Por Guillermo Romero Salamanca
Luego de la celebración del Jueves Santo, el pueblo católico realiza la tradicional visita a los siete Monumentos, que son lugares especiales donde se reserva el Santísimo y que se adorna con velas, flores, luces y cada parroquia desea lucirse en imaginación. Dibujantes, diseñadores, ambientadores y personas que conocen de adornos se reúnen durante varias semanas para prepararlos.
Es una tradición de hace más de 800 años. Con la consolidación del culto eucarístico en los siglos XII y XIII, se extendió la costumbre de preparar un monumento. La devoción popular hizo de este gesto práctico, es decir, reservar las hostias consagradas el Jueves Santo para la comunión del Viernes Santo, todo un despliegue de arte y creatividad.
La tradicional visita a los siete monumentos se realiza en la tarde y noche del Jueves Santo y durante el día del Viernes Santo, antes de la celebración de la Pasión. Por eso miles de personas piden que se abran temprano las iglesias.
Es sin duda una de las tradiciones más comunes de la Semana Santa en toda América Latina.
El Jueves Santo se conmemoran las horas que precedieron a la Pasión y Muerte de Jesús quedaron grabadas con singular fuerza en la memoria y el corazón de quienes estuvieron con él. Por eso, en los escritos del Nuevo Testamento se conservan bastantes detalles acerca de lo que Jesús hizo y dijo en su última cena. No le acompañaban ni María, su madre, ni las santas mujeres.
En esa última cena Jesús lava los pies a sus discípulos dando así ejemplo humilde de servicio, anuncia que uno de ellos lo va a traicionar y el hecho más sorprendente fue la institución de la Eucaristía en la última cena. «Esto es mi cuerpo», “Esta es mi Sangre” y la transmisión a los Apóstoles que estaban allí, dándoles el poder necesario para hacer lo que Él hizo en aquella ocasión: «Haced esto en memoria mía».
En el evangelio de San Juan sitúa el mandamiento nuevo, cuyo cumplimiento será la señal distintiva del cristiano: «Un mandamiento nuevo os doy: que os améis unos a otros. Como yo os he amado, amaos también unos a otros. En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si os tenéis amor unos a otros».
Comienzan entonces los recorridos por Siete Monumentos.
Cada uno de ellos se pretende que se recuerden los escenarios de Jesús en su último día en la tierra.
1. Primer Monumento
Se recuerda el trayecto de Jesús desde el Cenáculo, en donde celebra la Última Cena con sus discípulos, hasta el huerto de Getsemaní donde sucede la Transfiguración.
2. Segundo Monumento
Se medita sobre el paso desde el huerto de Getsemaní hasta la casa de Anás, donde fue interrogado y recibe una bofetada.
3. Tercer Monumento
La oración se centra en el camino de Jesús hasta la casa de Caifás, lugar donde recibió escupitajos, insultos y sufrió dolores durante toda la noche.
4. Cuarto Monumento
La reflexión es sobre la primera comparecencia de Jesús ante Pilatos, el gobernador romano de la región, donde fue acusado por los judíos que le levantaron falsos testimonios.
5. Quinto Monumento
Se acompaña al Señor en su presentación ante el rey Herodes, quien junto con sus salvaguardias también lo injurian.
6. Sexto Monumento
Se medita sobre la segunda comparecencia ante Pilatos y cuando Jesús fue coronado con espinas y condenado a muerte.
7. Séptimo Monumento
Se recuerda el recorrido de Cristo desde la casa de Pilato hasta el Monte Calvario llevando la cruz a cuestas, su muerte y su paso al sepulcro, de donde resucita al tercer día.
Lea también:
