Doña María ha vendido aguacates los últimos 40 años en una esquina bogotana. Aunque le ha ido bien con el negocio, un cáncer de piel le ha perjudicado su vida, por estar expuesta a los rayos solares año tras año. Gracias a la popularidad que le ha dado en los últimos días un candidato a la presidencia que dijo que era mejor cultivarlos que sacar petróleo, ella piensa en subirle al precio.

“Lo que no sabe el candidato –dijo—es que no todos los aguacates se venden y no todos salen buenos”.

La primera adivinanza que les enseñan de niños dice: Agua que no te vi, cate que si te vi, ¿qué es?

Cuando los españoles llegaron a México, los aztecas se las presentaron como “ahuacatl” y los europeos lo tradujeron como aguacate. Sencillo. En inglés se dice “avocado pear” y en Frances “avocat”. En Ecuador le dicen palta y en Perú, a esta pepa les butizaron como “político”, porque «todos se maduran a punta de periódicos».

La canción “El aguacate” –uno de los pasillos más reconocidos– como cosa curiosa nunca menciona a la fruta en su letra y existen varias teorías sobre el porqué del título  que le dio el maestro ecuatoriano César Guerrero, al pasillo que dice: «Tú eres mi amor/ mi dicha y mi tesoro / mí solo encanto y mi ilusión. Ven a calmar mis males / mujer no seas tan inconstante / no olvides al que sufre y llora por tu pasión».

El aguacate posee vitaminas de los grupos A, C, D, K y B. Esto hace que sea un buen antioxidante por su contenido en vitaminas C y E, que además resultan fundamentales para los niveles neurológicos del organismo y para la salud cardiovascular.  Es beneficioso para la salud de los huesos gracias a su contenido en vitamina D.

El aguacate es común en todo América. En Estados Unidos es quizá donde se más se consume. De hecho, más de 35 mil toneladas de aguacate se comieron durante el partido de fútbol americano en febrero del 2018, entre los Patriotas de Nueva Inglaterra y las Águilas de Filadelfia, que se llevará a cabo en el US Bank Stadium de Minneapolis  deMinnesota.

ES NECESARIO ALEJAR A LOS NIÑOS DEL RIESGO DE LA DIABETES

No están de acuerdo sobre la cantidad de variedades. Unos dicen que cien y otros llegan a las 400, pero la más común es el aguacate Hass. Otra son el Bacon, Fuerte, Reed, Pinkerton, Lamb Hass, Wurtz, El Edranol, Ryan, Negra de la Cruz, Nabal, Ettinger.

Se prepara en ensaladas, cremas, sushi, pizzas, como mantequilla –así lo usaban algunos marineros–, el famoso guacamole, como máscaras faciales de limpieza y en cuidados del cabello. En Soledad, Atlántico se consume el helado de aguacate. Lo preparan con leche.

Durante muchos años en Bogotá, a los agentes de policía les decían “aguacates” por el color de su uniforme.

Aparte de los Estados Unidos y México, la República Dominicana, Brasil y Colombia son los principales países productores del mundo.
Un árbol puede producir entre 150 y 500 aguacates al año.

Según un informe de la revista Dinero de abril del 2017, se estima que hay unas 18 firmas vendiendo al exterior y, según las estadísticas de Asohofrucol, gremio de los cultivadores de frutas y hortalizas, al cierre de 2016 se produjeron 78.547 toneladas de aguacate Hass en un área sembrada que llega aproximadamente a 14.084 hectáreas. Los departamentos con mayor potencial de producción son Antioquia (3.500 hectáreas), Caldas (2.597 hectáreas) y Tolima (1.325 hectáreas). Tan solo en Antioquia hay 1.024 productores.

En una investigación de Becky Santoyo, para  “Nueva Mujer”, “enn México, la producción de aguacate tiene una extensión de 130 mil hectáreas, afectando principalmente la Meseta Purépecha, en Michoacán. En este territorio se obtiene el 75% de la producción estatal, que representa el 65% de la producción total del país. Claro que, como en toda producción agricola, esto significa ganancias, exportaciones, trabajo para miles de personas. Pero también significa miles de árboles menos y, en especial, pone en peligro a especies endémicas.

Para rematar existe la historia de un día un niño le dice a su papá: 
–Papá, ¿Los aguacates tienen ojos?
Y el papá le dice:
–No, chico.
El niño dice:
–Ah, entonces me comí un sapo. 

 




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