Por Guillermo Romero Salamanca

Cuenta la leyenda que el emperador de Jade, máximo gobernante del cielo según la mitología oriental, debía organizar las 12 posiciones del zodíaco. Después de muchas tentativas, determinó mejor, organizar una carrera de animales y según el orden de llegada se pondrían en el calendario lunar.

A la meta arribaron así: Rata, Buey, Tigre, Conejo, Dragón, Serpiente, Caballo, Cabra, Mono, Gallo, Perro y Cerdo. 

Desde ese momento y dependiendo el año de su nacimiento se van rotando los animales.

Este 25 de enero, unos 3 mil 500 millones de personas –lo que equivale a casi el 50 por ciento de la población mundial, recibirán el Año nuevo y en esta oportunidad será el de los nacidos bajo el signo de la Rata.

Dicen que, entre las fortalezas de los regidos bajo el signo de la Rata, se encuentran los inteligentes y alertas, que siempre están en las situaciones que más requieren concentración. Sus debilidades incluyen timidez y su extrema cautela.

Es la fiesta más importante para China Continental, Hong Kong, Macao, Taiwán, Singapur, Corea del Sur y para millones de estos asiáticos que viven en todos los lugares del mundo.

De tal manera que el año de la Rata comenzará este 25 de enero y terminará el 8 de enero del 2021.

En China continental implica también la movilización más grande del planeta. Por estos días se movilizan más de 400 millones de personas. Aeropuertos, autopistas, vías férreas y acuáticas están al tope por ir y venir de personas que desean celebrar con sus familiares estas habituales festividades.

La tradición marca un festejo de 16 días, desde la víspera hasta el Festival de las Linternas, el cual se realiza el próximo 8 de febrero de 2020. Los días festivos del Festival de Primavera de siete días serán del 24 al 30 de enero de 2020. 

Los chinos decoran sus casas donde predomina el color rojo, preparan una cena reunión familiar en la víspera, hay infinidad de fuegos artificiales y acostumbran regalar sobres rojos y otros objetos.

Otro de los rituales es comer pescado, el cual, según ellos, se cree que atrae la suerte. 

Los chinos, además, creen que durante el año nuevo no se debe limpiar la casa pues sería barrer la nueva suerte.

Hay festejos en plazas públicas, donde se presentan danzas de dragones, danzas de leones y otras representaciones. 

Las comidas son abundantes. Durante la cena reunión se sirven platos que atraen la buena suerte como los rollos primavera, pescado, ravioles o empanadillas chinas, pastel de arroz, bolas de arroz, fideos.

También se acostumbra tronar muchos petardos rojos para ahuyentar el mal.

En las ciudades mayores: La iluminación petardos es una de las rutinas más importantes de la celebración del año nuevo chino, pero por el peligro y el disturbio del ruido que causan, el Gobierno las ha prohibido en ciudades como Beijing, Guangzhou y Shanghai.

Otra de las prácticas que más les gusta es ver a quienes han emigrado con sus familias, casados o con uniones ya constituidas. Por ello, una de los más recientes fenómenos consiste en las contrataciones de personas para que finjan por estos días en ser las parejas de los que van a visitar a sus ancestros.

Las festividades se han extendido no sólo a los países de origen de esta tradición, sino que en ciudades como Nueva York, Los Ángeles, Seattle, México, San Francisco las celebraciones conllevan también vítores y muchos adornos rojos.

Si ve a un chino, dígale este 25 de enero: Xīnnián kuàilè. O, simplemente, feliz año. Él entenderá.

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