Por Andrea Castañeda M. Revistaenfoque.com.co

El libro 37 de Gustavo Castro Caycedo, Por qué me quedé en Colombia, editado por Palabra Libre US, relata las historias de vida de 17 protagonistas y las razones por las cuáles sentaron raíces en nuestro país. También hace un recuento de las mayores migraciones de ciudadanos extranjeros a Colombia, conformadas por ciudadanos: españoles, alemanes, austriacos, ingleses, chinos, franceses, italianos, japoneses; de judíos de varias nacionalidades, y árabes de Líbano, Siria y Palestina. Este libro resalta la contribución de los extranjeros a la construcción y fortalecimiento de nuestra nación, desde la conquista misma.

Las personas, o los grupos humanos inmigrantes, han llegado a Colombia trayendo sus idiomas, culturas, costumbres, credos, oficios, y profesiones, con ilusiones y esperanzas de lograr aquí una vida amable y próspera. Migrar, ha implicado para muchos de ellos, cambios radicales o difíciles de asimilar, desarraigo, los riesgos de un ambiente desconocido, y una readaptación a veces incierta.

En cuanto a los personajes de este libro, fueron muy positivos al calificar a Colombia y a los colombianos, destacando la hospitalidad con las que este país los recibió.

Los protagonistas del libro en orden alfabético, son: Cristina Lilley, Bióloga, bailarina clásica, actriz de teatro, televisión y cine, y animalista: nacida en Nueva York: “Mezcla de gringa y europea ¡Pero colombiana!”, afirma ella. Flavia Dos Santos: Psicóloga-sexóloga brasileña quien vivió en Rio de Janeiro, Brasilia, Roma. Londres, y Nueva York, pero “se enamoró de Colombia”.  

Para Florence Thomas: Psicóloga francesa, feminista famosa y columnista de El Tiempo: “Este es un país de gente muy valiente”. Germán Tessarolo: Pintor y escultor italiano anota: “Intenté irme de Colombia ocho veces ¡Y no pude!”. El Gran Rabino argentino, maestro, guía, líder espiritual y religioso, sentencia: “Yo quise y decidí vivir aquí”. “Helena Fares de Libos, empresaria “libano-chiquinquireña echada pa´delante”, espontánea, y de armas tomar; ha escrito ocho libros. Javier de Nicoló, sacerdote italiano y verdadero santo contemporáneo, redentor de más de 100.000 muchachos de la calle, (“gamines”).

Jean Claude Bessudo; líder turístico latinoamericano, nacido en Francia, se apersonó de  una empresa con 50 empleados, y hoy tiene más de 5.000, confiesa: “Soy colombiano de corazón”. José Alejandro Garcia Rosquete, ex-Cónsul de Cuba en Colombia, se enamoró de Patricia, y sentó raíces aqui.

A Juan María  Marcelino Gilibert, el francés creó la Policía de Colombia, su nieto, el  General Luis Ernesto Gilibert Vargas, describe a: “El abuelo que no conocí”.

Julio César Luna, histórico galán argentino de la TV colombiana; actor, director, productor, libretista, locutor, cantante y maestro de ceremonias. Kyonn-Duk Lee: El gran Maestro colombo-coreano que trajo el Taekwondo al país.

Martha Senn: mezzosoprano nacida en suiza, pero colombiana triunfadora en América, Europa, Asia y Africa, con su impactante voz, y su habilidad dramática. Oscar Sevilla: ciclista español; ganador de tres vueltas a Colombia, e infinidad de pruebas internacionales, se describe, “tan colombiano como mi esposa y mis hijas”.

Rachid Maluf Namour: emprendedor y empresario libanés, pulcro y valiente, exclama: “Si todos trabajáramos por ella ¡Cómo fuera Colombia!”. Salud Hernández Mora: polémica y crítica periodista española, asegura: “Colombia tiene todo para ser del primer mundo”. Salvo Basile: actor, productor y director de cine y TV; es uno de los grandes defensores de Cartagena.

