Por Guillermo Romero Salamanca

Sophia Loren. Foto Wikipedia.org

Con un cabello marrón, unos ojos verdes y un metro con 74 centímetros de exquisita belleza, la romana Sophía Loren conquistó al mundo.

“Sí hay una fuente de la juventud, dijo tajantemente en una entrevista, está en tu mente, en tu talento y en la creatividad que llevas a tu vida y a las de tus seres queridos. Cuando hayas dejado correr sus aguas, habrás vencido a la edad”.

Es una verdadera diva, es también un mito, es la eterna mujer que ha conquistado el corazón de miles de hombres por su porte, su elegancia, su forma de actuar. “El sex appeal es en un 50% lo que tienes y en otro 50% lo que la gente cree que tienes”, reveló también en otra oportunidad. Sin embargo, es sincera: “nunca me he considerado una diosa, sólo una madre de familia”.

Nació el 20 de septiembre de 1934. En su niñez padeció el agobio de la guerra, soportó los bombardeos, corría de un lado a otro y su padre la abandonó muy pequeña, su progenitora, una profesora de piano, sufría como madre cabeza de familia. La misma actriz decía que era tal el hambre que padecía, que le dolía el estómago. “Las dos ventajas que tuve al nacer son haber nacido sabia y haber nacido pobre”.

Su madre, doña Romilda Villani, también era espectacular. Deseaba ser actriz, pero su familia no se lo permitió. “Si su hubiera ido para Estados Unidos, no hubiera conocido a mi padre”, revelaría Sophía después.

«Rezaba a Dios para que mi madre no viniese a buscarme al colegio: su belleza exagerada me hacía sentir vergüenza. Era demasiado rubia, demasiado alta y, sobre todo, no estaba casada. Yo en cambio era morena y delgadísima. Me llamaban palillo», recordaba hace poco la actriz.

Sophia Loren. Imagen Wikipedia.org

A los 15 años y medio de edad, participó como candidata a Miss Roma, concurso del que Carlo Ponti, un productor de películas de 37 años, era jurado.

Y con 16, escribía en su libro Sophia: su propia historia, se plantó con su madre en Roma, en los estudios de Cinecittà, para ver si le daban un papelito de relleno en Quo Vadis.

–¿Es su primera vez en Cineccità?, le preguntó en inglés con acento americano el director Mervyn Le Roy.

–Yes, respondió la Loren.

–¿Ha leído Quo Vadis?

–Yes.

–¿Cuántos años tiene?

–Yes.

–¿Cómo se llama?

–Yes.

Cuando filmaban “La mujer del río”, en 1955 su vida cambió totalmente. Carlo Ponti, que era su director y que en un principio le aconsejaba y le guiaba, ya la miró con otros ojos y surgió el amor. Se casaron en México en septiembre de 1957 y él fue demandado por bigamia en Italia, por lo que después se volvieron a casar en 1966 en París.

Desde ese momento vivieron juntos y fueron una pareja ejemplar en el mundo del espectáculo, hasta el fallecimiento de Carlo, el 10 de enero de 2007.

Actuó con los más grandes del cine, sigue dando noticia, es la estrella del mundo, la mujer que ha sido admirada por millones de mujeres, que le siguen al pie de la letra cada uno de sus consejos y muchos conservan aún los afiches en los cuales la fulgurante actriz de ojos verdes les divertía con sus cintas.

Sophia siempre Sophía. Feliz cumpleaños.

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