Por Gabriel Ortiz
A Colombia la obligan a ingresar a los peores conflictos internacionales, sin importar el contendor, ni las consecuencias.
Su presidente se dio a la tarea de amonestar a sus amigos de aquí y de allá, para demostrar un liderazgo que desde su posesión creyó tener en este mundo, que ya estaba sumergido en el infierno de la geopolítica mundial del oriente medio. Nadie lo estaba llamando, nadie lo conocía, nadie quería, pero Petro necesitaba tribunas y temas que escuchara su odio contra los suyos y contra los foráneos.
Mientras Colombia buscaba fortalecer la paz que nos dejó el Nobel Santos, este sucesor recorría países lejanos y desconocidos para vociferar y enronquecer por las conflagraciones que castigaban el orbe.
Quiso intervenir internamente, ofreciendo una paz total, que se convirtió en una quimera. Cuanto intentó, se le aguó ante la falta de caudal. Su ardor solo le alcanzó para legitimar las fraudulentas elecciones de Maduro, su condiscípulo durante las pláticas que quincenalmente recibía de Chávez en vida.
Así pasaba los días entre odiosas peroratas y errores gubernamentales que se convertían en órdenes de despilfarro, corrupción, oprobios a los gremios económicos e insultos. Solo adulaba al pueblo, a las negritudes y a los indígenas, mientras golpeaba a los ricos y a quienes tuvieran algo para mostrar.
Benedetti, se le coló como ministro, aprovechando todos los descalificativos de los otros miembros del gabinete. A Laura su inseparable, fiel, leal y ñaña la engañó primero con una deleznable cancillería y luego con la expulsión, por parte del degradado pastor, al que hoy nadie sabe dónde colocar.
El derrocado pastor quiso inventarse una franja binacional en el nororiente de Colombia y Venezuela, en la cual anidarían las guerrillas colombianas que patrocina y protege Venezuela, sería sede del territorio del Cartel de los Soles, que dirigen Maduro, Diosdado y Padrino. Desde allí se abriría el mayor tráfico de coca del continente americano, con sus dos mares y cielos para su transporte.
Sería el cuartel general para ejercer el control total de los movimientos guerrilleros, secuestradores, extorsionistas y criminales que operaran en Colombia y demás países del continente, que tienen gobiernos democráticos y libres.
Cuando los Estados Unidos anunciaron su control para el Cartel de los soles y comandos del tren de Aragua y Sinaloa, que actúan bajo el mando de Maduro, Petro el gobernante colombiano negó la existencia de esa agrupación. El miMdefensa Sánchez expresó que de ello se enteró por los medios de comunicación.
Entre tanto Colombia, su pueblo, sus razas, su gente, sus instituciones, su vecindario, lucha para lograr unas elecciones y un deseo general para que su democracia elija un mandatario que ejerza bajo las normas de su Constitución, sus leyes y sus libertades.
Colombia necesita nuevas directrices, nuevos ímpetus, para que sus instituciones y su ejército reciban el apoyo y los fondos necesarios para mantener una fuerza pública idónea y una inteligencia que recupere el presupuesto que tenía para adquirir drones y equiparar su poder contra las guerrillas que azotan al país, a su pueblo y a su progreso.
BLANCO: Con dignidad Miguel Uribe Londoño, se lanza a la candidatura a la Presidencia.
NEGRO: La niñez necesita educación, preparación, instrucción, apoyo para escapar a la corrupción que le tuerce su destino, como ha ocurrido con el asesino de Miguel Uribe Turbay.
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