El turismo de naturaleza es una nueva oportunidad de desarrollo para el Chocó.

Punta Brava, localizada en el corregimiento de Arusí, municipio de Nuquí, Chocó, en medio de la selva y frente al inmenso Océano Pacífico muestra como el turismo de naturaleza puede ser motor de desarrollo de una comunidad.

El Chocó se conoce por su biodiversidad, su producción de oro, plata y platino, por tener el famoso tapón del Darién, y ser despensa acuífera del mundo. En esta región confluyen también diferentes razas, culturas y entornos sociales, con diferentes conocimientos, aptitudes y experiencias que han sido útiles en cada uno de los momentos y retos que se presentan en esta vistosa y enriquecedora experiencia. Las familias que habitan el corregimiento comprenden que una de sus posibilidades laborales está en mostrarles a los visitantes este pedazo de paraíso del Pacífico, con su selva húmeda tropical.

El ecoturismo permite generar desarrollo local y preservar el medio ambiente. Es una herramienta para que comunidades pequeñas, que se han mantenido en el olvido, puedan lograr su desarrollo a través de esta actividad. Punta Brava se planteó explorar el ecoturismo como una posibilidad real de desarrollo ambientalmente sostenible y socialmente responsable.

El ecoturismo no solo es capaz de generar los recursos requeridos para el mejoramiento de la calidad de vida, sino que además obliga a la protección, restauración y recuperación de las condiciones medio ambientales, dado que son precisamente ellas las que dan valor a la oferta ecoturística.

Otra de las características que ofrece esta nueva etapa de turismo para Colombia es que las construcciones, la comida y las actividades son basadas en la cultura local. Los guías, las cocineras, los capitanes y marineros están dispuestos a enseñar y mostrar su tierra, pero además dichosos de aprender cada vez más de la gente que viene a visitarnos.

Este nuevo punto del turismo nacional, ofrece actividades de turismo de naturaleza, aventura y descanso, tales como avistamiento de ballenas, sardinas y aves, caminatas por la selva, kayak, buceo, careteo, surf, pesca, actividades de playa y clases de yoga.

Para llegar a Nuquí, Satena lo puede llevar desde Medellín y Bogotá.

Nuquí es tierra de la tranquilidad, una que le hace homenaje al nombre del mar que la baña, aunque en sus playas se crispe y se convierta en olas. Lejos de todo, obliga a desconectarse del exterior y así aguzar los sentidos para sentir las vibraciones de la naturaleza. Existen diversas opciones de alojamiento en Nuquí que van desde eco lodges, hasta hoteles con planes de alimentación incluida. También se puede disfrutar de la innumerable gastronomía Chocuana, sin duda, una de las más exquisitas dentro de nuestra geografía colombiana, pues cuenta con todos los sabores del Pacífico.

Estando en Nuquí se puede disfrutar de actividades como el “careteo” o buceo a pulmón, el surf, el canotaje, la escalada y la pesca deportiva, también pueden conocer las aguas termales que se encuentran ubicadas a unos 250 metros desde la playa, y el parque natural Ensenada de Utría. Los fuertes vientos del Océano Pacífico producen las mejores olas para surfear. Nuquí cuenta con la suerte de tener sus costas sobre este inmenso mar, por lo cual se ha convertido en un lugar muy atractivo para deportistas de todo el mundo.



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