Por Guillermo Romero Salamanca

Quizá para muchos, en Colombia, el nombre de Raquel Castaños les parezca extraño, pero se le escucha en cada diciembre cuando en emisoras y reuniones ponen su canción más famosa: “Mamá, ¿dónde están mis juguetes?”.

La tradición de los regalos de Navidad nace desde la misma presentación de los reyes Magos que se aparecen con presentes ante el divino Niño con oro, incienso y mirra. Luego San Nicolás llevaba regalos a pequeños desamparados y a familias sin recursos en épocas decembrinas y su actitud se popularizó.

De alguna forma, se espera una retribución por el esfuerzo laboral de cada año y qué buena en la celebración de las festividades navideñas.

Navidad significa también nacimiento.

Durante muchos diciembres, algunas personas que escuchaban el villancico Mamá, ¿dónde están los juguetes?, creían, en primera instancia, que la voz era la de un niño, pero lo cierto es que, desde hace 56 años, en vísperas de la Nochebuena, suena el tema con sus reclamos: “Mamá dónde están los juguetes, mamá el niño no los trajo. ¿Será que no vio tu cartica, que pusiste en la noche sobre tus chancleticas?”. Y después agrega: “Mamá, hoy me siento muy triste, mamá el Niño no me quiere. ¿Será que tú hiciste algo malo y el niñito lo supo, por eso no los trajo?”.

Y sigue cantando la dama: “Mi amor ya no te sientas triste, mi amor si a tu lado me tienes y así esperaremos juntos, rezaremos al cielo, hasta el año que viene”.

Y repite los versos. Muchos lloran con la cantilena. Otros quedan en mutismo y más de uno empuja un ligero icor de los dioses.

Algo cruel el argumento, pero que ha puesto a pensar a varias generaciones sobre la difícil situación económica por la cual atraviesan miles de familias.

Algunos de sus temas inmortales son: Noche y soledad; Puerto abandonado; Novia; Tarde gris; La Noche de tu Partida; Mamá ¿Dónde están los juguetes? y Fuego al cañón, entre otros. Foto venezuelaehistoria.blogspot.com

La tonadilla fue compuesta por el venezolano Oswaldo Oropeza, quien viviera entre el 5 de agosto de 1939 y el 3 de diciembre de 1998 y escribiera otro gran éxito: “Faltan cinco pa’ las doce”, grabado en 1963 por el locutor Néstor Zavarce, pero popularizado con una versión grabada por el rey de la guaracha, el barranquillero Aníbal Velásquez.

Raquel del Coromoto Castaños Amundaray, protagonista de la canción, nació en Caracas el 6 de mayo de 1953 y cuando tenía nueve años y tras sus presentaciones en la televisión, fue seleccionada para grabar el mítico tema de Oropeza. Ella en principio no quería, porque gran parte de la canción no la entendía y en ese momento ni siquiera sabía quién era el Niño del cual hablaban, pero su madre le insistió y se presentó a la grabación.

Fue traumática su actuación, según ha contado en varios medios de comunicación. Para su presentación en televisión hasta le rompieron los zapatos para que se viera como una niña muy pobre.

Desde ese momento no dejó de cantar y ha grabado más de 30 discos de larga duración, casi todos tradicionales y baladas con composiciones suyas. En Venezuela se convirtió en un símbolo de la Navidad y luego en la presentación de programas juveniles y después como actriz de novelas.

Ha participado en festivales como Viña del Mar, La Voz de Oro, Festival de la Luna y Festival Internacional de Caracas, además se ha llevado todos los premios del espectáculo venezolano como el Guaicaipuro de Oro, el Mara de Oro, Ronda y Meridiano de Oro.

 

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