Por Guillermo Romero Salamanca

Esa tarde decembrina apareció Eduard Forero –un programador y moledor de música en una discoteca de Cogua, Cundinamarca— en Ganahoy, el sitio de mayor venta de chance de Zipaquirá.

Marquitos Gil –el vendedor estrella de los números de la suerte– al verlo, le preguntó: “¿Joven, qué canción está de moda ahora?”. El desprevenido diyey le respondió: “Hay varias: Baby de Maluma, Clandestino de Shakira y Mi cama de J Balbin”.

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El maestro Julio Erazo en sus tiempos de Los Corraleros de Majagual. Foto Youtube.

–¿Y si pone música de Julio Erazo?, le interrogó el manizalita.

–¿Julio Erazo?, ¿Quién es él?

–Vea pues….¿Cómo va ser buen programador de una discoteca si no sabe quién es Julio Erazo?, le replicaron Rafael Forero, su cuñado Germán, el profesor Efraín, don Jorge García, el ingeniero Yepes, el sabio William García, don Héctor Julio Guativa, Luis, el boticario, el médico Germán Gutiérrez, el consultor Pedro Ortiz, el concejal Alberto Gualteros, el abogado Augusto Moreno, el taxista Javier Pérez, los exalcaldes Marcos Mora y Marco Tulio Sánchez y otros tres personajes…Casi le pegan al pobre muchacho. “!Es el compositor más grande que ha dado Colombia!”, le gritaron.

–¡Explíquenme entonces…!, les contestó asustado.

–Mire, vaya y traiga una botella litro de ron y por cada éxito que le pongamos y que usted haya escuchado, “nosotros nos tomamos dos tragos y usted, refresca su mente con sabiduría y se bebe, uno”.

El muchacho salió corriendo para la licorera y regresó con una de Ron Viejo de Caldas y unos pasabocas.

–¿Ha oído este?, le preguntó Marcos mientras le hacía sonar un tema interpretada por el Cuarteto Imperial. Adiós, adiós corazón/ adiós, adiós mi ilusión/ Esta noche me recuerda, la noche que me quisiste/ Que tantos besos te di/ que tantos besos me diste/ después ya nunca te vi, y me quedé solo y triste… Esa canción es de Julio Erazo.

El joven libó su copa mientras miraba a sus acompañantes como se despachaban dos traguitos.

Le hicieron sonar otra: “La mujer que tengo, se pone celosa y guapa/ porque yo compongo/canciones pa’ las muchachas/ Por ejemplo ahora/ conmigo se ha puesto brava/ porque yo compuse/ un paseo para Rosalba”, esta es con Alejo Durán.

Eduard asintió y se bebió su roncito y miraba de reojo a sus acompañantes que se despachaban dos copitas del elíxir de los dioses.

“Le cuento –dijo Marco Tulio, hincha de Santa Fe y viejo zorro de la política—el maestro vive en Guamal, Magdalena y quien fuera proyeccionista de cine, enfermero, maestro de escuela y padre de Julio, Elides, Ignacio, Sata y Betty escribió esta canción: “Hace un mes que no te miro/ hace un mes que no te abrazo/ hace un mes que no te miro/ hace un mes que no te abrazo/ hace un mes que no suspiro/ apretado entre tus brazos/ hace un mes que no suspiro/ apretado entre tus brazos”.

–Claro, dijo el diyey novato y sus compañeros ajustaron sus dos tragos, cada uno.

El profesor Efraín, viejo curtido en disciplina y conducta, le comentó: “Esta canción la cantaron muchos artistas, pero se conoce en la voz de Alejo Durán: “Tengo pena con compadre Chemo/ tengo pena porque yo no fui/ a esa fiesta de ese 2 de enero/ y con tanto que le prometí/ me perdona, pero fue que yo/ el día primero pa’ saca el guayabo…

–Si la he oído, respondió quedamente el muchacho, quien vio terminada la primera botella y se fue a la licorera por otro litro. Su ideal era aprender y eso estaba haciendo. No tendría mejores profesores.

El maestro Julio Erazo, hizo parte de ´Los Corraleros de Majagual´, de la ´Orquesta de Pacho Galán´ y de ´Los Teen Agers´. Foto Sayco.

El turno fue para el médico Germán Gutiérrez–con ciertos ideales de izquierda—, pero doctor también en música. “El maestro Julio Salvador–le dijo– le ha dado canciones a Los Melódicos, La Billo’s Caracas Boys, Los Corraleros de Majagual, Los Hispanos, El Cuarteto Imperial, Pacho Galán, Los Betos, Bovea y sus Vallenatos, Los Teen Agers, Los 50 de Joselito, Los Caballeros del tango, Los Tupamaros, Julio Jaramillo, Gabino Pampini, Rodolfo Aicardi, Jorge Oñate, Pastor López, Alejo Durán, Aníbal Velásquez, Lisandro Meza, Pedro Laza, Ramón Ropaín, Miguel Herrera, Pello Torres, Noel Petro, Daniel Celedón, Juan Piña, Alfredo Gutiérrez, Jaime Llano, Silvio Brito, Rolando La Serie, Rubén Darío Salcedo y centenares de orquestas le tocan sus canciones. Escuche esta: “Una vez bailaba yo, con mi novia en el calla’o/ yo bailaba quebradito y ella bailaba pega’o/le apretaba la cintura/ y estaba yo entusiama’o.

El estudiante no tuvo más remedio que aceptar que le iban ganando. Deglutió y suspiró.

Los “maestros” le pusieron “La pata pelá”, “La puya Guamalera”, “Yo conozco a Claudia” paseos, danzones, cumbias, paseaitos, sambapalos, merengues, puyas, pasajes, corridos, rumbones, rancheras, tangos –sobre todo Lejos de ti–, boleros, bambucos, paseboles, guarachas, merecumbés, calipsos, guaguancós, sones, porros y hasta gogós compuestos por el maestro Julio Erazo, mientras Eduard aprendía e iba por más botellas. Estaba en la universidad de la música.

A las ocho de la noche, Marcos para terminar la lección le puso “Adonay”, uno de los grandes éxitos de todos los tiempos, interpretada por Rodolfo Aicardi: Adonay, por qué te casaste Adonay/Adonay por qué no esperaste mi amor/Adonay por ti se forjó mi pasión/ por ti corre siempre veloz, la sangre de mi corazón/ ¿Por qué te casaste Adonay? / y no me esperaste Adonay/ te sigo queriendo Adonay, te iré persiguiendo.

Mientras culminaba la octava botella, el aprendiz preguntó con la lengua trabada: “Bueno, ¡hic! ¿Y pod qué se casó Adonay?”.

–Venga mañana y le contamos la verdad, pero traiga un litro de ron porque la historia es larga.

–El muchacho se fue feliz para la casa. ¡Cómo habría aprendido aquella tarde decembrina!

 

 

 

 

 

 


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