Por Guillermo Romero Salamanca
Contaba el periodista payanés Fernán Martínez Mahecha que, en una oportunidad, cuando era su jefe de prensa, vio una noticia en primera página de Stern –la revista de mayor cantidad de lectores en su momento– sobre el llamamiento a juicio del cantante por evasión de impuestos en Alemania. Asustado fue hasta la habitación del hotel y le comentó lo sucedido a Julio Iglesias, quien, sin inmutarse, sólo le preguntó: ¿la foto salió por el lado derecho? El comunicador le contestó afirmativamente. Y entonces el español le contestó: “eso es lo importante, el resto que los arreglen los abogados”. Y siguió durmiendo, tranquilo.
El próximo jueves 30 de mayo, en un juzgado de Valencia, en España, sin su presencia y a puerta cerrada se iniciará el juicio por la supuesta paternidad del cantante respecto a Javier Sánchez-Santos.
La noticia acapara por estos días titulares en España y en mentideros del mundo del espectáculo porque, hasta el momento, Julio ha sido el cantante más popular y vendedor de su país.
La historia de esta supuesta paternidad se inicia con la relación que tuviera el compositor de canciones como “Un canto a Galicia”, “Me olvidé de vivir”, “Tiré tu pañuelo al rio”, “Por el amor de una mujer”, “De niña a mujer”, “Que no se rompa la noche”, “Hey” y “Abrázame” con la bailarina Edite Sánchez Santos. De estos movimientos románticos –dice la progenitora—nació en 1976 Javier Sánchez-Santos.
Las primeras demandas se llevaron a cabo en Valencia –en 1991 y 1992—y uno en Marbella en 2004. Nunca prosperaron las intenciones de los demandantes.
Ahora el asunto cambia porque ellos contrataron a un detective que se dedicó por meses a recopilar pruebas en Miami. Desde servilletas, colillas, latas de gaseosas, vasos y otros elementos recopiló en la basura y logró una muestra de Julio José Iglesias, hijo del cantante, la cual fue analizada en un laboratorio de Zaragoza y concluyó que el denunciante este emparentado con el vocalista al 99.9 % de probabilidades.
Con esta prueba, con la recopilación de más fotografías en las cuales aparece el cantante y la bailarina, se inicia este nuevo procedimiento legal.
Una vida de popularidad
El próximo 23 de septiembre, Julio José Iglesias de la Cueva cumplirá 76 años y es una de las grandes figuras del mundo del espectáculo en los últimos 100 años.
Inició su vida de popularidad como portero en el equipo B del Real Madrid y mientras jugaba, estudió Derecho. El 22 de septiembre de 1963, cuando solo le quedaba una materia para culminar su carrera tuvo un grave accidente automovilístico que lo dejó sin caminar durante dos años.
Eladio Magdaleno, un enfermero que cuidó de Julio Iglesias en su convalecencia le regaló una guitarra, al notar la afición de Iglesias por escribir poemas, muchos de ellos tristes y versos románticos.
En un viaje a Inglaterra para aprender el idioma, conoció a Gwendolyne Bollore, la cual se convertiría en su novia y en su primera gran inspiración. Con Gwendolyne comenzó su nueva carrera que lo llevó a ganar discos de oro, platino y uranio como nadie. Se calcula que ha vendido 300 millones de los 80 discos que ha grabado desde 1968.
Julio lo ganó y conquistó todo. Tiene en el Universo, por ejemplo, una estrella con el nombre suyo.
Sus canciones han estado en los primeros lugares de los listados más populares de casi todos los países del mundo. Les ha cantado a personalidades de la vida política, militar y artística no solo en Europa, sino en los Estados Unidos, África y Asia.
Hasta el momento, Julio Iglesias tiene 9 hijos. Sus 3 primeros: Chabeli, Julio José y Enrique nacieron en su matrimonio con Isabel Preysler y los otros cinco: Miguel Alejandro, Rodrigo, Victoria, Cristina y Guillermo, nacieron de su relación con Miranda Rijnsburger, con quien se casó en el 2010, tras 20 años de convivencia.
Siempre se ha considerado un Don Juan. En febrero del 2014 les dijo a los periodistas de la revista Ocean Drive: ““En 1970 di 41 conciertos en 41 ciudades españolas distintas. En 30 días. Hice el amor todas las noches. 41 ciudades diferentes, 41 novias diferentes. Fue mi etapa rockera”.
Es posible que el viernes pregunte a sus abogados y a su agente de prensa, cómo salieron sus fotos, si por el lado derecho que tanto le gusta.
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