Pruebas de diagnóstico, certificación sanitaria e imposición de medidas de cuarentena y planes de contingencia para contener los brotes, formarían parte de las estrategias de gestión del riesgo que permitirían frenar el impacto de la enfermedad del virus de la tilapia de lago (TilV) en Colombia.

La tilapia es el segundo pez más cultivado en el mundo, su producción es de bajo costo, al igual que su mantenimiento y tiene un alto contenido nutricional. No obstante, la TilV podría poner en jaque la producción y con ello la seguridad alimentaria de varios países, entre ellos Colombia.

La TilV es provocada por un nuevo virus de la familia Orthomyxoviridae (virus de la gripa o influenza), y afecta a las tilapias silvestres y a las de cultivo.

Según la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE), dicho patógeno ha ocasionado brotes asociados con diferentes niveles de mortalidades en países como Ecuador (2013), Israel (2014), Colombia (2017), Tailandia (2017) y Egipto (2017).

Dado que la producción anual de tilapia asciende a 4,5 millones de toneladas en el mundo, lo que la convierte en una de las industrias acuícolas más importantes no solo en materia económica sino también con respecto a la seguridad alimentaria, y ante la amenaza del nuevo virus, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) lanzó en 2017 una alerta mundial para que los países establecieran acciones que permitieran mantener a raya el virus.

En 2018, Colombia se posicionó como el mayor exportador de tilapia a los Estados Unidos con un total de ventas que rondó los 55 millones de dólares, desplazando a Honduras, y es actualmente el segundo mayor productor de este pez a nivel sudamericano por detrás de Brasil con un volumen promedio cercano a las 100.000 toneladas anuales.

La médica veterinaria Paola Barato, doctora en Biotecnología de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) y especialista en Acuicultura, aseguró que la tilapia se ha convertido en la “estrella” de la acuicultura por ser una fuente relativamente económica de proteína, por la facilidad para su cultivo y porque desarrolla pocas enfermedades.

La doctora Barato, invitada a la Semana de la Medicina Veterinaria 2022, de la Facultad de Medicina Veterinaria y de Zootecnia de la UNAL, señaló además que “aunque el TilV no afecta la salud humana, sí es una seria amenaza porque reduce los alevinos disponibles para engorde, impacta en la vacunación y hay una alta mortalidad en la etapa de preengorde, engorde y reproductores, es decir que afecta al sector de la acuicultura nacional”.

Señales de alerta

La especialista agrega que “para identificar la enfermedad en los peces se pueden observar síntomas como letargia –o falta de energía–, erosiones de piel, daño renal, inflamación cerebral, afección al hígado, en la córnea y en el intestino, entre otros, que contribuyen a que otras patologías se compliquen”.

“Factores como las condiciones ambientales, la calidad del agua, las condiciones de inocuidad de los jaulones donde se producen, el adecuado manejo por parte de los productores, potencian la vulnerabilidad al virus. Se ha demostrado que este se transmite tanto horizontal (entre individuos de la misma generación) como verticalmente (desde los reproductores a la descendencia)”.

Así mismo, destacó que “en condiciones experimentales, el virus se detectó en heces y agua contaminada después de una infección intragástrica exitosa, sugiriendo una vía de transmisión oral-fecal. El virus, por lo tanto, se puede propagar horizontalmente entre congéneres que habitan en el mismo cuerpo de agua”.

¿Cómo se controla?

La experta mencionó que, en la actualidad, las medidas de bioseguridad y las buenas prácticas en el manejo son las acciones preventivas y de control para TilV. “Además, todos los envíos de tilapias vivas deben estar estrictamente regulados y monitoreados para detectar la posible presencia del virus”.

Entre las buenas prácticas también está realizar un monitoreo constante de la calidad del agua para la producción de tilapia en el transporte de los alevinos, realizar una preparación de ayuno, de manipulación y preparación del agua del transporte (dejar reposar el agua mínimo tres o cinco días), además de aclimatar el lugar de recepción.

Igualmente es importante recoger permanentemente los peces muertos y enfermos, y llevar un registro, realizar una segmentación de los peces y reducir los niveles de estrés que hacen más vulnerables las enfermedades y facilitan una mayor replicación viral y reagrupamiento.

Por último, la doctora Barato mencionó que hoy se están desarrollando vacunas contra el virus, basadas en preparaciones de cultivo celular y su eficacia se está probando en condiciones de laboratorio.

Agencia de prensa UNAL.

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