Por Guillermo Romero Salamanca

Una moneda de mil pesos pesa 9.95 gramos, o sea, que, si quiere cargar un millón de pesos, debe estar dispuesto a cargar 9 kilos y gramos en vil metal.

Entre Cajicá, Cundinamarca y Caracas, capital de Venezuela hay exactamente mil kilómetros.

Pero si a usted le hablan de la Guerra de los Mil Días, aclare que fue de 1.130 días y ocurrió entre el 18 de octubre de 1899 y el 21 de noviembre de 1902.

Por el número mil se han peleado distintas figuras en el mundo. Romario y Pelé aseguran haber anotado más de mil goles en sus partidos, pero en datos oficiales el que más lo ha logrado ha sido el austríaco Josef Bican que vivió entre 1928 y 1956 y anotó en 805 oportunidades.

¿Sabía que mil segundos equivalen a 16 minutos y 40 segundos? ¿O que mil minutos llegan a ser 16 horas y 40 minutos?  Mil kilómetros son 621.371 millas.

El año gregoriano 1000 –el que conocemos en occidente—fue el 1543 entre los budistas y el 390 en el mundo islámico. Pero ese mismo año fue el 378 para los persas y el 4760 para el pueblo hebreo.

En el año mil de nuestra era en China se inventan la pólvora. Y la población mundial era de 300 millones de personas y ciudades como Córdoba en España tenía 450 mil habitantes; Kifeng en China, 400 mil; Constantinopla, 300 mil; Kioto, Japón, 175 mil.

El mil es curioso hasta en las plantas. Hay una planta que se llama milflores. Es herbácea con tallos agrupados que brotan de un rizoma subterráneo, muy desarrollado, se le atribuyen propiedades tónicas, febrífugas y anti blenorrágicas.

El mil ha servido también para escribir poemas. Aquí destacamos uno del poeta español Gabriel Celaya: El hombre diminuto padece mil ternuras/ juzga cruel la terrible victoria de la vida/ se espanta ante ese gozo de la tierra exaltada/ que sueña delirante sus nubes y sus monstruos.

Uno de los libros más leídos del mundo es “Las mil y una noches”. Se trata de una historia de la osada Scherezada y el Sultán Schariar, quien después de haber sido traicionado por su esposa y siendo testigo de varias infidelidades por parte de las mujeres, decreta que todos los días al atardecer se case con una mujer diferente la cual será ejecutada la mañana siguiente y vienen, además, todas las aventuras de Aladino.

Mil también está en las canciones. Carlos Vives lanzó “Mil canciones”, por ejemplo, pero fue Pedro Infante quien armó una gigantesca audiencia con “El mil amores”. “Yo no tengo preferencia/ Por ninguna de las flores/ Me gusta cortar de todas/ Me gusta ser mil amores”.

Claro está que el mundo del boleto tiene una canción, interpretado por el magistral e inolvidable “Trio Los Panchos” y por el “Trío Los Embajadores”. Es quizá uno de los temas más solicitados en serenatas: “Yo sé que los mil besos/ Que te he dado en la boca se me fue el corazón/ Y dicen que es pecado querer como te quiero/ Quizás tengan razón…, compuesto por la inmortal Ema Elena Valdelamar Casarín.

En Tenerife, en Islas Canarias, España hay un delicioso restaurante que se llama “Mil sabores”.

En los años treinta los hermanos Alonso, Esteban y Eduardo montaron la empresa Manufacturas Valher. Además de su confección se hicieron famosos por una cuña radial que patrocinó a un buen número de noticieros y a muchos de los periodistas vestían sus prendas, gracias a los canjes publicitarios. El comercial decía: “Por fuera mil detalles de elegancia. Por dentro mil puntadas de perfección. Es un vestido Valher”.

El Gobierno Nacional de Carlos Holguín dictó el decreto 1000 del 5 de noviembre de 1891, norma y fecha tomados como puntos de referencia para el Nacimiento de la Policía Nacional de Colombia.

Pero a la hora de terminar una cena no hay nada mejor que como postre se lleve al paladar un milhojas, un dulce tradicional atribuido a la repostería francesa, aunque su origen sea incierto. Es un pastel de forma rectangular, que contiene merengue o crema pastelera entre dos capas de hojaldre espolvoreado con azúcar glas.

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Mil ediciones también tienen Primiciadiario, el portal y periódico de Víctor Hugo Lucero.

Hoy y siempre, a mis lectores, siempre les diré: “Mil y mil gracias”.

Una inolvidable versión de Teddy Guzmán y Los Morunos.

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