Por Guillermo Romero Salamanca

Cada primero de abril en buena parte de Europa, Estados Unidos, Canadá y Japón les da por hacer todo tipo de bromas: cambiar la sal por azúcar, pegar chicles en las sillas, lanzar promociones inexistentes, noticias falsas o simplemente burlarse de alguna situación.

Se trata de burlarse de todo, pero sin hacerle mal a nadie. Entonces hacen hielo con mentas, ponen bocinas en las puertas, cambian chicle por plastilinas, encierran a un carro con carritos de mercado, reemplazan el ambientador por cebo de pesca en spray, plantan hierba en el teclado del computador, colgar una foto de Kim Jong en la pared de los empleados ejemplares, ponen una imagen de Nicolás Maduro como demócrata, desorganizan una oficina.

En las empresas la idea es sorprender a sus compañeros de trabajo con algún gracejo, con un dibujo o un trabajo que implique risa.

En las casas las señoras, por ejemplo, hacen que sus esposos se bañen con agua fría, no les planchan la camisa que requieren, esconden el celular y los maridos no les llevan chocolates ese día o se les “olvida” poner flores.

En los colegios los alumnos brillan con ideas que van desde quitarle la silla al compañero o dejarlo sin las medias nueves.

Es una costumbre milenaria que se realiza el 1 de abril de cada año, pero en este 2019, empresas como Microsoff les ha pedido a sus empleados que no participen en esta celebración. Les da miedo que se salga del cauce todo el trabajo.

“Considerando los vientos que azotan a la industria tecnológica actualmente pido a todos los equipos que no participen en el April Fools’ Day. Agradezco a todos los que han invertido tiempo y esfuerzo en estas actividades (bromas anteriores), pero creo que tenemos más cosas que perder que cosas que ganar si seguimos intentando hacernos los graciosos ese día”, les dice en un memorando emitido el pasado 29 de marzo, Chris Capossela, jefe de marketing de Microsoft, en un memorando interno a todos los empleados.

Hace unos años empresas como Microsoff, Amazon y Google sus creativos gastaban horas para presentar alguna broma a sus seguidores, pero –con motivo de las noticias falsas o Fake news, como suele conocerse—prefieren no arriesgarse.

Envolver un carro en plástico es una costumbre.

Hasta antes de mediados del siglo XVI las fiestas de Año Nuevo comenzaban el 25 de marzo y terminaban el 3 de abril y entonces conmemoraban el “Día de los inocentes” el primero de abril. Fiesta que en el resto del mundo se realiza el 28 de diciembre.

Todo nació cuando se estableció el calendario Gregoriano, impuesto por el papa Gregorio XIII, que buscaba ajustarse lo establecido en fechas en el concilio de Trento. Entonces, a partir de 1582 se fue sustituyendo el calendario juliano en distintos países. Era terminar con la tradición egipcia que tenía un calendario solar.

Pero como en esa época las comunicaciones se demoraban, hubo pueblos –sobre todo en Francia– donde tardaron en recibir la nueva información y continuaron con la tradición de hacer bromas del “Día de los Inocentes”, el primero de abril.

En Estados Unidos y América la noticia llegó más tarde y por ello, los europeos los llamaron como los “tontos de abril”. Han pasado más de 400 años de esa situación, pero aún se acostumbra hacer todo tipo de bromas en este día.

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