Según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) más de 1.000 millones de personas (en torno al 15% de la población global) vive con algún tipo de discapacidad o habilidad reducida.

Este grupo hace parte de los 2.400 millones de personas con alguna afección de salud que acuden a procesos de rehabilitación para mantenerse en las mejores condiciones físicas posibles y lograr así su autonomía y calidad de vida el mayor tiempo y de la mejor forma posible. Uno de estos métodos es la terapia acuática, también conocida como hidroterapia.

Este tipo de terapia emplea conocimientos fisioterapéuticos, biomecánica, técnicas kinésicas de neurorrehabilitación, entre otras cuantas, que aprovechan las bondades del medio acuático.

Algunas patologías que pueden ser tratadas con la terapia acuática son esclerosis lateral amiotrófica, fibromialgia, atrofias musculares, enfermedades con alteración del equilibrio y la coordinación, patologías mecánicas, patologías vasculares, esclerosis múltiple o síndrome de Down.

Incluso, la hidroterapia es una excelente alternativa para tratar patrones o situaciones particulares como la que padece Eduardo Frontado Sánchez, experto en temas de inclusión.

Su condición particular, como él mismo explica, es parálisis cerebral que le genera la denominada espasticidad: “yo no puedo controlar mi tono muscular adecuadamente, no puedo decidir si voy a estar relajado o tenso, y eso limita mis funciones de manera motora y física”. Es decir, se limita la movilidad o flexibilidad en sus músculos.

Eduardo indica que la terapia acuática le permite tener una relajación inducida dada la anulación de la fuerza de gravedad. Favoreciendo su movimiento de forma importante.

Beneficios de la hidroterapia

Medios especializados como FisioOnline u ONG como Down Málaga, de España, destacan que la hidroterapia puede generar beneficios a la respiración y la circulación sanguínea, así como en los sistemas digestivo y renal, producir un efecto de relajación en los músculos e incluso una relajación mental del paciente y generar un efecto analgésico gracias a la vasodilatación y el efecto de relajación.

Igualmente, ayuda a disminuir contracturas musculares y reducir el impacto de los movimientos en articulaciones (debido a la ingravidez que proporciona el agua), favorecer el equilibrio y la propiocepción, aumentar la fuerza muscular (ya que los movimientos son mucho más suaves y suponen un menor esfuerzo), disminuir la sensación de miedo y ansiedad del paciente hacia la terapia puesto que la autonomía conseguida en el medio acuático es mayor a la que se consigue en el medio terrestre, entre muchos otros.

La ONG también indica que en el agua la percepción del dolor disminuye, ya que en estas situaciones los receptores de dolor están menos sensibles.

Incluso, el Instituto de Políticas Públicas en Salud (IPSUSS) de Chile asegura que la terapia acuática es una alternativa que ayuda a potenciar habilidades funcionales y comunicativas de niños y adultos con discapacidad y facilitar con esto una mayor integración y participación social.

En el caso de Frontado Sánchez, los ejercicios en el agua le permiten ejecutar movimientos menos bruscos, más ligeros y que reducen el dolor.

Hay que tener en cuenta que la hidroterapia se puede complementar con otro tipo de tratamientos. Por ejemplo, Eduardo se aplica toxina botulínica (bótox) para generar una relajación muscular.

Opciones en Colombia: ¿hay o no hay?

En Colombia la legislación vigente reglamenta la atención de personas con habilidades distintas que requieran procesos de rehabilitación. La Ley 1618 de 2013 señala que “Todas las personas con discapacidad tienen derecho a acceder a los procesos de habilitación y rehabilitación integral respetando sus necesidades y posibilidades específicas con el objetivo de lograr y mantener la máxima autonomía e independencia, en su capacidad física, mental y vocacional, así

La OMS alerta que más de la mitad de las personas de algunos países de ingreso bajo y mediano que precisan servicios de rehabilitación no los reciben y que la pandemia de COVID-19 ha provocado un nuevo aumento en las necesidades de rehabilitación, además de causar graves perturbaciones en los servicios existentes de rehabilitación en el 60-70% de todos los países.

“Un diagnóstico, como todo en la vida, no es estático sino dinámico. Como puede ser una condición momentánea, puede ser permanente. El diagnóstico no te limita ni te etiqueta, simplemente te muestra el camino a seguir”, precisa Frontado al hablar sobre cómo ha mejorado su situación gracias a los tratamientos adoptados.

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