Por Guillermo Romero Salamanca

Por la vieja mansarda de Colprensa, en pleno barrio La Merced de Bogotá, en la diagonal 34 No. 5-63, José Vicente Arizmendi, pichón de periodista en 1982, cantaba todo el día canciones de Joan Manuel Serrat.

Era su ídolo.

“Nunca perseguí la gloria, ni dejar en la memoria de los hombres mi canción; yo amo los mundos sutiles, ingrávidos y gentiles, como pompas de jabón”, se le oía cantar a este joven periodista del INSE, futura Universidad de La Sabana.

Otras veces entonaba: “Quizás porque mi niñez sigue jugando en tu playa y escondido tras las cañas duerme mi primer amor, llevo tu luz y tu olor por dondequiera que vaya”, del catalán.

En unas tardes frías modulaba también: “Harto ya de estar harto, ya me cansé de preguntar al mundo por qué y por qué, la rosa de los vientos me ha de ayudar y desde ahora vais a verme vagabundear, entre el cielo y el mar, vagabundear”.

Don José Yepes Lema, a veces de buen genio y a veces de temperamento inquieto lo miraba de reojo y un día le comentó: “Home José, ¿no sabes más canciones”.

José Vicente, además de ser un estudioso de la Comunicación, poseía y mantiene una extraordinaria memoria y aprenderse las letras de las canciones de Joan Manuel Serrat era algo muy sencillo para él. No lo hacía mal, además. En las presentaciones artísticas de la universidad, rasgaba una guitarra y les entonaba a las compañeras algunas de las letras de baladas que eran su pasión, pero del catalán eran su especialidad.

En una de esas jornadas estudiantiles se le escuchó vocalizar: Prefiero querer a poder, palpar a pisar, ganar a perder, besar a reñir, bailar a desfilar y disfrutar a medir. Prefiero volar a correr, hacer a pensar, amar a querer, tomar a pedir. Antes que nada, soy partidario de vivir”, del álbum “Cada loco con su tema”.

José Vicente, quien ha sido director del noticiero 90 minutos en el Valle del Cauca, columnista de varios periódicos entre ellos El País, defensor del televidente de Telepacífico, Decano de Comunicación Social de la Javeriana, profesor universitario y ahora director de Javeriana Estéreo en Bogotá, conocía con exactitud todos los datos de Serrat.

“Oigan incultos –nos decía– sepan que Joan Manuel Serrat Teresa nació en Barcelona el 27 de diciembre de 1943 y ha musicalizado poesías de Antonio Machado, Miguel Hernández, Mario Benedetti, Pablo Neruda, Federico García Lorca y ha hecho versiones de Violeta Parra y de Víctor Jara de algunas de sus canciones”.

Nos contaba que Serrat estuvo involucrado en un lío en Eurovisión donde no le dejaron cantar porque representaba a España y debía entonar su canción seleccionada en español y él lo haría en catalán.

Agregaba que era hincha del Barcelona, del Boca Junior y de Santafecito Lindo, cosa que agradaba de verdad.

Joan Manuel Serrat, uno de los artistas más queridos en Colombia. Foto Sony Music.

Colprensa, en aquella época era dirigida por el maestro de maestros Orlando Cadavid Correa, quien escuchaba al joven cantante y un día le preguntó: “¿ya te sabes La mujer que yo quiero?”.

Y claro y arrancó: “La mujer que yo quiero, no necesita bañarse cada noche en agua bendita. Tiene muchos defectos, dice mi madre, y demasiados huesos, dice mi padre. Pero ella es más verdad que el pan y la tierra. Mi amor es un amor de antes de la guerra para saberlo”.

José Ramón Núñez, conocido como “camión”, excelente redactor económico, simplemente decía: “¡Se jodió esta vaina!”.

Y Chepe siguió cantando: La mujer que yo quiero me ató a su yunta, para sembrar la tierra de punta a punta, de un amor que nos habla con voz de sabio
y tiene de mujer la piel y los labios. Son todos suyos mis compañeros de antes.
Mi perro, mi scalextric y mis amantes. Pobre Juanito”.

El joven periodista se detuvo un momento y dijo: “¿Qué será scalextric”?

Miró en el diccionario, pero no estaba la palabra. Ni siquiera sabía como escribirla. Le preguntó al mago Óscar Domínguez, quien le contestó, mientras se paseaba el bigote con dos dedos: “ni idea”.

Arturo Jaimes, escasamente lo miró.

Un día, de la oficina de don Roberto Echeverry, gran empresario artístico llamaron a don Orlando para decirle que enviara a un periodista a una rueda de prensa con Joan Manuel Serrat. Ya estaba seleccionado el periodista indicado.

Cuando le dieron la noticia, los ojos verdes de José Vicente resplandecieron y con Eduardo “Kiko” Sotomayor, el fotógrafo salieron raudos para la cita.

José Vicente sólo haría una interpelación. La había preparado con meses de anticipación. Una docena de reporteros de varios medios le indagaron por la gira, las nuevas canciones, sus músicos, sus poemas, sus estrenos. Le llegó el turno al representante de Colprensa.

–Maestro, ¿qué quiere decir Scalextric?

Joan Manuel Serrat lo miró, vaciló en contestarle y después de aspirar el cigarrillo, le dijo: “un juguete, un cacharro”.

–Gracias maestro.

Este 27 de diciembre José Vicente, de seguro, hablará algo sobre Joan Manuel Serrat y expondrá sobre cómo un scalextric le cambió su vida.

 

 


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