Cuando completa algo más de seis meses como parte del equipo de podcast de Radio Nacional de Colombia, Guillermo Díaz Salamanca, el hombre de las mil voces, habla del valor de la radio pública colombiana y de una experiencia, que asegura, le ha dejado grandes satisfacciones.
“No hay un rincón del país que no tenga cobertura de la Radio Nacional de Colombia, la radio de las regiones, pero también de las grandes ciudades”, afirma con orgullo uno de los más grandes talentos de la radio en el país, quien suma a su paso por las cadenas comerciales y sus más representativos espacios radiales, su trabajo ahora en Podcast Radio Nacional de Colombia, emisora del Sistema de Medios Públicos, RTVC.
Su gran aporte es la serie Jajaja… ¿de qué nos reímos? que hace parte de la oferta de podcast de la emisora pública, que acumula más de 13 series que abordan temas de música, cultura, pueblos étnicos, análisis, perfiles, ficción y humor y que se encuentran disponibles de manera permanente en https://www.radionacional.co/podcast-colombia
Sobre esta serie que recuerda con gracia a los mejores humoristas de la historia y aquellos programas en donde el humor era y es protagonista, Guillermo asegura que tiene la intención de rendir un tributo a la memoria de los exponentes del humor que ya partieron y de otros que han abierto el camino en el difícil arte de hacer reír. Abarca entre otros temas, los orígenes del humor en la radio latinoamericana, la historia del stand up comedy y las mujeres en el humor.
Grandes exponentes como Humberto Martínez Salcedo y su inolvidable personaje de Salustiano Tapias, Montecristo, Los Tolimensesy otros más recientes como Piter Albeiro y Don Jediondo; programas que han marcado épocas como La Zaranda, El Cocuyo y El Tren, de RCN Radio; La Luciérnaga de Caracol Radio; Voz Populi de BLU Radio; Sábados Felices y el Festival Internacional del Humor, de Canal Caracol; Temprano es más bacano de Olímpica Stereo, Sintonía de Locura de Candela Stereo, La Escalera con sus peldaño en Radio Súper y Radio Santafé y otros espacios icónicos de la radio juvenil como La Locomotora y El Zoológico de la mañana… hacen parte de esta serie de podcast.
“Para hablar de estos temas nos tocó esculcar y escarbar bien al fondo de la historia, desde la época de Campito, del maestro Humberto Martínez Salcedo, de los Chaparrines, Los Tolimenses, Herbert Castro y Guillermo Zuluaga ‘Montecristo’, entre otros. De ahí para acá fuimos encontrando una gran cantidad de programas y a todos ellos les dimos notoriedad”, asegura este ícono de la radio colombiana, ahora también en la radio pública.
¿Cómo describe la radio hoy en día y que añora de la de años atrás?
La radio, como la vida, ha cambiado. Antes se tenían unos estilos y unas formas diferentes de hacerla, así como sus protagonistas que eran personas más maduras, aunque yo mismo empecé siendo muy joven. Los noticieros tenían un sello propio con las voces extraordinarias de lectores de noticias como Juan Harvey Caicedo, Armando Herrera, Eduardo Aponte Rodríguez o Gustavo Niño Mendoza. Hoy son los periodistas quienes cuentan las noticias, con un vértigo informativo impresionante.
¿Considera que la radio es y seguirá siendo el medio por excelencia?
Pues cuando apareció la televisión le auguraron una muerte temprana a la radio y resulta que sigue siendo una gran compañía en todas partes y en todo momento. Cuando comenzaron a aparecer las nuevas tecnologías vaticinaron el certificado de defunción de la radio y de la televisión y hoy ambas tienen una gran oferta. Radio Nacional de Colombia, por ejemplo, además de sus 57 estaciones al aire tiene emisoras especializadas para todos los gustos musicales, con sus señales online: Clásica, Llanera, Andina, Pacífico y Caribe. Es decir, lo que hay es una amalgama de productos en donde el oyente tiene la posibilidad de escoger. Las nuevas tecnologías en lugar de acabar con la radio y la televisión, les aportan mucho.
¿Cómo ve la radio pública frente a sus pares internacionales?
En países como Argentina y Brasil, solo por citar dos ejemplos, la radio nacional es muy competitiva frente a la comercial, sobre todo en lo que tiene que ver con los eventos deportivos de sus selecciones; en España tiene en general una programación muy abierta, no tanto como la privada, pero sí muy cercana. De la Radio Nacional de Colombia tengo que destacar que llega a todos los rincones de la geografía colombiana, que está abierta a todo tipo de contenidos que se generan desde las regiones y, volviendo al plano deportivo, le da espacio a otros deportes que no tienen cabida en las emisoras comerciales.
¿Qué es lo que más le ha gustado de esta nueva etapa de su carrera en la radio pública?
Todo ha sido novedoso, un escenario absolutamente diferente, que me permite comunicar de otra forma, que tiene un equipo de trabajo muy riguroso, profesional y meticuloso que hace una excelente radio. La programación de la Radio Nacional de Colombia, se mete en otros nichos y así como la radio universitaria que también destaco, tiene una profundidad y un conocimiento que sobrepasa las expectativas. Si hablamos de una programación musical, no se limita a poner canciones, sino a contarnos cuándo se grabó, cuál es su historia, quién es su compositor. Es importante que los oyentes conozcan la radio pública colombiana, que la escuchen, la analicen y la degusten como un postre.
Finalmente, y volviendo a su campo de acción, ¿qué tan difícil es encontrar hoy personajes para imitar?
Complicado, porque hay una nueva generación de políticos con los que uno tiene que ir encontrando el camino para llegar a las voces y a la creatividad con ellos. Lo mismo que con los jugadores de fútbol de hoy, cambian de camiseta con mucha facilidad. Uno se acuesta y el político es del partido Conservador y por la mañana ya es de Cambio Radical, al medio día es Liberal y por la tarde es del Centro Democrático y eso dificulta un poco las cosas. Es increíble pero cierto, ya no tenemos grandes oradores, con grandes discursos, eso ya no existe, ahora todo es la inmediatez y redes sociales. En la política, como en el fútbol, hacen falta los grandes crack de la talla de Willington Ortiz.
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