El sector industrial colombiano se recuperó en julio después de las contracciones que se evidenciaron en mayo y junio como consecuencia de los bloqueos y el paro nacional. Así, los datos del PMITM señalaron que los nuevos pedidos y la producción volvieron a crecer. Las empresas observaron un incremento récord de los negocios pendientes, lo que los animó a contratar personal adicional al ritmo más acelerado en más de cinco años y medio.

De forma simultánea, las compras de insumos se expandieron a un ritmo sin precedentes en un intento de las empresas por recuperar sus inventarios y dar respuesta al aumento de los requisitos de venta. Por su parte, las presiones de los precios se mantuvieron en niveles históricamente elevados debido a la escasez de materias primas a nivel global.

El Índice de Gestión de Compras (PMI™) del sector industrial colombiano de Davivienda, ajustado por factores estacionales, ascendió desde los 48,3 puntos de junio hasta alcanzar una lectura de 54,2 puntos en julio y logró pisar territorio de crecimiento por primera vez en tres meses, destacando así la mejoría más sólida de las condiciones del sector en un año.

Los nuevos pedidos, el mayor subcomponente del PMI, aumentaron a un ritmo sólido en julio tras contraerse en los dos meses anteriores. Este repunte se atribuyó a menudo a la mejoría de la demanda una vez finalizado el paro y tras el regreso a la normalidad de las condiciones de los negocios.

Como consecuencia de ello, las empresas aumentaron su producción al inicio del tercer trimestre por primera vez en tres meses y de la forma más sólida en un año.

Con el fin de dar respuesta al aumento de las ventas y reabastecer los inventarios, las empresas adquirieron materiales adicionales para destinarlos a sus procesos de producción. Así, el ritmo de crecimiento de las compras de insumos fue el más acelerado desde que comenzaron a recopilarse los datos en abril de 2011.

La lectura de julio señaló una intensificación de las presiones sobre la capacidad operativa de los industriales, por lo que el volumen de pedidos pendientes aumentó al ritmo más pronunciado que se haya registrado. En muchos casos, el repunte se atribuyó a la recuperación de la demanda, la escasez de materias primas y los retrasos en las entregas de los proveedores.

Las iniciativas de compras de insumos se vieron en gran medida compensadas por la ampliación de los plazos de entrega, lo que propició un incremento apenas marginal de los inventarios de compras. Por su parte, las existencias de productos finales volvieron a reducirse ante la recuperación de la demanda y la falta de materias primas destinadas a reabastecer los inventarios.

En relación con el empleo, la solidez del crecimiento de las ventas y la recuperación de la confianza empresarial con respecto al futuro de la producción respaldaron la creación de puestos de trabajo en julio. Así, el incremento del empleo puso punto final a dos meses consecutivos de contracción y fue el más acelerado desde diciembre de 2015.

Por otro lado, las interrupciones en la cadena de suministro volvieron a incrementar los costos de los insumos, y la tasa de inflación que se registró en julio fue la tercera más alta en la historia de la encuesta.

De igual forma, la tasa de inflación de los precios de la producción se redujo desde la lectura de junio, y, aun así, marcó el segundo nivel más rápido registrado. Los comentarios informales recogidos indicaron que las empresas trataron de proteger sus márgenes frente al incremento de los costos mediante el aumento de sus precios de fábrica.

Por último, el nivel general de confianza empresarial mejoró hasta un máximo en diez meses en julio gracias a un mayor acceso a las vacunas y los proyectos futuros.

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