El director del informativo ‘6 AM Hoy por Hoy’, de Caracol Radio, se despidió este fin de semana como columnista de El Tiempo y El País de Cali.

En uno de sus apartes de su escrito en El Tiempo este domingo 16 de febrero, lo subtitula como Vicky vs. Hassan. “Que el espectáculo fue patético, no lo duda nadie. Las entrevistas no deben ser batallas en las que la verdad sucumbe frente al ego. El periodismo es un oficio que requiere profundidad en los argumentos, como también altura en las formas. Pero ni muere ni se acaba por un episodio semejante. La verdadera tragedia del periodismo no es la gritería. Su real lastre es que la ética y honestidad de los periodistas se hundan, arrastradas por intereses y poderes. Repito: el periodista que no es recto, el que recibe y difunde información amarrada a prebendas, no es periodista”, escribió.

Su adiós como columnista de El Tiempo, el último párrafo lo llama como “Grima”. “La que me produce dejar estas páginas, pues tengo la convicción de dedicar tiempo y energías al proyecto radial que anima mi vida. A Roberto Pombo, solo agradecimiento por abrirme este espacio de opinión, que durante más de un año ejercí con la independencia y plena libertad que necesita un columnista. Gracias a EL TIEMPO por acoger mis ideas y un abrazo especial para Luis Noé Ochoa, gran colega y señor. Hasta pronto”.

Este lunes 17 de febrero tituló su escrito en El País como “Peleando el cobre”, en el cual asegura que “Gracias a esas distorsiones de la vida moderna, esta semana la noticia no fueron las noticias sino los periodistas. Si se derramara en el Caribe la tinta usada en opinar sobre el enfrentamiento de Vicky Dávila y Hassan Nassar, habría que rebautizarlo como el Nuevo Mar Negro”.

Luego agrega: “La ligereza en que vivimos obliga a tomar partido y determinar quién ganó y quién perdió, cuando lo cierto es que ambos perdieron. No era, entre otras, una competencia de talentos, ni una detestable riña de gallos. Las dimensiones se deformaron tanto, que hasta comenzamos a olvidar que se trataba de una entrevista”.

“Las entrevistas no son escenarios de duelo o de agresiva defensa del honor. Las entrevistas son conversaciones que sostienen los periodistas con otras personas para saber, conocer opiniones o establecer hechos. Y en ningún manual del oficio se sugiere que una de sus características fundamentales sea la sangre corriendo entre las piernas de los participantes”, añadió.
En su conocido Ultimátum, el periodista concluye con un adiós y luego: “Como decía el gran Gustavo Cerati, ¡gracias totales”.

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