Si alguna vez ha sufrido de una enfermedad ocular, seguro habrá escuchado sobre el queratocono, afección cada vez más común entre los colombianos y cuya principal característica es que altera de manera progresiva la córnea hasta darle forma de cono. Esta afección que padecen 5 de cada 4.000 personas en Colombia se puede prevenir con buenos hábitos de higiene.

El oftalmólogo Marcel Ávila, profesor asociado de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), explica que cuando la córnea se hace más fina o se adelgaza pierde fuerza tensil.

“Dicha modificación provoca cambios en la refracción, las imágenes se ven desenfocadas o borrosas y no se corrigen fácilmente con anteojos”.

El queratocono es cada vez más frecuente debido a dos razones principales: una, la genética, es decir que alguien de la familia haya padecido la afección (se estima que 1 de cada 10 personas tiene un familiar que lo padece), y otra relacionada con el medioambiente y la falta de cuidados oculares.

Según el docente, “una de las causas más frecuentes de su aparición es el rascado de los ojos, que puede llevar no solo a tener una visión borrosa y sensibilidad a la luz, sino que a futuro se desarrolle la enfermedad, que es progresiva y que se soluciona con un trasplante de córnea”.

“Cuando no se presta la atención oportuna el queratocono puede avanzar y llevar a una pérdida visual importante por la deformidad de las imágenes que llegan al interior del ojo”.

¿Cómo se corrige?

El queratocono se corrige de varias formas. La primera es la corrección óptica, es decir que se deben eliminar o reducir las aberraciones que aparecen en la imagen, generalmente se hace una receta para gafas o lentes de contacto.

Cuando la corrección óptica no es suficiente o la enfermedad progresa, de se consideran otras opciones como el endurecimiento corneal, que consiste en someter la córnea a una radiación ultravioleta determinada con el fin de fortalecerla y frenar la deformación que ocurre en los queratoconos.

Al respecto, el profesor Ávila afirma que “en la UNAL se están desarrollando compuestos entrecruzadores que no requieren la activación con luz ultravioleta, como los que existen hoy, y que nos permiten realizar endurecimiento corneal sin necesidad de irradiar el ojo, lo cual además nos sirve no solo para trata el queratocono sino también otras enfermedades debilitantes de la córnea”.

Otros tratamientos incluyen la introducción de anillos intraestomales, los cuales dan fortaleza a la córnea, y en casos muy seleccionados se utilizan láseres.

El experto menciona que “la idea de estos tratamientos es evitar la progresión y que el paciente llegue al trasplante de córnea. Cerca del 20 % de los pacientes con queratocono requerirán una intervención de queratoplastia para rehabilitar su función visual”.

Textos y fotos: prensa Unal

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