Los astrónomos calculan que la roca tiene entre 1,8 y 4,1 kilómetros de diámetro, si bien el riesgo de impacto es muy bajo

Un gran asteroide de entre 1,8 y 4,1 kilómetros de diámetro pasará cerca de la Tierra el próximo 29 de abril, tal y como recoge el CNEOS (Center for Near Earth Object Studies) de la NASA. Llamado ‘ 52768 (1998 OR2)‘, fue descubierto por la NASA en 1998 y clasificado como «potencialmente peligroso» por tener una órbita más cercana de las 0,05 unidades astronómicas (una unidad astronómica es la distancia media entre la Tierra y el Sol). En concreto, este asteroide pasará a casi seis millones de kilómetros de nosotros (0,04 unidades astronómicas), por lo que hay muy pocas posibilidades de que su paso cause algún tipo de consecuencia para nuestro planeta, más allá de hacer las delicias de los astrónomos.

En realidad, son muchos los cuerpos que se acercan a la órbita terrestre. Sin embargo, no suelen ser tan grandes como ‘52768 (1998 OR2)’: de media, solo seis asteroides de este tamaño se acercan a la Tierra. No obstante, el trabajo para localizar y controlar los asteroides es vital en la seguridad de nuestro planeta, ya que un cuerpo de esta envergadura podría ser devastador para la vida en la Tierra, como demostró el evento que acabó con los dinosaurios. Por ello, ya existen algunos planes de diferentes agencias espaciales (incluida la Agencia Espacial Europea o ESA) para hacer frente a un posible impacto de asteroide contra nuestro planeta. Incluso hay en marcha programas como HERA o DART para probar la efectividad de estos planes teóricos.

Cuanto más pequeños, más peligrosos

Actualmente, hay alrededor de 900 objetos cercanos a la Tierra que miden más de un kilómetro de diámetro. Sin embargo, el problema no es el tamaño, ya que estas rocas son mucho más fáciles de observar con la tecnología disponible y, por tanto, de predecir su órbita. Pero la cuestión se torna más complicada con las rocas pequeñas, que no se pueden ver a grandes distancias: eso reduce el tiempo de reacción desde la Tierra.

Se calcula que solo se tienen controlados el 0,05% de los NEO de entre 30 y 100 metros de longitud, mientras que tan solo conocemos el 0,01% de las rocas de menos de 30 metros. Por ejemplo: el meteorito que explotó sobre el cielo de la localidad rusa de Chelyabinsk y provocó más de 1.000 heridos y daños en centenares de casas tan solo medía 19 metros de diámetro. «Son los que no conocemos los que nos preocupan», afirmó al respecto Fast.

En páginas como la del Centro JPL de la NASA o en el portal de NEOs de la ESA se puede comprobar en tiempo real las «amenazas» de estos objetos y la probabilidad de que su órbita coincida con nuestro paso.

Textos y fotos: elmundoalinstante.com

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