Por Guillermo Romero Salamanca

El juramento hipocrático es, básicamente, un compromiso, que solo pueden hacer las personas que se gradúan en las carreras universitarias de Medicina.

Hipócrates de Cos nació en el 460 antes de Cristo y falleció en Tesalia en el 370 antes de Cristo, fue un médico que ejerció su profesión en la Antigua Grecia, en el denominado siglo de Pericles. Está considerado como una de las figuras más destacadas de la Historia de la Medicina e, incluso, muchos lo consideran como el “Padre de la Medicina”.

El juramento hipocrático es la guía con la cual el personal médico se fija en su vida y les sirve para despejar sus inquietudes éticas como la defensa de la vida. El texto fue atribuido a Hipócrates en la antigüedad, aunque investigaciones más modernas indican que podría haber sido escrito después de su muerte. Aunque hoy en día el juramento sólo se utiliza raramente en su forma original, sirve de base para otros juramentos y leyes similares que definen las buenas prácticas y morales médicas. Los licenciados que están a punto de empezar la práctica médica tradicionalmente pronuncian este juramento, generalmente el día de su grado.

Manuscrito bizantino del Juramento en forma de Cruz.

El primer Juramento Hipocrático decía lo siguiente:

Juro por Apolo médico, por Asclepio, Higia y Panacea, por todos los dioses y todas las diosas, tomándose como testigos, cumplir fielmente, según mi leal saber y entender, este juramento y compromiso:

·        Venerar como a mi padre a quien me enseñó este arte, compartir con él mis bienes y asistirlos en sus necesidades; considerar a sus hijos como hermanos míos, enseñarles este arte gratuitamente si quieren aprenderlo; comunicar los preceptos vulgares y las enseñanzas secretas y todo lo demás de la doctrina a mis hijos y a los hijos de mis maestros, y a todos los alumnos comprometidos y que han prestado juramento, según costumbre, pero a nadie más.

·        En cuanto pueda y sepa, usaré las reglas dietéticas en provecho de los enfermos y apartaré de ellos todo daño e injusticia.

·        Jamás daré a nadie medicamento mortal, por mucho que me soliciten, ni tomaré iniciativa alguna de este tipo; tampoco administraré abortivo a mujer alguna. Por el contrario, viviré y practicaré mi arte de forma santa y pura.

·        No tallaré cálculos, sino que dejaré esto a los cirujanos especialistas.

·        En cualquier casa que entre, lo haré para bien de los enfermos, apartándome de toda injusticia voluntaria y de toda corrupción, principalmente de toda relación vergonzosa con mujeres y muchachos, ya sean libres o esclavos.

·        Todo lo que vea y oiga en el ejercicio de mi profesión, y todo lo que supiere acerca de la vida de alguien, si es cosa que no debe ser divulgada, lo callaré y lo guardaré con secreto inviolable.

·        Si el juramento cumpliere íntegro, viviré feliz y recoja los frutos de mi arte y seré honrado por todos los hombres y por la más remota posteridad. Pero si soy transgresor y perjuro, véngame lo contrario.

medios_hipocrates - Fundación Favaloro

El nuevo juramento

A lo largo de los años, el Juramento ha tenido varios cambios.

Conocida como «Declaración de Ginebra» fue adoptada por la Asociación Médica Mundial (AMM) en 1948 y ha sido revisada y enmendada en diferentes ocasiones (1968, 1983, 1994, 2005, 2006 y 2017).

Este es el texto aprobado en octubre de 2017, en Chicago:

COMO MIEMBRO DE LA PROFESIÓN MÉDICA:

PROMETO SOLEMNEMENTE dedicar mi vida al servicio de la humanidad;

VELAR ante todo por la salud y el bienestar de mi paciente;

RESPETAR la autonomía y la dignidad de mi paciente;

VELAR con el máximo respeto por la vida humana;

NO PERMITIR que consideraciones de edad, enfermedad o incapacidad, credo, origen étnico, sexo, nacionalidad, afiliación política, raza, orientación sexual, clase social o cualquier otro factor se interpongan entre mis deberes y mi paciente;

GUARDAR Y RESPETAR los secretos confiados a mí, incluso después del fallecimiento del paciente;

EJERCER mi profesión a conciencia y dignamente y conforme a la buena práctica médica;

PROMOVER el honor y las nobles tradiciones de la profesión médica;

OTORGAR a mis maestros, colegas y estudiantes el respeto y la gratitud que merecen;

COMPARTIR mis conocimientos médicos en beneficio del paciente y el avance de la salud;

CUIDAR mi propia salud, bienestar y capacidades para prestar atención médica del más alto nivel;

NO EMPLEAR mis conocimientos médicos para violar los derechos humanos y las libertades ciudadanas, incluso bajo amenaza;

HAGO ESTAS PROMESAS solemne y libremente, bajo mi palabra de honor.

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