El libro incluye la semblanza de once inmigrantes que ganaron fama en Colombia, son ellos: Alejandro Obregón, famoso pintor barcelonés, con alma y corazón caribeño. Don Blas de Lezo, almirante español, héroe defensor de Cartagena. Don Luis de Aury, nacido en París y fallecido en la Isla de Santa Catalina en 1821; corsario libertador del archipiélago de San Andrés Providencia, Santa Catalina, y sus islotes, que fueron destino de inmigraciones: británica, jamaiquina y africana.

Fernando González Pacheco, nacido en Valencia, España en 1932, fue el personaje más famoso en la historia de la televisión colombiana. José Duval, cubano-norteamericano, que reencarnó a Juan Valdez, desde 1959. Hans Otto Ungar, librero austriaco-colombiano, honrado por tres países.

Lauchlin Currie, gran economista canadiense, comprometido con Colombia. Oreste Sindici, italiano, compositor de la música de nuestro Himno Nacional. Rogelio Salmona, el gran arquitecto colombiano, nacido en Francia. Pedro Claver, santo catalán defensor de los esclavos en Cartagena. Y el Profesor Thomas van der Hammen, geólogo, arqueólogo, botánico, y paleontólogo holandés, que concibió el mayor bosque urbano del mundo, en Bogotá: “La Reserva van der Hammen».

Aparte del dolor del desarraigo muchos inmigrantes debieron soportar trabas innobles y crudas expresiones oficiales de xenofobia, en lugar de signos de bienvenida lo que frustró sus esperanzas.  Un sentimiento anti extranjero, (especialmente contra los judíos polacos y alemanes), fue liderado por el profesor Luis López de Mesa, (Canciller del gobierno del presidente Eduardo Santos), quien dio la espalda a sobrevivientes que huían del Holocausto y de la Segunda Guerra Mundial. Este ministro, defraudó la justa aspiración de ingreso a Colombia de miles de inmigrantes judíos, japoneses y chinos, víctimas de sus sentimientos antisemitas y xenófobos.

A partir de 1817, las legiones Británica e Irlandesa, unidades militares bajo el mando del general Simón Bolívar, hicieron parte de los ejércitos libertadores de la Nueva Granada, que construyeron muestra Independencia del Imperio español, dando fin al período de la Colonia. Los combatientes “importados”, conformaron: la Primera Legión Británica: la Segunda Legión Británica, y la Legión Irlandesa. De ellas hicieron parte regimientos de caballería, como los Húsares y el batallón de infantería Albión, Carabobo; y el Rifles, que contaba con más de 400 indígenas. La Legión Británica, estuvo bajo el mando del general Rafael José  Urdaneta, jefe del gobierno patriota, y luego hizo parte de los  las huestes de Bolívar, (en 1818 como parte de la guardia del Libertador) y de José Antonio Páez, y José Tadeo Monagas.

Estas legiones, con más de 7.000 combatientes, voluntarios, o mercenarios, no fueron bien tratadas siempre. Fueron integradas principalmente por ingleses, irlandeses, galeses; y con menos hombres, por escoceses, italianos, franceses, españoles, alemanes, antillanos, holandeses, y nativos de colonias británicas.

También lucharon por nuestra independencia, algunos voluntarios venidos, de: Chile, Holanda, Estados Unidos, Canadá, Ecuador, México, Perú, Uruguay, Suecia, Noruega, Cuba, Haití y Jamaica; esclavos negros africanos. Y claro está, de infinidad de  patriotas venezolanos.

Un recorrido por las historias de quienes han decidido arraigarse en Colombia, un libro que vale la pena leer y disfrutar desde las videncias que nos recuerdan cómo enamorarnos de Colombia, otra vez.

En la foto: La directora de Revista Enfoque Andrea Castañeda con el autor Gustavo Castro Caycedo.

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