciones, y en algunos casos, reconvirtiendo sus aparatos productivos y servicios para apoyar las medidas para combatir la pandemia”.

LOS RETOS POST PANDEMIA

En la post pandemia los retos serán otros. Solo desde una sociedad con sus actores unidos y coordinados podrán impulsarse los cambios y reformas estructurales. El reto pasa por conquistar el futuro y no quedar al margen de los cambios tecnológicos (la digitalización y la automatización) vinculados a la IV Revolución Industrial: “Los empresarios están llamados a trabajar en la construcción de la confianza y probablemente será diferente en cada país, pero es crucial llevarlo a cabo”.

Finalmente, la región debe permanecer unida al interior, más integrada con el contexto mundial y apoyada externamente ya que “la comunidad internacional debe apoyar a Iberoamérica, especialmente a los países de ingresos medios de América Latina que no cuentan con el financiamiento suficiente para mantener a flote a Mipymes y familias, claves en la lucha contra la pobreza, y para la recuperación post-pandemia”. (GRS).

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