CON “ME DIERON GANAS DE OLVIDARTE” ESPERA

CONQUISTAR MÁS CORAZONES ROMÁNTICOS

Por Guillermo Romero Salamanca

Gabriel es conocido como El Caballero de la Ranchera.

–Bueno, maestro, ¿cómo van esas canciones?

–Muy bien, pero primero tomémonos un tinto y le cuento.

 

La cita no pedida se dio en un centro comercial de Bogotá. Lo saludan los vendedores de lotería, las manicuristas, las jóvenes de la panadería, el celador del banco, llega el empresario que desea llevarlo a Santander, saluda a uno más y se aparece Walter Silva, el gran compositor y cantante de música llanera. Otro genio, sencillo, amable y que cuenta que en unas semanas presentará su nueva producción musical.

El maestro Silva está triste porque el joven con el cual grabó “el muchacho de los mandados”, falleció en un accidente de tránsito. “Algo absurdo, una promesa de vida, muy despierto, colaborador. Eso me tiene achantado”, dice.

–¿Qué se va a tomar?, le pregunta Gabriel.

–Un cafecito, dice.

Gabriel le entona un poco del éxito, “No hay como la mama de uno”. “Si el cariño se colara, como se cuela el café, uno podría en esta vida, saber cuál es el querer, aquel que se le entregue todo sin el temor a perder”, con respeto, maestro.

Y se ríen.

Los dos están contentos además, porque tienen trabajo, la gente los pide para sus presentaciones y comentan que ojalá y Dios quiera, el mareo que presentó el gran “Cholo” Valderrama sea momentáneo. “! Qué gran compositor es él!”.

Gabriel cuenta que acaba de presentar su video “Me dieron ganas de olvidarte”, un tema ranchero, romántico por excelencia y con el cual espera ganarse aún más a sus seguidoras.

–¿Quién lo compuso?, le preguntamos.

–Es un tema con una letra sentimental, propia de los caballeros, compuesto por Arturo Leyva, quien escribiera “Le hace falta un beso”. Él es la figura ahora en México. Le ha hecho producciones a Los Inquietos del Norte, a Los Amos de Nuevo León y me presentó la canción y, claro, me fascinó.

Gabriel lleva 18 años de trayectoria artística, ha grabado 14 trabajos discográficos y en 1998 presentó uno de sus grandes éxitos: “Aunque no sea mayo”, con el cual se ubicó en los primeros lugares. Después llegaron “La noche perfecta”, “Letra chiquita”, “La vecina”, “No me reprochen”, “De quien te agarras”, “Gallo de Pelea” “Esta vida es un ratico”, entre otras.

–Hola Gabriel, le pregunta una joven manicurista, ¿cómo van sus caballos?

Poseedor de una portante voz, Gabriel tiene el más cuajado estilo ranchero y es el único en Colombia que se presenta con caballos adiestrados para sus presentaciones. El público le aplaude cada vez que llega a los escenarios, trepado en algunos de sus ejemplares.

–Bien, le responde Gabriel. Tengo varios, una yegua Frison Black Queen, llamada “la negra” y el pinto, de raza Gypsy Vanners Davinci y “Bailador” de raza española pura. Tengo otros, pero con ellos se divierte mucho el público.

El maestro Silva tiene afán y se despide con fuerte abrazo para Gabriel.

–A mí me gusta “Aunque no sea mayo”, dice una señora que ingresa a la reunión.

–Buenos días mi señora, ¿qué se va a tomar?

–Ay gracias, un tinto.

–Ese tema lo grabé en 1998 y está dedicado a todas las madres y que les ha llegado a todos los que viven en el exterior y, por lógicas razones no pueden verse con sus madrecitas. ¡Madrecita querida!… despiértese Quiero llenarla de besos y de flores Amor de mis amores y de mis alegrías no necesito que llegue el mes de mayo yo quiero demostrarle mi amor todos los días, le canta a la señora ese estribillo.

–Ay, tan lindo, contesta.

El celador del banco se asoma para ver lo que sucede.

–¿Maestro, se toma un tinto?

–Gracias don Gabriel, le dice el uniformado de azul.

Y a punta de tintos, Gabriel va conquistando a sus seguidores. Vienen, le piden autógrafos, selfies, abrazos, besos…

–Un señor despistado pregunta: ¿Es un político? o ¿qué hace?

–Es Gabriel Arriaga, el caballero de la ranchera, le comentamos.

 

 

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