Por Guillermo Romero Salamanca

Unos 14.952 kilómetros separan a Colombia de Corea del Sur, sin embargo la historia del país asiático les debe el recuerdo a 5.100 soldados que lucharon en la famosa Guerra de Corea.

Soldados colombianos en corea

Fue quizá uno de los puntos más álgidos de la llamada “Guerra fría” donde los países capitalistas o demócratas como se hacen llamar, se enfrentaron a los comunistas. Corea del Norte invadió al sur el 25 de junio de 1950 con el apoyo de China y de inmediato las Naciones Unidas solicitaron al mundo “libre” su cooperación para apoyar a los surcoreanos.

El ataque sorpresivo fue autorizado por Moscú dio, en principio, grandes frutos al ejército norcoreano, obligando el retiro de las fuerzas estadounidenses muy por debajo del Paralelo 38.

Han pasado más de 65 años del conflicto ahora y el presidente de Corea del Norte, Kim Jong-un hizo un anuncio importante al detener el programa nuclear de su país, espera reunirse con los líderes de Corea del Sur y hablar en junio con el mismísimo Donald Trump, presidente de los Estados Unidos.

Hace unos días, un grupo considerable de periodistas –entre ellos uno de la W—visitó algunas ciudades de Corea del Norte y fue tratado de manera respetuosa.

En Colombia, el presidente Mariano Ospina Pérez propuso la creación de un batallón para ir a luchar al Asia. Sin embargo, fue su sucesor, Laureano Gómez, quien mediante el Decreto 3927 de 1950 del 26 de diciembre, creó el Batallón de Infantería N°1 Colombia, compuesto por 5.100 soldados –4.314 de Infantería y 786 de la Marina–, el cual fue uno de los pelotones más recordados por los actores de ese conflicto bélico y que actuaron bajo las órdenes del Ejército de los Estados Unidos estuvo y participó en las batallas más significativas de ese evento histórico.

Monumento a los héroes de Corea. Foto Cheong Wa Dae

El entonces ministro de Guerra, José María Bernal, dijo el 29 de agosto una conferencia pública en la cual los periodistas le preguntaron si el país enviaría Batallón a Corea: “El comunismo, enemigo universal, opera en todo el mundo con incesante actividad y con sistemas idénticos pero ajustándose en cada sitio a las peculiaridades propias del terreno y adoptando la denominación más adecuada para el logro de sus propósitos. Echa mano en cada país de la bandera de la oposición para sembrar el caos a todo trance. En Colombia, al menos en las apariencias, el comunismo opera a sus anchas bajo la bandera del liberalismo. Y el liberalismo, consciente o inconscientemente, sirve los planes del dominio internacional soviético”.

El país sufría los golpes de la violencia partidista por el asesinato –un par de años atrás—del líder liberal Jorge Eliécer Gaitán. Decenas de grupo paramilitares surgieron en el país y tanto el Ejército como la Policía no sabían cómo controlar los desmanes, las masacres y los desplazamientos.

De otra parte, mandar a 5 mil soldados a Corea fue una típica colombianada: El país no contaba con material bélico para enfrentarse a los modernos fusiles que había en Corea, no se conocía ni el coreano ni el inglés. Era como una construcción de una torre de Babel militar.

Seleccionaron a un grupo de voluntarios, pero también a otros que fueron obligados. Algunos alcanzaron a desertar cuando los camiones se dirigían a Buenaventura.

La primera operación fue la de ayudar a los sobrevivientes del ataque a Seúl hecho por las fuerzas norcoreanas. Luego estuvieron en enfrentamientos contra el ejército chino al cual lograron desalojar de una colina.

Fotos de la guerra de corea

El general Álvaro Valencia Tovar comandaba aquel batallón que estuvo con más ánimo que con poder bélico, pero que gracias a esa fuerza interna lograron entre otras la defensa de Old Baldy, punto crucial en la guerra y donde un millar de chinos atacaron a unos 400 soldados colombianos.

La guerra de Corea se libró entre 1950 y 1953, pero el batallón Colombia estuvo hasta 1954. El conflicto dejó más de 3 millones de muertos, millones de heridos y de desplazados. De los 5.100 soldados compatriotas, 163 perdieron la vida, 448  resultaron heridos, 30 prisioneros de guerra y 60 desaparecidos.

A su regreso a Colombia, muchos de esos militares enfrentaron el derramamiento de sangre por la violencia partidista, años después les levantaron en Bogotá un monumento en la calle 100 con 15, pero por la construcción de unos puentes, lo trasladaron a la Avenida Eldorado, donde cada año lo limpian y ponen unas ofrendas florales.

 




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