El Día Mundial del Corazón coincide con el mes del Amor y la Amistad; por eso, la Fundación Cardioinfantil quiere hacer un llamado a las personas para fomentar el cuidado del corazón, aprovechando que en este mes muchos estarán liberando emociones de fraternidad, compañerismo, solidaridad y tantas otras que complementan el amor. A quienes celebran el amor y la amistad y, en general, a todos los seres humanos les conviene mantener un estado de ánimo positivo, pues diversos estudios han comprobado que las emociones influyen de manera importante en la salud, especialmente en el corazón.

La Guía Europea de Prevención Cardiovascular incluye desde 2012 el estrés entre los factores de riesgo cardiaco, y es que determinadas emociones pueden influir en nuestra salud cardiovascular, al desencadenar determinados trastornos cardiacos. Pero, ¿cómo nos afectan esas emociones de manera concreta?

BUSCAR VITALIDAD ALTA

Miguel Ronderos, cardiólogo pediatra de la Fundación Cardioinfantil, explica cómo el estado emocional puede hacernos gozar de buena salud o, por el contrario, ponernos en situación vulnerable ante una enfermedad.

Uno de los órganos que más se afecta cuando el cuerpo se ve sometido a situaciones altamente estresantes es el corazón; curiosamente es el órgano que siempre se vincula a las emociones. “Este tiene un ritmo, el cual es regulado por el organismo de una forma compleja. Se ha visto que el estado de salud de las personas depende de que el corazón tenga la capacidad de variar mucho su frecuencia cardiaca que es la distancia entre diferentes latidos en el tiempo”, explica Ronderos.

Una variabilidad alta es sinónimo de un organismo sano. Muestra de ello son las personas felices, quienes manejan un mayor rango de variabilidad de la frecuencia cardiaca.

Miguel Ronderos, cardiólogo pediatra de la Fundación Cardioinfantil.

ARRIBA LA ALEGRÍA

Por su parte, las personas que experimentan emociones negativas como el odio, el rencor, la tristeza, la soledad, entre otras, tienen una variabilidad de la frecuencia cardiaca baja. Esto influye de manera negativa en el sistema inmunológico, el cual se deprime favoreciendo el desarrollo de enfermedades crónicas o patologías agudas como el Síndrome de Corazón Roto, también conocido como miocardiopatía inducida, una patología que se presenta en las personas que tienen una decepción amorosa o una depresión emocional fuerte.

CUATRO PASOS FUNDAMENTALES

La clave está en que las personas, además de incorporar hábitos de vida saludable, se preocupen por mantener a diario un equilibrio emocional, pues esto también debe considerarse como uno de los aspectos fundamentales para preservar la salud. “Toda la esfera mental del ser humano es la que domina la esfera emocional”, explica Ronderos, quien además asegura que hay cuatro pasos simples que debe seguir el ser humano para lograr el equilibrio entre la mente y el cuerpo:

  • Respirar: lo ideal es volver esta acción mecánica, en una más consciente. “Se ha visto que ese es uno de los mecanismos que más influyen en cómo varía el ritmo del corazón. Pero hacerlo bien no es tan sencillo porque hay una cantidad de interacciones hormonales y neuronales que no lo permiten especialmente en momentos de tensión emocional”, puntualiza Ronderos. La clave, según el experto, es hacerlo profundamente y varias veces al día ya que así se ejercita el corazón y la regulación de la variabilidad cardiaca.
  • Practicar sentimientos positivos: las personas se vuelven expertas en lo que practican a diario. Por eso, el reto es empezar a acostumbrarse a los sentimientos positivos y alejar los pensamientos negativos que afectan al organismo. En opinión de Ronderos, “si yo tengo emociones positivas, de alegría, felicidad, incluyentes, tengo una variabilidad de la frecuencia cardiaca protectora. Pero si tengo sentimientos de celos, odio, rabia, rechazo, incomodidad, negatividad, voy a tener muy poca variabilidad de la frecuencia cardiaca y mayor riesgo de enfermar”. Ronderos agrega que “no somos conscientes de los pensamientos negativos porque nos habituamos a vivir en condiciones completamente inadecuadas y nos sorprendemos cuando nos enfermamos, pero eso es el fruto de una sumatoria de hechos que nos llevan a vivir inmersos en situaciones estresantes que nos mantienen al límite”.
  • Hacer lo que le gusta y tener tiempo para disfrutarlo: llevar a cabo actividades agradables, tiene un efecto relajante sobre el cuerpo y la mente. “Para disfrutar de ellas es importante cambiar el enfoque y empezar a entender la importancia de tomarse el tiempo para hacer las cosas”, asegura el especialista.
  • Agradecer y sanar las relaciones: “Diversos estudios científicos han demostrado que las enfermedades son mucho más duras cuando se viven en soledad. Hay investigaciones que muestran que, por ejemplo, independiente del tipo de cáncer, la sobrevida depende mucho de que haya una red de soporte y una esperanza de vida”, cuenta el experto. Por eso, es clave mantener un buen trato con las personas más cercanas al corazón, pues esto nos mantiene felices y además “perdonar tiene un efecto sanador importante. El objetivo final es tener paz en el corazón”, concluye.

Esta época resulta ser una buena excusa para equilibrar las emociones, cargarse de buena energía, disfrutar de los momentos que nos da la vida y mantener un corazón sano en medio de una pandemia que nos ha retado a todos de diferentes formas; que el amor y las buenas emociones sean siempre un motivo para estar bien con nosotros mismos y con los seres queridos que nos rodean. (grs).

Entrevista el doctor Ronderos.

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