Por Guillermo Romero Salamanca

Se encuentran en las plazas, parques, iglesias, mercados y donde haya alimento. Dañan edificaciones monumentos, calles, vehículos y cuando vuelan esparcen material fecal infectada, origen primordial de la transmisión de enfermedades.

El listado de males es extenso. Pueden llevar la Histoplasmosis, ese malestar respiratorio que daña los pulmones y produce escalofríos, tos, altas fiebres y dolor en el pecho. Cargan Clamidiasis, una bacteria que origina la ornitosis, por respirar polvo fecal.

También Colibacilosis: Martirio originado por el germen eschequiria colis, que provoca fiebre, diarrea y pequeñas hemorragias en la piel.

Además, Salmonelosis, un suplicio con diarreas permanentes. Pueden originar también la Encefalitis de San Luis, una inflamación del sistema nervioso que causa somnolencia, dolor de cabeza, fiebre y puede estimular parálisis, coma y finalmente la muerte. Esta enfermedad ataca a personas de cualquier edad, pero es fatal en las mayores de 50 años.

El excremento de paloma puede poner en riesgo la salud de las personas, si llegan a inhalarlo.
El excremento de las palomas puede poner en riesgo la salud de las personas. Foto Unimedios.

Las palomas son causantes de la Alveolitis alérgica, bautizada también como Llamada padecimiento del pulmón que se manifiesta con tos perseverante.

Las personas también se pueden ver afectadas de Neumoencefalitis, que son las conjuntivitis, congestión, lagrimeo, dolor y tumefacción de los tejidos subconjuntivales.

Los nidos de las palomas son refugio habitual de las vinchucas, insecto que transmite el mal de Chagas, por lo que la presencia de aves favorece la aparición de la enfermedad denominada como Tripanosomiasis.

¿Qué hacer?

Primero, controlar su reproducción con anticonceptivos, esterilización quirúrgica y sustracción de los huevos de los nidos plantea la médica veterinaria Claudia Isabel Brieva Rico, docente y coordinadora de la Unidad de Rescate y Rehabilitación de Animales Silvestres (URRAS), de la Universidad Nacional de Colombia.

“Proporcionarles comida conlleva a que ellas se concentren en ciertos puntos de la ciudad, lo que les hace la vida un poco más fácil y su vez propicia su reproducción”, comenta la docente, quien considera que el principal peligro son los cúmulos de materia fecal, en los que empiezan a crecer organismos.

En general las excretas de todos los animales pueden ser génesis de hongos y bacterias, pero las de las palomas, por la alta concentración, se acumulan con facilidad y además generan mal olor.

“La esterilización quirúrgica que no es muy utilizada en Colombia, y los anticonceptivos pueden solucionar el problema”, explica la doctora Brieva. “Sin embargo, aclara, este último mecanismo supone riesgos, ya que tales fármacos pueden ser ingeridos por aves sobre las cuales no se requiere dicho control”.

“Otra forma de controlar la sobrepoblación –utilizada en otros países– es sustraer los huevos, para eso los palomares deben tener una puerta posterior para que un trabajador revise los nidos por lo menos dos veces por semana y retire los huevos para reemplazarlos por artificiales”, concluye la veterinaria.

Su depredador natural, los gatos, ahora gozan de la domesticación y no se atreven a buscar su comida por su propia cuenta, sus dueños, simplemente, se las traen en bolsas.

 

 

 

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