Según la CCB, el número de empresas liquidadas entre enero y agosto de este año aumentó en un 63% con respecto al mismo periodo de 2019; el desempleo en septiembre llegó al 15.8%; 5.6 puntos porcentuales por encima de la tasa registrada para el mismo mes en el año 2019.

El 2020 ha sido, definitivamente, un año atípico en todos los sentidos. El sector económico se ha visto fuertemente comprometido y ha tenido que sortear todo tipo de obstáculos para mantenerse a flote, aún en las condiciones más difíciles y menos aptas para el crecimiento del país en este aspecto. A lo anterior se suman los recientes fenómenos meteorológicos que han causado graves desastres en diferentes zonas del país.

Lo anterior ha generado necesidades importantes a nivel poblacional que impactarán de manera directa en la necesidad de contar con importantes inversiones para recuperar el sector empresarial y, con este, la infraestructura en uno de los momentos más difíciles en la historia colombiana.

En un panorama en donde en el tercer trimestre del año, según el DANE, el PIB decreció en 9 puntos porcentuales; las exportaciones en septiembre disminuyeron en un 23.5% respecto de las realizadas con corte al mismo periodo del año 2019; y las importaciones, en los periodos de enero a septiembre, llegaron a USD$29.794 millones, en tanto que, para el mismo periodo del año 2019, su monto ascendía a USD$37.707 millones; contemplar el tema tributario y una reforma al mismo se convierte en una posibilidad para mitigar en cierta forma la crítica situación actual.

Natalia Guerrero, socia de CMS Rodríguez-Azuero.

“La situación actual amerita una reforma tributaria con alto potencial recaudatorio, pero no debe olvidarse que, el marco dentro del cual se mueven estas herramientas, siempre estará limitado por la capacidad contributiva de sus destinatarios” afirmó Natalia Guerrero, socia de CMS Rodríguez-Azuero.

Es importante tener en cuenta que, esta posibilidad, aparece en un momento en el que los niveles de desempleo y endeudamiento en Colombia hacen muy difícil que las medidas de recaudo que se adopten impacten directamente sobre la tributación de los individuos, pero, “es, también, inviable seguir acudiendo al endeudamiento como fuente de financiación del Presupuesto General de la Nación” sostuvo la abogada Guerrero.

¿Qué se debería tener en cuenta para esta Reforma?

La próxima reforma tributaria debería tener como objetivo producir un incremento sustancial en el recaudo; lo cual es algo medianamente positivo si se tiene en cuenta que el fortalecimiento de las industrias nacionales es un punto clave para su consecución.

También es clave contemplar la ampliación de la base poblacional sometida al impuesto de renta y la tributación de pensiones, a partir de ingresos medios y con tarifas progresivas; generalizar el impuesto sobre las ventas para bienes y servicios; proteger a sectores en auge que demuestran aumento en contratación de mano de obra y en sus ingresos; conservar las tarifas nominales del impuesto de renta para personas naturales y jurídicas; expedir reglas de tributación para negocios basados en criptoactivos; entre otras.   

“La recuperación de la economía y de los niveles de tributación requerirán de varios periodos y dependerán, en el caso colombiano, no solo del esfuerzo local y del éxito de las políticas internas de robustecimiento de la industria nacional, sino que, estará condicionado en alguna medida a los niveles de recuperación de los países de destino de las exportaciones, así que la proyección aún es incierta y tendrá que hacerse una evaluación del comportamiento de manera progresiva” concluyó Guerrero. 

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