Por Guillermo Romero Salamanca

“La Conse” vive en uno de los barrios marginales, no tiene un trabajo estable, porque no lo hay. Su novio, Lucho, le acompaña en sus penas que rondan la miseria. En sus monólogos –que ofrece en bibliotecas, escuelas, salones comunales—habla sobre la dura situación política, económica, social, judicial y de tristeza de su amada Cartagena. Sin embargo, goza con la champeta.

“La Conse” es el personaje de moda en la ciudad. Ha sido la puerta de escape de Anavictoria Rodríguez Romero para decir verdades.

“¿Cómo es posible –pregunta “La Conse”– que sucedan tantas cosas: Se robaron la ciudad, hay desgobierno, campea la delincuencia, los hombres golpean a las mujeres, los niños son violados por sus propios familiares, aumenta el desplazamiento, llegan todos los días decenas de venezolanos y crece la prostitución infantil y pocos se pronuncian ante estos hechos?”.

Anavictoria lo tiene claro y con su forma de ser, su experiencia como profesora y como diestra en Arte Dramático, encontró una fórmula para hablarles claro a los habitantes de la ciudad y por ello nació “La Conse”, quien con su poca educación, pero su amor por Cartagena y su deseo de ser cantante de champeta, llega a escenarios para entregar su mensaje.

Anavictoria nació en Montes de María, vivió gran parte de la violencia social del país, debió huir y esconderse un tiempo en Bogotá, donde descubrió su talento artístico. Sin embargo, hace dos años retornó a Cartagena y al ver la situación social, determinó trabajar en pro de hablar y de buscar salidas positivas.

La contadora de historias.

“Amo a Cartagena, como amo a Colombia y a mi terruño. Pero con quejarnos a toda hora no sacamos mayores cosas. Lo importante es poner a pensar a las personas para que vuelvan a los valores sociales como respeto, fidelidad, amor, laboriosidad, educación, positivismo, perseverancia y trabajo”, dice.

Ella es también la Contadora de Historias, que le gusta conocer sobre los hechos que han formado al país, su cultura, su gente y su música. Canta porros, vallenatos, cumbias y merengues.

“Entre todos debemos buscar maneras para mejorar la vida. No podemos seguir contaminando, violando los derechos de los niños y de las mujeres. Olvidarnos de la Educación, de la urbanidad y de las normas esenciales de la vida. No se puede poner un policía por cada ciudadano, ni tampoco un barrendero. Debemos arreglar nosotros mismos nuestras playas, cuidar nuestro patrimonio histórico como son las murallas. Respetar a nuestros mayores. Valorar también nuestra música, nuestros artistas y nuestra gente”, manifiesta.

“Este país es nuestro. No de nadie más”, sentencia.

Por eso prepara un homenaje al gran Wady Bedrán, uno de los grandes productores musicales de Cartagena.

La Conse.

Gracias al apoyo permanente del promotor y empresario Moisés De la Cruz, de la asesoría de periodistas como José Orellano y José Joaquín Rincón, Anavictoria sostiene que será un reto difícil, pero que ya tiene excelentes resultados.

“Tenemos ya experiencias muy positivas como lo hecho en la Biblioparque de San Francisco, el homenaje a los artistas de la Champeta en la Biblioteca Juan José Nieto, donde los asistentes comprendieron nuestra propuesta”, explica.

“Quiero a La Conse, porque es mi creación, pero me duele como sufre con la situación de nuestro país, pero vamos a inyectarle positivismo a la patria”, concluye.

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