Entre marzo de 1980 y abril de 1982 debí coordinar las giras de Los Chalchaleros, organizadas por El centro internacional de promoción cultural.

Trabajar con este cuarteto folclórico argentino fue una de las más amables e inolvidables experiencias de mi actividad como promotor, director y productor discográfico.

Artistas en toda la extensión de la palabra, excelentes y profesionales músicos, conocedores de su oficio con un manejo de escena en el que los diálogos e ilustración de cada tema estaban orientados a cautivar la atención del público, al que mantenían expectante.

En Medellín, Cali, Manizales, Pereira, Armenia y Bogotá, las localidades fueron agotadas. Los amantes del folclore argentino eran devotos y fieles admiradores de su obra. No había distinción de edad y, para mi sorpresa, el porcentaje de gente joven era alto, en su mayoría universitarios, conocedores de la temática del amplio repertorio del original cuarteto.

Juan Carlos Saravia, director y único miembro de los originales “Chalchaleros”, irradiaba bondad y sabiduría. Sencillo y siempre dispuesto a colaborar. Era respetado por los otros tres miembros: Pancho Figueroa, guitarra, voz; Polo Román, bombo, voz y Facundo Sarabia a quien Ernesto Cabezas, el fundador, le heredó la tarea.

Polo Román, percusionista conocedor de su oficio de una cálida personalidad siempre estuvo dispuesto al diálogo y no aceptaba especulaciones políticas.  Coincidimos con la gira de Joan Manuel Serrat, a quien acompañaba un guitarrista argentino. Cuando él vino a saludar a Los Chalchaleros, manifestó su tendencia izquierdista, criticando la posición del gobierno argentino en el conflicto de Las Malvinas. Polo, sin exaltarse lo recriminó, haciéndole ver que no era el momento de tomar ningún partido, sino de identificarse con el tiempo histórico que estaba viviendo la patria y el sacrificio de una generación perdida en aras de una inútil guerra.

Nota de la revista Antena reseñando la llegada de Los Chalchaleros a Colombia. De izquierda a derecha, Facundo, Polo, Juan Carlos, Pancho y el suscrito.

Pancho Figueroa era el clásico argentino, consciente de su rol como artista, sin caer en la prepotencia del porteño, amante del buen vino y el encanto femenino. Era el don Juan del cuarteto.

Facundo Saravia, el más joven, hijo del guitarrista Juan Carlos, a quien Ernesto Cabezas, decidió que fuera su remplazo durante su convalecencia en 1980, año en el que desafortunadamente murió, heredándole su puesto.

Facundo, además de ser buen guitarrista era un excelente ser humano. Se inició en la música como director y fundador de “Los Zorzales”, agrupación folclórica con el ADN de Los Chalchaleros. Los Hermanos Facundo, Santiago y Juan Carlos Saravia, al lado de su amigo, Gonzalo Barceló integraban esta novel y talentosa agrupación con la que también trabajé en 1982.

Eran adolescentes conscientes de su compromiso con el folclore argentino, con su atuendo típico similar al de Los Chalchaleros enloquecían por igual a sus contemporáneos y mayores.

Desaparecieron de la escena musical, cuando Facundo se integró de a Los Chalchaleros.

Los recitales de este cuarteto eran moderados por Juan Carlos Saravia con anécdotas y referencias a los grandes maestros como Atahualpa Yupanqui, Eduardo Falú, Ariel Ramírez y la familia Dávalos. Juan Carlos en sus intervenciones durante los conciertos hablaba del significado del folclórico argentino, sus raíces, sus instrumentos, atuendo, grandes compositores y cultores, además de sus experiencias.

Admirable el respeto y responsabilidad en escena. Sus actuaciones estaban perfectamente programadas, repertorio, intervenciones y el atuendo gaucho el que infundía respeto con toque tradicional y romántico.

En el 2000 grabaron su último álbum. Fue titulado como “Todos somos Chalchaleros”. Intervinieron en este disco Eduardo Falú, Joan Manuel Serrat, Les Luthiers, entre otras más figuras, argentinas e internacionales.

En el 2001 se despidieron de su primer público, con una gira que se inició en Buenos Aires y se cerró en el estadio de Delmi de Salta, epicentro folclórico del cono sur del continente. Ese concierto se denominó “La noche final”.

El 16 de junio del 2002 Los Chalchaleros, cerraron un exitoso ciclo de 54 ininterrumpidos años de actividad artística recorriendo América y Europa difundiendo el bello folclore argentino. Grabaron 50 álbumes y fueron galardonados con todos los premios y reconocimientos a su actividad y obra.

Uno de sus grandes éxitos: «Angélica».

Integraron esta agrupación Juan Carlos Saravia, 1948- 2002; Franco Sosa, 1948-1950; Dicky Dávalos, 1950-1967; Cocho Zambrano, 1948- 1950 -1961-1966; Aldo Saravia, 1948-1949-1956-1961; José H Saravia Toledo, 1949 – 1953; Pancho Figueroa, 1967-2002; Ernesto Cabezas, 1953- 1980; Polo Román, 1966-2002 y Facundo Saravia, 1980-2002

Polo Román gentilmente en 1982, me obsequió su bombo, autografiado por Juan Carlo Saravia, Pancho Figueroa, Facundo Saravia y Polo. Esta reliquia hoy está en Madrid, España en manos de un gran baterista colombiano, Thonny Rodríguez.  En mi visita a España volví a tener en mis manos este testimonio de amistad.

Para mí fue un honor haber trabajado al lado de Los Chalchaleros, maestros y culturas de la identidad cultural argentina.

ehozzman1@yahoo.com

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