Por Guillermo Romero Salamanca

Después de conocer las escenas en las cuales el líder de Corea del Norte Kim Jong-un viajaba hasta la frontera mítica, cruzara al sur, estrechara las manos del presidente surcoreano Moon Jae-in, los medios occidentales no daban crédito a la máxima declaración después de sembrar un árbol diálogos abiertos, risas, chistes, espontaneidad, brindis con champaña: habrá paz.

«Los dos líderes declaran ante nuestro pueblo de 80 millones y el mundo entero no habrá más guerra en la península de Corea y ha comenzado una nueva era de Paz» y era un desconcierto total. Corea del Norte invadió al sur el 25 de junio de 1950 con el apoyo de China y de inmediato las Naciones Unidas solicitaron al mundo “libre” su cooperación para apoyar a los surcoreanos.

Más de 3 millones de personas murieron y millones de coreanos emprendieron la huida a través de China y Japón.

Incluso Colombia, distante de allí unos 14 mil kilómetros se involucró enviando el denominado Batallón Colombia compuesto por 5.100 hombres, de los cuales 163 perdieron la vida, 448 resultaron heridos, 30 quedaron como prisioneros de guerra y 60 fueron declarados como desaparecidos.

Kim Jong-un es un líder amado por su pueblo y a pesar de las circunstancias de incertidumbre, ha dado muestras de paz. Los analistas dicen que todo se debe a la falta de apoyo por parte de China, que le quitó sus negocios y porque la inversión en misiles y armas no le dan un bienestar al país.

Kim Jong-un espera el encuentro con el presidente Donald Trump, proyectado en principio para junio, donde estén presentes varios líderes mundiales. Es posible que incluso comience con un periplo que incluya reunión con la Comunidad Económica Europea y hasta visite al papa Francisco.

Mucho se habla de Kim John-un. A veces de manera especulativa, que mandó matar a un tío y otras informaciones que aún no han sido confirmadas.  Se sabe que es general de cuatro estrellas desde el 24 de diciembre de 2011, pero conoce muy poco o nada de la vida militar.

TIEMPOS DE PAZ ENTRE COREAS

Así como le gustan los desfiles militares –porque en su país no hay mayores espectáculos—se le ve también visitando granjas, familias campesinas, escuelas, puntos distantes de guardas, casinos y hospitales.

Otro de los rumores es que estudió en Suiza donde aprendió francés, alemán e inglés y se volvió un fanático del queso.

Le gusta el deporte y ve los partidos de baloncesto americano. Es seguidor de los Chicago Bulls y otro de sus misterios, aunque pronto lo revelará, es su edad. Unos dicen que es de 30 años y otros de 35.

Desde hace más de un año publica sus visitas continuas a diferentes regiones de su país y cuando regresó a su residencia el pasado 26 de abril, les dijo a los presentes: “todo cambiará próximamente”.

El mundo sigue pendiente de sus determinaciones, pero el mismo presidente de Corea del Sur se le vio confundido por las muestras de cordialidad de su archienemigo.

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